Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 15 de junio de 2020

La verdad que nunca digo



  Por más que intente hablar sin chistes ni chicanas, no consigo que se me tome en serio. Así que elijo reírme de mí mismo antes de que otro haga burlas sobre mi persona. 

  Más allá de las lluvias de carcajadas y cagadas, las exageraciones y las bromas sexuales, me considero una persona sensible. Un poeta de la estadística, un literato de los datos curiosos. Por ejemplo, registré vistas tuyas que vienen de lejos, de un país donde mi letra no llega.  Anduviste por...

  Cada cual puede decir e imaginar lo que quiera. Dejo todo para armar. Le hablo a una rubia de ojos claritos que se mudó al sol, pero también le envío mi palabra a miles que no conocí. 

  Se me acusa de loco por mi excentricidad al escribir, por los sueños locos reconstruidos como textos, por los diálogos de mis mentes multipolares. No importa. Detrás de todo el espectáculo de subjetivismo inmaduro e irresponsable, hay un mensaje: jugar con la realidad, con el sentido, con el todo. Cambiar. No quedarse con lo que duele. Buscar la liberación y la alegría. 

  Mirar la película y no la foto.

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