Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 5 de mayo de 2020

De Lugano 1 y 2 al mundo



Desde el día en que me recibí en Puan, sé que me puedo morir tranquilo. Yo quería dos cosas en la vida: un título universitario y conocer Europa. Demasiado para un chabón de los monoblocks de Lugano 1 y 2. No sé cómo existen terribles burgueses desalmados que no se conforman con nada, que desean más y más, hasta que no haya universo. Digo, el mondongo del surfista de Ostende, ¿qué onda? ¿Y los que chetontos que fueron a Pinamar en cuarentena? ¿Y los rugbiers de Gesell? ¿Y el Tincho violador de Rodrigo Eguillor? ¿Los globoludos? ¿Qué me dicen del viejín que se subió gravemente enfermo a un avión en Madrid? Fíjense qué clase social destruye a la Argentina con su apetito existencial desbocado. Porque, aunque digan lo contrario, son altos ateos. Como católico, no me importa la muerte. Por eso mismo, vivo con profunda felicidad y alegría peronista; con fe, con esperanza. Dios existe. Y si me llama a su lado, me voy. Sé que voy a resucitar de entre los muertos. Por la gracia del bautismo, nací del espíritu. Los humildes no vivimos según los desvaríos de la carne. Anhelamos el cielo y no la vil fama de machotes malotes, verdaderos amigos de Satán. San Alan, patrono de la juventud argentina, los bendice.

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