Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 28 de abril de 2020

Sueños locos CXXXIII (Duhalde, piloto de tormentas generadas)




  El cementerio de Avellaneda, lugar de descanso de Luca Prodan. Duhalde, el Zabeca de Banfield, me mandó allí. No me dijo para qué debía ir, pero fui sin chistar ni cuestionar. Uno, soldado peronista, militante orgánico, obedece. Evidentemente, este año 2020, año del coronavirus, no es para librepensadores. Subordinación y valor. Primero la Patria. 

  Me sorprendí al ver canillas y grifos por todos lados, en lugar de lápidas. Parecía como si hubieran puesto los cadáveres en fosas comunes. Salvo por las cruces, los mausoleos y la atmósfera espiritual densa, no me sentía en un cementerio. Un distraído habría pensado en una casa de artículos sanitarios a cielo abierto. 

  Eduardo Duhalde me envió un mensaje de WhatsApp: "Abrí todas las canillas que veas". Cada una de ellas emergía, a la manera de un pene, de paredes muy bajas, parecidas a las lápidas, ausentes ese día. Seguí la orden sin pensar demasiado. Así y todo, no voy a mentir: me embargó un sentimiento de extrañeza ("¿qué carajo estoy haciendo?", pensé). Escuché la voz del expresidente, aunque no pude verlo. Parecía Dios: "Alan, ésta es la última vez que inundo el Konurmalo. La última de verdad. Le estoy dando una mano al presidente Alberto para garantizar la gobernabilidad de la Argentina. Necesitamos empezar todo de nuevo. Diluvio Universal. El Partido Justicialista será el Arca de Noé que salve a la Nación. Amigo, este país está condenado al éxito". No pude menos que obedecer, creer y combatir, tal como mandaba Benito Mussolini, referente de Juan Perón. 

Locura total mía



Por primera vez en la vida, tengo miedo de volverme loco. Nunca me pasó. Ni siquiera en situaciones límites (y atravesé varias). Salí a tirar la basura y al almacén y me sentí un astronauta flotando sobre la superficie de la Luna. A los pocos pasos de escapar de mi casa, tropecé y caí. Atontado. Como si nunca hubiera caminado Lugano. Desconocí completamente el barrio donde vivo desde hace veinte años. Miré el cielo de la tarde con extrañeza. Nada me resultó familiar. Volví perturbado a mi arresto domiciliario. Me afecta mucho no poder salir a correr bajo el sol. Necesito entrenar al aire libre para liberar endorfinas y regularme desde lo hormonal y psicológico. Ayer sufrí insomnio. Un pajarito madrugador se burló de mí con su cantar impío. El paso del primer premetro de la mañana evidenció mi fracaso en el sueño de dormir en calma. En el fragor de esta angustia, pienso - desvarío - que más me valdría que me lleve el coronavirus de una vez y no quedar vivo, pero demente. No veo la hora de ir corriendo duro desde los monoblocks del Uno y Dos hasta Pompeya. Pasar la Villa Olímpica y la chusma picante de Soldati. Divisar desde una cortada el Puente Alsina. Crearme y creerme dueño de mundos inciertos por la fuerza de mis piernas. Mostrarme ante las bellas mujeres como un caballo alado, Pegaso del Konurmalo que va por ahí esquivando pedazos de hombres rotos por las drogas. Quiero ese latir desesperado al retumbar en el pecho, vivir tan fuerte como la muerte, y quedar con la presión bien baja, sin aire, sin alma (por unos instantes). Estirar, respirar, retornar, resucitar. Ver unas nubecitas desde el pasto y abandonarme a la alucinación del estado natural. Preguntarme por el buen salvaje de Rousseau y por la tendencia innata del hombre al pecado (concupiscencia). ¡Qué lindo cuando los muslos y las pantorrillas parecen desintengrarse! ¡Esa sensación de cagarse encima en plena marcha! La lucha contra enemigos imaginarios, la persecución, el pasar por las iglesias y persignarme, la peregrinación en trote hacia la nada, el corazón mirando al Sur. El olor insoportable del Arroyo Cildañez, la torre absurda del Parque de la Ciudad, los colectivos hacia el centro del abismo porteño, el sonido del Ferrocarril Belgrano Sur a lo lejos. Dios quiera que pueda recuperar mi libertad, mi rutina, mi paz. En esta peste, quise ser Boccaccio, pero aquí me ven, como un devaluado Dostoievski, uno marca Pindonga...

Cuarentena y salud mental (otro texto del 26/04/2020)



No sirve esquivar el virus del coronavirus a costa de terminar con un montón de enfermedades mentales, además de sobrepeso y los problemas asociados al sedentarismo. Esta cuarentena, tan estricta, puede llegar a ser totalmente contraproducente...

Salud mental y cuarentena (texto del 26/03/2020)



Yo apoyo la cuarentena, medida tomada por por Estados de culturas e ideologías muy diferentes (China, Francia, Israel, Argentina, Venezuela, España, Paraguay). Ahora bien, pienso en las familias que viven en una piecita de un hotel. O en aquellas que resisten en una villa miseria, sin ventanas ni un futuro estimulante. Digo, a priori parecería más sencillo recluir a una población avejentada y rica, como la italiana, que a una joven y pobre, como la nuestra (tenemos al 50% de los niños y adolescentes bajo la línea de pobreza). Entiendo que habría que arbitrar ciertos mecanismos para compatibilizar el decreto presidencial, tendiente a evitar la propagación del coronavirus, y el derecho a la salud mental. Probablemente, al terminar esta locura, mucha gente acabe internada en el Borda y el Moyano (y no lo digo en chiste). Dios se apiade de nosotros.

Vigilantotes malotes



En estos días, la sociedad y el Estado le dieron cierto voto de confianza a las Fuerzas de Seguridad, pero muchos efectivos han abusado de ciudadanos con "bailes" y humillaciones que se han vuelto virales. Todavía persisten ciertos resabios de la colimba. Desastre. En esta época de crisis y coronavirus, le das la mano a los vigilantes y ellos te toman el codo. ¡Después los machotes malotes se preguntan por qué existen los zurdos! ¡Por ustedes! ¡Vayan a estudiar! Nunca más...

Represión ilegal y porongavirus



¿Por qué las fuerzas represivas son benignas con los Tinchos y severas con los Braian? Por una cuestión de clases y complejos de inferioridad: a los uniformados les encanta confraternizar con sus patrones burgueses. Si los hijos de los ricos cometen un delito federal, los llevan a la casita, con mamá. Ahora, si un palurdo infringe la misma ley, recibe terribles sermones de Padre y Señor nuestro. ¿Motivo? El vigilante, renegado de su origen, se odia a sí mismo en el adolescente transfuga que alguna vez supo ser ("ya no sos igual"). Tampoco vamos a comernos la curva viral de que los justicieros bajaron toditos del cielo, corderitos buenos y puros. Muchos machotes malotes hay dando garrote garrote sin causa. Achí no, no, no, eh! ¡Que me vuelvo loca!

miércoles, 15 de abril de 2020

La píldora blanca




  La píldora roja te daría "la verdad", o la verdad de muchos sujetos, que dicen que vivimos en un sistema ginecocéntrico, es decir, un mundo manejado por las mujeres (en partes, así lo creo yo también). La píldora azul, en cambio, te ayuda a vivir en el status quo, sin cuestionarte nada. Manginas, que van por la vida de borregos huelebragas. En otro nivel, se hallaría la píldora negra, que básicamente plantea que todo se encuentra determinado de antemano por posición social, aspecto físico y otras condiciones heredadas, determinismo absoluto, fatalista. Todos esto de las pastillitas de colores forma parte de la andrósfera, el contenido de internet enfocado en problemáticas masculinas. Pueden guglear "MGTOW", que significa Men Going Their Own Way, u "hombres que siguen su propio camino", en nuestra lengua. A grosso modo, muchos habrían despertado de la Matrix feminista, matriarcal, para devenir libres, sin ataduras de mandatos culturales que van en desmedro del propio bolsillo y dignidad. Esta intro tiene la finalidad de dar un panorama sucinto de la cuestión a personas ajenas a estos debates. De todas maneras, internet permite reponer toda info que haga falta para comprender un texto. 

  Tengo un contacto en Facebook que vive hablando de la píldora negra. Se queja de que solamente se valore a gente con "buen lookismo". Dice que si no tenés estudios, la sociedad te rechaza. A su vez, afirma que ciertas carreras, como las de Humanidades, no sirven para nada. Y, cada tanto, hace apología del suicidio. Y obvio: descarta todo vínculo con mujeres. Ya ni se lo toma como una posibilidad, lo cual no veo ni bien ni mal. Cuestión que este personaje quejumbroso me llevó a plantearme una opción diferente: la píldora blanca. Os voy a explicar de qué va mi invención...

  Como ya dije, existe la píldora roja, la del supuesto despertar: el 20% de los hombres, los alfas, disponen del 80% de las mujeres. Mentira que "importa lo de adentro". Será lo de adentro de la cuenta bancaria en todo caso. Redes sociales como Tinder demuestran el principio de Pareto. En contraposición, la píldora azul brinda la convicción de que se puede, de que las comedias románticas de Hollywood suelen volverse realidad, que el chico bueno puede quedarse con la chica linda y los malotes terminan sin nada. Sabemos que no pasa. Y bueno, ya en otro estadío, la píldora negra acerca a quienes la consumen al suicidio: desesperanza total, todo en vano, nada tiene sentido. Pero, como os he prometido, les voy a entregar la píldora blanca, no desesperen.

 La píldora blanca, la que desarrollé en mi laboratorio, da cuenta de que uno es artífice de su propio destino. Lo pondré en otros términos: ¿qué hace para mejorar su vida el que se queja de todo? ¿Qué hiciste vos para estar hoy un poquito mejor que ayer? La droga de mi invención apunta al individuo, al descubrimiento personal, al impulso propio, al yo, a la conexión con uno mismo. Ciertamente, no niego la incidencia del entorno, los obstáculos de la cultura, la sociedad y el Estado. No desconozco que en ciertos países se hace muchos más difícil crecer que en otros. Sé que arrastramos concepciones seculares, imperativos biológicos, experiencias propias y problemas familiares. Escribo a sabiendas de que hay seres de luz que no padecen los percances de los humildes: reyes, políticos, deportistas, periodistas, artistas, ricos y mujeres bellas. Toda esa gente no debe lidiar con el rechazo amoroso, con la discriminación, el aislamiento, el bullying y demás. De ninguna manera recomiendo la ingesta de la píldora azul: no veo con agrado convalidar las mentiras del sistema. Tampoco creo que basta con despotricar contra las mujeres - píldora roja - y ya. Me parece que ciertos grupos masculinos, casi de carácter iniciático, han caído en un colectivismo bestial, un determinismo casi hitleriano o stalinista. El totalitarismo vive en el inconsciente de estos nuevos dogmas.

  La píldora blanca: ¿qué podés hacer vos hoy para estar mejor que ayer? Si hay algo malo en tu vida, ¿intentarás cambiarlo o te quejarás por siempre por Facebook? Si España es un país que no cumple con tus expectativas, ¿pensaste en emigrar? ¿Por qué no aprovechás la ciudadanía europea, si la tenés? Y si sos yanqui, ¿qué te ata a tu ciudad natal, de la cual tanto renegás? ¿Probaste estudiar algo? ¿Leer más? ¿Hacer deportes? ¿Salir? ¿Aprender a tocar un instrumento? ¿Ir de voluntario por alguna causa? ¿Recorrer el camino de Santiago? ¿Unirte a la Legión Extranjera? ¿Adoptar un gatito? ¿Plantar un árbol? ¿Escribir un libro? ¿Conocer un templo budista en el Tibet? ¿Hablar un nuevo idioma? 

  Sé que algunos de los ejemplos que di resultan un tanto exagerados y más en tiempos de pandemia y cuarentena mundial. Ahora bien, la píldora blanca plantea la posibilidad de la autosuperación; de llegar a pequeñas, medianas y grandes metas que uno se establezca. Una existencia con proyectos. Obvio que algunos la tendrán más fácil, otros más difícil. El self-made man tiene más chances de ser posible en Estados Unidos que en países como la Argentina. Así y todo, los invito a tomar todo lo complicado que pueda haber en sus vidas como un desafío. 

  Veo a una generación de esos que llaman "incels", "célibes involuntarios", pasar la vida sin sueños, proyectos ni inquietudes. Otros quizás salen con mujeres, pero pareciera que lo único importante fueran ellas, por el sí - como los "puas", o artistas de la seducción - o por el no (los adictos a la píldora roja). ¿Alguna vez pensaron en ustedes, en sí mismos, y no en relación a otros? Ciertamente, la matriz de cada movimiento, ideología, filosofía, o como quieran llamarle, tiene mucho que ver con la otredad, con la negación o construcción de un opuesto, real o imaginario. Grosso modo, los nazis odiaban a los judíos, los comunistas quieren expropiar al burgués, los racistas anhelan aniquilar a los negros, las feminazis aborrecen a los varones y así. De igual manera, se habla en la andrósfera de "abandonar la plantación" de hombres beta proveedores, de "dejar la Matrix" y otras ideas semejantes, que marcan un "escapar de". La píldora blanca se prescribe para todos aquellos que quieran algo en sí y para sí.

  Para que el texto no resulte tan impersonal, voy a deciros algo sobre mí: me llamo Alan, tengo 31, vivo en Buenos Aires y soy Licenciado y Profesor en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, estoy cursando Economía en la Universidad Nacional de San Martín. Amo salir a correr, caminar, juntarme con amigos, jugar ajedrez, leer y escribir textos como el que estás leyendo. También cocino y hago tareas voluntarias en un barrio carenciado. Tuve el sueño de conocer Europa y lo logré: estuve 33 días allí. 

  Lo importante no son las mujeres, ni por el sí ni por el no. Lo importante es lo que hagan con sus vidas. Aprovechen. Tomen la píldora blanca, la de la esperanza y el desarrollo personal. Descarten el suicidio. Salgan de la depresión. Busquen lo mejor, lo bueno, lo bello, lo verdadero. Hagan deportes, estudien, proyecten. El mundo está lleno de feminazis, manginazos, egoístas y demás escorias, pero vean por ustedes mismos. No se construyan discursivamente desde el rechazo, sino por la positiva. Sean protagonistas activos de su realidad. Es fácil ser feliz.     

jueves, 2 de abril de 2020

Crónica de la cuarentena en Lugano 1 y 2



Me preguntaron cómo se vive la cuarentena en Lugano 1 y 2. Difícil. Un hacinamiento importante, en departamentos pequeños. En muchos casos, hasta tres generaciones comparten el mismo espacio (usualmente, tres ambientes, pero de los estrechitos). Acá suele ser común el fenómeno de la "mamá luchona" repleta de "bendiciones". No lo digo por estigmatizar, sino para graficar la realidad de mi barrio (aunque los estereotipos resulten poco felices). Además de madres solteras y niños pequeños, también abundan las viejas chusmas que, lejos de cumplir con el decreto presidencial, pasean al perro mil veces al día. A estas doñas dicharacheras, hay que añadir su contraparte: las viejitas malas que te escrachan en Facebook por el mero hecho de verte afuera (sin importar si vas a la farmacia a comprar mariguana medicinal para el abuelito, ellas te filmarán desde sus ventanas y al frente te mandarán). Clima espeso de delaciones e improperios para con los pocos que circulan por la calle. Parece alemania Oriental, donde la mitad de la población se dedicaba a espiar a la otra mitad. ¿Qué más? Todas las noches, a las 21 hs, los vecinos aplauden al personal de la salud. Aunque muchos aprovechan y usan esos minutos de homenaje como catarsis: lanzan pirotecnia e insultan por demás. Alienación. Hace unas tardes, escuché a una chiflada que hablaba sola, apoyados los brazos sobre el marco del ventanal. Creo que puede ser contraproducente todo esto del aislamiento en ciertas barriadas. No están dadas las condiciones objetivas ni subjetivas para un arresto domiciliario tan prolongado. Veo divorcios en puerta, violencia familiar, suicidios, depresión y estrés postraumático. A las limitaciones de metros cuadrados de las unidades, las más de ellas sin balcón, se suma el problema económico: buena parte del vecindario subsiste en la informalidad y la precarización laboral. Difícilmente las políticas paliativas del Gobierno consigan subsanar el lucro cesante. En suma, el coronavirus, extrema coyuntura mundial, se suma a una larga serie de falencias estructurales que aquejan a la comunidad. Por mi parte, observo con tranquilidad los fenómenos que se desarrollan a mi alrededor. Lamento sí no poder salir a correr bajo el sol, mi debilidad. Temo que me corra la policía, con justa causa. Por lo demás, hace veinte años que resido en este enclave del Konurmalo en la Capital. Como que nunca me adapté. Hice casi toda mi vida afuera del complejo: secundaria, trabajo, universidad y casi todos mis amigos. De adolescente, padecí "bullying" - no existía esa palabra en la Argentina del 2003 al 2007 - por tener pelo largo, escuchar heavy metal y no juntarme con los machotes malotes. Después, pasó el tiempo y varios de mis victimarios partieron para la cárcel o el cementerio (o combinaron ambos postrecitos). Otros fueron papás luchones lechones o papás garrones (o eligieron un mix de ambas paternidades, para más placer). Este cronista, rebelde a su entorno, eligió estudiar Letras en la UBA y vivir según sus férreas convicciones. Me han buscado mujeres, pero desistí hacerme cargo de hijos ajenos. Proseguí con mis proyectos y cumplí mis sueños. Anyway, espero haber respondido la duda que originó este humilde escrito. Sepan disculpar las digresiones y la densidad de mi prosa. Me considero minimalista, a lo Camus, pero cierta veta de un amigo ruso me ganó el corazón. Dios los bendiga. Con Jesús y la Santa Virgen.

Kernerolos de Satán



Me parece muy berreta que gente de letras del kernerismo se ponga a hablar de economía con total ligereza. Para ellos, la cosa pasa por empapelar el país de pesos. No sé cómo carajo aprobaron Economía del CBC...

La economía kernerista



No es lo mismo imprimir pesos que dólares. Muchos kerneristas se hacen los gatos, pero van a terminar estampados en el muro de la hiperinflación. Bajen un cambio. Dejen de citar a Trump y Estados Unidos. No podés comparar a la FED con el BCRA. No se ceben, fokas.

Nazis somos todes



Una rusita de Puan, la cual me ha acusado de "facho" más de una vez, dice vía WhatsApp que "hay que ponerse nazi" . Fíjense cómo muchos -"muches" - reivindican el rol del Estado en épocas de crisis. Incluso, coquetean con el totalitarismo (amén que la izquierda es la misma bosta que el nacionalsocialismo, pero con distinto olor). Yo, argentino (ergo, peronista). Hay momentos para vigilar y castigar - "los muchachos son buenos, pero..."- y otros para dejar pasar, dejar hacer - "salariazo y revolución productiva" -. Muy poca gente me entiende en el mundo. Me tildan de zurdo, nazi, comunista-nazi, pubertario, virgo, pajero, chupacirio, ateo y las mil y unas. Me atacan con el mote de "kirchnerista" o me llaman "machirulo" y yo me rasco el kulo (con guantes y alcohol en gel, of course: masaje prostático lanzallamas). El único que me entiende de verdad es el Rusito. También San David del Atlántico me comprende. Los Lumpenazos del Señor somos eclécticos (gugleen, vagos). Pegamos con las dos manos: izquierda y derecha. Y si no alcanza, damos cabezazos tucumanos, verdadero arma incaica de destrucción masiva (tenemos la potestad de ser europeístas e indigenistas a la vez). Como veros Amigazos de Jesús, nos avanzamos por las centurias sin cesar. Vamos y volvemos en el tiempo. Pisamos la arena de los gladiadores o visitamos colonias humanas en Marte. Somos los mejores. ¡Con Perón, Cristo, Menem y la Santa Virgen! ¡Con Alberto, Berni y Kicillof! ¡Viva la Patria! ¡Arriba Argentina!

Arrestos domiciliarios masivos



¿Vieron qué feo que es estar encerrado? El arresto domiciliario no está bueno. Sugiero demoler las cárceles y que cada cual vaya a su casa, con tobillera electrónica. La pena pasa por no poder salir, no por que te metan en una celda con diez monos malos.

La dispersión de las masas



Ortega y Gasset escribió La rebelión de las masas, un librazo. Vio el fenómeno de las muchedumbres por todas partes. ¿Ahora que sigue? ¿La dispersión de las masas? Supongo que la cultura bolchevique de meter gente hasta reventar en todos lados se va a acabar. Tuvimos Once, Cromagnon, Time Warp y más. En esta hora en que acecha el coronavirus, se impone el distanciamiento social. Puede que haya llegado para quedarse...

Guille Moreno y la que se viene...



Dice el Rusito que se viene "la fantástica posibilidad de peronizar el mundo". ¡Me vuelvo loca! Guillermo "Huevos de Acero" Moreno tenía razón. Te digo más: si existieran los extraterrestres y pudiéramos contactarnos con ellos, los haríamos peronistas. Ya tenemos al Papa, embajador de Dios...

La cuarentena de Alan



Yo estuve seis años y medio sin sexo. Observo chonguitos y chongueras que se lamentan por la cuarentena. No saben nada de la vida, la mente ni nada. Estoy preparado para la guerra. Puedo sobrevivir a todo. En mi casa tengo biblioteca, gimnasio, una vista magnífica desde un décimo piso y muchas ganas de vivir. Cuando esto termine, saldré mejor de lo que ya soy. Veo minitas en Instagram que suben fotos en tanga y con barbijo. ¿No pierden la putería ni en medio del Apocalipsis? Espero que les sea leve. Los veo en cualquier momento...

Dragones del Oriente Lejano



¿El triunfo de la voluntad oriental? Da miedito. Por un lado, te muestran un progreso técnico maravilloso. Por atrás, mandan a millones a campos de concentración. Quizás no ejecuten masivamente a los musulmanes uigures, pero los adoctrinan para que abjuren de sus creencias. Fuerte. Desde ya, no tengo problemas con la etnia han, vulgarmente conocidos como "chinos". Me desagrada el Partido Comunista nada más. Ojalá se acaben en el mundo los gobiernos que persiguen por credo, orientación sexual o por acciones que ni dañan a terceros, las cuales deberían quedar exentas de la autoridad de los magistrados, solo sometidas a Dios y a la conciencia...