Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 26 de febrero de 2019

Barros difíciles


  Repetir para uno el mantra horrible de que "el que implora la mirada de las otras es el verdadero infeliz". Apelar a una autosuficiencia ficticia: "Puedo vivir sin mujeres, amor ni sexo". Casi un meme simpsoniano que llama a ver la oportunidad en la crisis ("oportuncrisis"). 

  El coito me resulta irracional. Claro que en el fragor de la montada no diría semejante frase psicobolche. Me acusarán de resentido. Como si fuera un indigente maldito que raya los autos de los vecinos. Una cosa nada más: meter y sacar el pene de un orificio, u olisquear mucosas de otro, tiene tanto sentido como meterse un polvo en la nariz.

 Una erección actúa sobre el cuerpo como una descarga de opio: los miembros se relajan, el cerebro segrega sustancias gratificantes y uno y sus circunstancias pasan a muerte momentánea (el orgasmo y el aspirado de cocaína no son más que simulacros de suicidio). Desde ya, no digo que copular no figure entre mis prioridades. Claro que deseo encremar a alguna dama. Pero no podía dejar de hablar como si fuera un alcohólico recuperado que analiza el vicio pasado. En mi caso, la vida me convirtió en abstemio involuntario de ciertos placeres (mala suerte en el amor).

  Independientemente de estos avatares de doncellas esquivas, Tinchos cogedores imbatibles, riqueza cero y todo un mundo feminazi que no quiero, existe una experiencia que me transforma, me serena, me eleva y me consuela: caminar. No me fue dado el don de obrar en otros cuerpos, pero me guardo del daño moral de la soledad y el rechazo al andar calles de olvido bajo el sol. 

lunes, 25 de febrero de 2019

domingo, 24 de febrero de 2019

Título de la nueva era



  Más allá del sexo y del dinero, estás. Las vaginas deseables de Žižek no te pierdan. Tampoco te atrapen los coños fallidos de las misándricas enemigas del agua. Un hombre vale más que un culo.

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    Gracias por hacer de estas líneas un horizonte. Te veo en Estados Unidos, Japón, Irlanda, España, Israel o en cualquier otro bello país desarrollado. ¿Qué hay ahí? Me gustaría descubrirlo. Me intriga, me ansía vivir las tardes de ciudades lejanas, inverosímiles para mi realismo de Tercer Mundo y miseria.

  Un brujo mediático dijo, en la previa del partido que River le ganó a Boca en Madrid, que cambiar de hemisferio cambia la suerte. Puede ser. Me imagino todo diferente "allá arriba" (¿me asumí de abajo por una proyección de un mapa trazado del otro lado?). Los que me ven a menudo, recordarán que estuve en Europa. Sentí la diferencia. Aunque eso no se materializó en un intercambio de fluidos que corte una sequía sexual de años. ¿Mis frustraciones de la carne son prueba irrefutable de la verdad de la teoría de la Tierra plana? En absoluto. El mundo es circular, aunque aplanado en los polos (Geoide).

  ¿Adónde vamos?

  

miércoles, 20 de febrero de 2019

Pincelada del cuadro



  Alumbro la noche celular, la noche atea, en busca de las paredes del cuadro. Cuadro cuadrito de una dama desnuda, importante, altanera. Ella, ella. Y no sabe de mí.

  Noche celular, atea, en un cuadro de pared desnuda.

Nocturnito



  El viento te perturba el pensamiento. Caminás despacio, casi sin mirar las calles de tu vecindario. Cada tanto, te das vuelta para ver si viene alguien de atrás. Escuchás, indiferente, el paso de los autos muchos, susurros del tiempo que eclipsa al ser humano.

  Vas al pasado en ese marchar hacia tu casa. Vas al pasado más pasado, cuando ni imaginabas tu yoy: yo más hoy. Porque te uniste a tu actualidad, tal vez para sentir control. ¿Elegir ser parte del todo es elegir? ¿Para ser uno hay que alejarse de los muchos? Se parte de la masa hacia rumbos alternativos. O ser parte de la masa por varios motivos. Aunque creo que el miedo al qué dirán, o al bullying, moldea el obrar de millones.

  No hay más vos que en vos.

martes, 19 de febrero de 2019

Título de la era



  Distinto, para la secta de los espíritus arrebatados. Siempre un renegar de la época, del cuándo, el cómo y el cambio. Obstinación mesiánica. Sueños rebeldes y verdades enfrente que no acallan una conciencia puta, pública y contestaria. Enemigo de las deudas, novio de la pereza. Ver el agua mansa, el cielo tímido y las grúas quietas sobre un río de un cerebro perturbado por la derrota y el desdén. Queda el clamor por el regreso de un algo, de un alguien por inventar. 

  El estigma de ser el sueño de alguien más.

lunes, 18 de febrero de 2019

Machirulos, manginas y feminazis (Licenciado Roberto Pajens)



MACHIRULOS, MANGINAS Y FEMINAZIS
(DE LA BELIGERANCIA DE LOS BANDOS Y LA ARREMETIDA MANGINESCA)

Esta burda batalla de los sexos, que se observa con mayor énfasis en el campo simbólico de la realidad, confrontación netamente burguesa producto del tiempo libre mal usado, está generando ciertas manifestaciones que oscilan entre el patetismo, el horror, la comicidad, la sorpresa, la incoherencia absoluta y el delirio. Lo que se ve es lo siguiente: hay, al menos, dos frentes. Por un lado, el macho-facho-alfa, que es el nuevo sujeto masculino posmoderno estereotipado que esculpe su musculatura, adepto a las fiestas electrónicas, vacaciona en las playas, se burla, acosa y cosifica a las mujeres y reluce en las redes su existencia sensual y alienada, basada meramente en el goce estético y sensorial. Del otro, la militante feminista New Age, la “pañueluda”, la “feminazi”; furiosa muchacha que suele raparse un costado de la cabeza, teñirse el pelo con colores disruptivos, participar en marchas, despreciar el amor romántico y negar con ahínco todo vestigio de vida religiosa, conservadora y represiva (en sus formas tradicionales). Tesis y antítesis se necesitan la una de la otra para subsitir: si se eliminase un extremo del arco voltaico, el otro no tendría razón de ser y la contienda desaparecería. Es una realidad cotidiana y la conflagración, cuyo principal campo de batalla principal son las redes sociales, se manifiesta en forma de memes, escraches, trenzas en los muros, agarres en grupos de WhatsApp, etc. Pero hay un sub-sujeto que me llama poderosamente la atención: el mangina. El mangina es un hombre que adscribe al discurso de las feministas. Es el arquetipo del farsante: finge luchar y oponerse contra el macho-facho, pero en realidad hace una “operación de compensación”, en el sentido de que no posee los atributos físicos y simbólicos del machirulo: no está provisto de recursos prácticos para el levante. En síntesis: si no manginea, no coge. Muchos tienen un ignominioso pasado de vejámenes y maltratos, entonces, mediante esta camaleónica infiltración, buscan expiar sus culpas. Pero el mangina promedio, siempre atento, siempre sensible, reaccionario y emocional, se muestra preocupado y dispuesto a descargar su frustración contra los machitos del éxtasis y la electrónica: es el anticaballero que viene a destruir a los blondos príncipes, lo más cercano a la utopía feminista: un hombre "deconstruido" (Derrida se revuelca en la tumba). En la foto del post dejamos una muestra de la absurda cumbre a la que puede llegar este sujeto para obtener una mísera porción de la torta copulatoria global.

domingo, 17 de febrero de 2019

Salteadito



  La del solcito rojo contra el blanco, la misma que me lee, pero no me escribe. No me invita. No escrivita. Sigo bien la directiva que me impuse de bardear la lengua sin bardearla. Del mismo modo, insisto en derramar el agua negra de mis sesos para enojo de los que me insultan y me odian (legiones de jeiters jetones que no tienen huevos y, por eso mismo, me los rompen a mí). Anyway, Rubia del Burro, queda entre vos y yo esta cifrada charla de estrellas, bicicletas, violines, Oriente y el elefante que se mete en el bazar casi fruto del azar.

  Vos, tu ciudad de monos. ¿Entenderás de qué hablo? Nombro tu arcilla primigenia sin nombrarla. Creo que jamás te cité. Siempre cubierta y descubierta por el jueguito de palabras. La asesina de la cabellera dorada, la mujer de la katana y los ojos de Occidente.

  Hace mucho que no te escribía. ¿Por qué será? La cotidianeidad devoró mi Alan. Tal vez hoy lo volví a encontrar en la prosa veraniega del idiota. No importa. Todo puede resultar peor, mejor o más o menos.

  Me acordé de vos y me sacudió un terremoto. Me acordaré de vos y me sacudiré con tu foto...

La ciudad cliché



  Hace un año retornaba de un viaje de 33 días por Europa. Hoy pienso en la ciudad cliché. No veo su torre, aunque la muestre (fuerza de los lugares comunes). Me quedo con y en los barrios periféricos, bien a gusto entre comida de esforzados magrebíes y sonrisas de tímidas mujercitas de novela. Nada que no se haya dicho antes. El pretexto de París, de Jorge Asís, tal vez tenga algo especial por surgir de enemigo del burgués bobo. ¡Tanto para pensar! Solamente rescatar al Gran Turco, embajador de otro Gran Turco. 

  Si me preguntan por lo mejor de París, respondo "la Virgen Atea". Un déjà vu de calma, redención y vida.  Un recuerdo que vuelve y me envuelve en sosiego y silencio. La paz. Unos ojos claros que canjean pasado por esperanza. "¡Basta Alan!", exige, aunque yo insisto en chistes y divagaciones múltiples, seriales.

  Place de Cliché, Utopía.

martes, 12 de febrero de 2019

Silento



  Lento silencio e imposible mañana. Tan lejos de llover, tan lejos de volver. Un punto, dos y tres...

  Silento. 

  

sábado, 9 de febrero de 2019

Diálogo entre Borges y Pablo Lescano (por Ignacio Drubich)



Lescano: ¿Por qué si un negro corre dicen "esé afanó"? Es así, Borges.

Borges: No lo sé, Pablo. Ya lo decía Heráclito: uno no se mira siempre en el mismo río. Pero es paradojal, ya que Nietzsche hablaba del eterno retorno. Incluso hasta los mismos astros repiten sus fases. En suma, puede que el negro sea chorro, puede que no. Un dilema que ni la metafísica de Schopenhauer puede resolver.

Lescano: Atr, maestro. Mandále filosofía que yo te escucho, guacho.

Borges: Señor, no me llame maestro, yo no le enseñé nada a nadie.

Lescano: Vamos, vamos a bailar. Vamos a bailar que esto es una fiesta, vamos a bailar hasta que amanezca, ¡ay!

Borges: Vea usted, joven, no me ha sido dado el don del baile. Yo me motivo con las letras, quizás es algo indecoroso. Me miro al espejo y lo veo al terrible Borges, al Borges arquetípico, al Borges irreparable, a un hombre hecho de soledad y ocasos singulares.

Lescano: Cajeteála, guacho. No camines para atrás como un cangrejo. Ta todo piola.

Borges se levanta, tira un paso y Pablito aplaude.

viernes, 8 de febrero de 2019

Tinchos everywhere (by Martín Masturbobich)



Tincho está en el gym. Mili, Sabri y Luli, beldades del fitness y los milk shakes de 35 dólares, lo miran mientras hacen cinta con auriculares gigantes rosados y el pelo rubio atado que golpea contra sus espaldas pequeñas y marcadas. Tincho bajó del piso 18 y con eso ya entró en calor. El pedito se lo tiró cuando tomó los aminoácidos: pedo sin olor, claro. Antes de salir, miró en la cochera los circulitos del símbolo de su Audi y se autoafirmó. Esta noche tiene asadito en parrilla de tacho con cervezas Patagonia ("la de miel está bárbara, boludo"). De entrada, queso gruyere alemán con chorizo chacarero caté. El sol de Palermo le bruñe los brazos torneados. Mili lo laikea en Insta, Sabri stalkeaba en Linkedin y Luli, en feis. Saluda al profe chocando los puños, mira a diestra y siniestra, saluda al Fede, al Chuza y al Lisa. Empieza la rutina.

"Che, bola, soy el Tincho. Pegué onda con Milu, boludo. La del gym. ¿Le hago tacos o camarones a la crema? Voy a necesitar la camisa Lacoste que te presté. No te colgués, amigo. Le voy a pedir el Mustang al Rodo, me debe una. ¿Está en Martínez o en Caballito? ¿Tenés idea? Me voy a clavar medio de Viagra, ya tengo el champancito en la heladerita, no puedo fallar con esta. Está buenísima la piba. De cara, maso. Pero se hizo las gomas. Alucinante. Es la que andaba con Agus, el partner relationship de San Isidro. Todo el glamour. Termino una operación en I-Bay y paso por tu casa, cabeza".

jueves, 7 de febrero de 2019

Gendarme loco (por Juan Tierradentro)



Todo bien, chichis, pero preferiría estar tomando un vino patero con Castellani, hablando de la psique, de la transformación en Cristo, de las bases ontológicas de la literatura universal. Y junto a Castellani, Perón: el Zorro me enseñaría a persuadir, a granjearme el fervor de las masas y a patear el culo blanco de la maldita oligarquía mundial. Me gustaría que ambos lean el prólogo de mi novela y me palmeen la espalda. Ya en pedo, quisera ver llegar a Marechal (¡cristiano y peronista!), fumando una florcita, acompañado de dos hippies andariegos buena onda: a golpe de palo santo y charango, espantar a los espíritus del sionismo y la Masonería internacional: enterrarlos en sus malditos túneles para toda la eternidad. Hacer una fogata con mi uniforme de gendarme y que salga un fuego verde del cuál emerjan los alegres fantasmas de todos los papas y vivarlos y mirar al cielo y ver a Cristo guiñándonos el ojo, asegurándonos con el pulgar levantado la aquiescente estadía en el Cielo, junto a Dios.

Colectivos de corta y larga distancia (por Juan Tierradentro)



Uno siempre va a todos lados bien predispuesto, animoso, tratando de emanar salud, alegría y frescura. Es una actitud frente a la vida. De tanto que te empeñás en eso, se forja una especie de hábito saludable y cala en tu naturaleza, se acomoda en las capas profundas de tu ser y, finalmente, te volvés un aristócrata de espíritu, alguien agradable a la vista, al tacto y al olfato. Si alguien se sienta al lado mío, yo no voy ni a toser, ni a respirar como si me estaría muriendo, ni a comerme las uñas, los mocos, las cera de la orejas; no te voy a expulsar aliento pestilente en la cara y, si estornudo, me tapo la nariz y hago una implosión con tal de no rociarte con mis fluidos nasales.

Vamos al punto: los colectivos son una mierda, un basurero humano, un inmundo receptáculo con ruedas donde decenas de organismos descontrolados y egoístas conforman una enfermiza atmósfera de pedos, olor a meada, quejidos, culos sucios, diálogos estúpidos. La gente se comporta  como una verdadera bestia: bufa, chilla, ronca, se frota; los críos padecen, lloran; las madres desesperan y los pellizcan para que callen y el pichón redobla la apuesta, se desvela y muge con cada vez mayor desenfreno. Muchos escuchan música fuerte, tiran el aliento en los vidrios y todo suda, todo llora, todo se derrite... y un alma como la mia - delicada, fragante, sutil, silenciosa - sufre, sufre y sufre. No hay otra. No me interesa que la voz de la pantalla, después de mil recomendaciones triviales, diga: "Los invitamos a ver una película". ¡Quiero llegar a mi casa, a mi cama, a mi espacio, a mis reglas! ¡El colectivo es una verdadera dictadura! El sometimiento a las leyes anatómicas de los demás, al oscuro egoísmo de fluidos, voces, ronquidos y ominosos sonidos guturales que brotan desde el fondo como verdaderos demonios acosadores. Dos horas y llego. Dos horas eternas. Amo todo lo bello, lo simple, lo aristocrático y sofisticado natural. Detesto lo colectivo y los colectivos, amo lo individual.

Perfil de un Tincho (por Martín Masturbobich)



Tincho se levanta, toma su batido de Whey Protein, se tira un par de peditos, arroja Poet con fragancia a bosques suizos, le pone la correa a su carrasposo bull dog francés, clava las ray ban, se para los pelos negros de cholo serrano con gel biferfdil, pasea bajo el tibio sol palermitano mientras chequea el celu lleno de hembritas jadeantes agradecidas por sus erecciones de nueces y sildenafil. Planea la fiesta electrónica, el asado careta con los pibes, el paso por la barbería, la cervecita ipa al atardecer, la merienda con yogurt ser y una granola especial de Bangladesh. Recuerda que tiene un audi, recuerda a Carola, a la Fer, a la Pitu. Vuelve a su trabajo freelance de venta de implementos tecnológicos por la web y es él, re él.

lunes, 4 de febrero de 2019

¿Juancho Talarga tiene razón?



Ayer Súper Femininja me escribió por privado párrafos de fantasmas temibles. Me dijo, entre muchas otras cosas, que yo no soy el único "macho" en situación de no coger. "Para que no te sientas tan solo". Luego recordé los casos de algunos amigos: uno hace dos años que no pincha. Otro lleva casi un lustro sin lustrarla. Terrible. Después, conozco algunos que se prenden con desesperación a chicas que en verdad no les gustan. Una forma de hacer trampa en una sociedad que manda a coger porque se acaba el mundo (¿o acaba el mundo frente a una pantalla?). Tengo la teoría de que hay varios compañeros en el duro camino de la abstinencia sexual indeseada. Pasa que pocos existen como yo: valientes que admiten su fracaso a los cuatro vientos. A mí no me importa nada. ¿Qué puedo perder por decir la verdad? Así dijera que soy el gran lecheador de América, nadie me creería. Tal vez el que me insulta todos los días en el blog tenga razón: soy un pobrero villero perdedor, un idiota con la billetera vacía y los huevos llenos de represión y frustración.