Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 20 de julio de 2019

Finitud indiscreta



  Un tren muy cerca de la isla de aquella vez. Una tarde en que quise escaparme de mis errores. Improvisé el proyecto de otra vida en esa fuga furiosa. Cometí el femicidio simbólico de haberle dicho a una amiga que la amaba. Me tortura hasta hoy el arrepentimiento. Ella me manifestó historias con otros protagonistas y bueno, en un sinceridio sin sentido, puse en palabras el amor que siempre en mí estuvo. No le gustó. 

  Hablábamos de todo con total confianza, hasta de fantasías, pasados e intimidad. Pero amar tiene otra gravedad. Más que querer besar. Todo esto de la declaración de la culpa, por WhatsApp. Y de ese escándalo me quise ir. De ese recuerdo tan turbio. Me fui lejos en tren, cerca de un lugar muy especial para ella. Me escondí de la racionalidad en un viaje de jamás. Me sentí un asesino de la amistad.

  No me va manginear ni posar de "aliado" o deconstruido. Todo lo contrario. Me duele desde lo personal, no desde algún constructo social de un colectivo verde sin frenos, que atropella bebitos y se ríe de ello (misma risa que la de los Tinchos fríos que me hablan con desdén y voluntad de olvidarme).

  Alguno dirá que fui valiente al intentar salir de la friendzone. No lo creo. Me parece que me equivoqué fuerte y feo con un unicornio que Dios me regaló. Había tomado alcohol, raro en mí, y escribí textos guasaperos llenos de enredos sentimentales. 

  Con el tiempo, tomé conciencia de que tengo que dejar ir. Los unicornios aparecen para cumplir milagros. Luego se van, se van y no vuelven más (¿o sí?). En mi afán de buscar la poesía, mato la esperanza. Si dejo al margen mi pretensión de bardo dramático, puedo decir que en la vida todo pasa. En unos años, recordaremos estas pasiones como anécdotas. Tal vez yo conozca una mujer. Y ella puede que siga con el mismo muchacho o algún otro (¡ojalá sea yo! Pero lo dudo). 

  Sinceramente, fue magia. Mejor dicho, algo sobrenatural. Cuando quise aprehender al hada, se desvaneció en la indiferencia. Volvimos a cruzar algunos mensajitos, no mucho más. Yo rompí algo. Tengo la condena que merezco. Con el atenuante de que nunca tuve mala fe: todavía sueño sea mi mujer y que hijos me dé. 

  Ahora bien, ¿yo estoy dispuesto a buscarla? No. Rechazo el acoso y acepto su rechazo. Ya fue. Si una mujer está todo bien con vos, te busca y te encuentra. Es una mentira machista eso de que debemos ir detrás de ellas. Mi error fue haberme puesto mimoso vía Guasap luego de algunas cervezas. 

  Actualmente, no me tiene bloqueado en WhatsApp. Pero hace tiempo que no me escribe. Yo tampoco lo hago. Un empate. Triste. Por mi culpa, por mi gran culpa. Alguna puede decir que ella ya sabía que me pasaban cosas y que debió haberse alejado. No coincido. Ojo, tampoco siento que soy el peor hombre del mundo. No creo en la moral feminista y me declaro enemigo de esa religión fanática.

  En síntesis, traicioné la confianza de alguien. También me fallé a mí mismo. Lo positivo de todo esto fue haber recorrido un largo camino en soledad, sin depender de la amiga con corazón de madre. Me había acostumbrado a su ternura. Me hice adicto a la paz que me brindaba. Obvio que la extraño. Pero creo que las cosas pasan por algo. Digo, tengo que empezar a conectar con otras personas, no estancarme en la amiguita novia de un otro...

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