Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 29 de diciembre de 2019

Todo uno para uno




  La vida como un erosionarse ante afectos inciertos de efectos adversos. Así van muchos varones, que se parten y se reparten entre muchas deidades del instante y el Instagram. 

  No creo esa de que cada una te da algo y así hasta levantar una montañita de tantas piedritas. Más bien lo contrario: el hombre pierde un poquito de sí cada vez hasta acabar en nada. Tiempo, libertad y sueños quedan atrás. Incluso amigos. El camino del pollerudo es camino de servidumbre. 

  Podrán decirme que ser hombre heterosexual no implica devenir mangina o pollerudo. Clarísimo que no. Sin embargo, a muchos los pierde la fatal arrogancia. Creen que pueden dominar la acción humana, pero no. Al tiempo y sin quererlo, el ama los lleva a todos lados de la correa. Desde ya, no me refiero a una práctica sadomasoquista conscientemente deseada, sino a una paulatina aniquilación del amor propio del sujeto.

  Como siempre, me adelanto a posibles objecciones. Seguramente me acusarán de envidioso de los hombrecitos con éxito en el amor y la cópula. Me defiendo así: no hablo para quitarle mérito a las conquistas de los demás. Simplemente advierto que muchas veces los supuestos conquistadores terminan encadenados bajo el sol del verano y sin agua ni comida. El mundillo chongueril poco tiene de bueno, más allá de orgasmos y aprobación mundana. 

  El hombre, cuando está ante la ley de la mujer, cree que va a llegar alguna vez, pero eso no sucederá nunca. Él siente que, luego de un proceso determinado, podrá dominar todas las artes amatorias y de seducción y que su pene ha de transformarse en una llave mágica capaz de abrir todas las piernas. A poco andar, muy al contrario de su convicción inicial, se descubre débil ante las primeras frustraciones. En este juego de la oca, algunos avanzan rápido, no lo niego, pero la vida más de una vez los vuelve atrás. Veamos un ejemplo: un machito alfa garrotero y cogedor un día recibió un no. Un no que lo mató. No supo cómo manejar la situación y quedó cerca de tocar la lona. Quizás hasta perdió algo de su atractivo original. Retrocede casilleros. Vamos a reforzar el discurso con algo más fuerte. Imaginemos un jugador de fútbol millonario, un empresario acaudalado o algún artista muy rico. ¿Qué pasaría luego de un divorcio? Adiós a la mitad de los bienes. Eso si detrás no viene una depresión...

  Juego de suma cero (ellas ganan y ellos pierden). Vemos que el ajedrez tiene dos damas y dieciseis peones. Proporción harto comparable a la existente entre mujeres y varones. Porque, en el mundo del ligue, - de Tinder, Happn, Instagram, Facebook y las discotecas - los hombres conforman una gran mayoría que muere por las pocas reinas que hay en el tablero. Si son blancas o negras, no marca la diferencia (unas empiezan primero, ventaja racista que la sociedad meritocrática no ve). 

  Al revés de lo que llora el discurso feminista, parloteo hegemónico consagrado por los Estados, las empresas, la ONU y todos los poderes de este mundo, la posición de la mujer - al menos en Occidente - es de privilegio. Uno simplemente quiere darle visibilidad a estas problemáticas. Los comunistas de la ideología de género se inventaron la ficción del patriarcado porque un fantasma recorre sus mentes. En verdad, existe un matriarcado casi absoluto. Un adoctrinamiento para seguir en todo los caprichos de la hembrirula de turno (sea abuela, madre, hermana; amiga, novia, esposa, amante; maestra, profesora, psicóloga; periodista, diputada, presidenta). 

  Consejo para las mujeres: vayan a deconstruirse. Deberían rever sus privilegios. El Estado opresor es una mujer represora que te saca la mitad de tus ingresos. Listo. Consejo para hombres: recuerden que no todo lo que brilla es oro. No confundan pasión con amor. Sean conscientes de que muchas veces están con ustedes por interés y, si pudieran, los botarían por otros. 

  Desde ya, no todos somos iguales (gracias a Dios). La igualdad se da en tanto hijos de Dios, hijos de Abraham y peronistas. Pero, evidentemente, cada cual obra a su manera. Yo, como varón, evito caer en el totalitarismo feminista. La mayoría de las canciones que suenan en la radio, sean de cualquier género, hablan de amor. En la programación cultural, se da una repetición enfermiza de lugares comunes y una asignación arbitraria de valores.

  Decía que no todos somos iguales. Conocí mujeres muy buenas, como la Piba Troska, la Virgen Atea y la Lumpenaza del Señor, grandes amigas. No son las únicas virtuosas. Muchas se han sacrificado mucho por sus parejas. Heroínas anónimas. Hay de todo en la vida. Pero no podía dejar de observar estas cosas. Felicidades. Dios los bendiga.

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