El coronavirus es una sensación
Así como Aníbal Fernández dijo en su momento que "la inseguridad es una sensación", se podría decir lo mismo del virus chino. En verdad, no niego la existencia del caos delincuencial ni el coronavirus. Sin embargo, aborrezco el uso que hacen los medios de ambos fenómenos y las reacciones de la chusma adicta a las malas noticias. Digo, padecemos una dictadura de viejas encerradas y denunciadoras fatales. Señores y señoras, el miedo avejenta y daña la salud. Obvio que se deben tomar recaudos: no salir con mucho dinero, no andar de noche por lugares poco transitados, no ostentar riquezas; lavarse las manos frecuentemente, estornudar en el pliegue del codo, mantener distancia en una fila. Buenísimo. Cada cual toma sus recaudos, en uno caso y en el otro. Ahora bien, ¿de qué se trata esta nueva moda de amenazar enfermeras para que se muden de un edificio? ¿Queremos esta sociedad de paranoicos y chiflados? Los riesgos forman parte de la vida. ¿O acaso prefieren la paz de los cementerios? La persona bajo la lluvia no tiene que andar debajo de un paraguas, molestia total para otros peatones. Aunque la psicóloga te trate de loquito, a la lluvia le ponés el pecho y a las balas, también...
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