Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 7 de mayo de 2018

Seis años sin sexo



  Un pacto de uno con Dios, con su conciencia, consigo mismo. No forzar acontecimientos, no caer en los barros aledaños al buen camino. Más que virtud, una fuerza contenida. No sirve dilapidar los pocos bienes de los que se dispone con putas al costado de las rutas. Tampoco conviene meterse en la primera casa cuyas puertas te sean abiertas. Tu destino, vos que sos yo y yo que soy vos, pasa por crear y creer en una forma distinta de encontrarse. 

  No vale falsear el Vía Crucis de soledad y sombras. Van casi seis años sin sexo, sin amor, sin besos ni historias. Hubo varias que me rechazaron y algunas que yo rechacé también. Entregarse a la primera que se entregue, sin que a uno le guste, cuenta como trampa, lisa y llanamente. El pacto pasa por una espera, por un ayuno grave y fuerte, por dejarse marchitar por un sol inclemente y botón como perrito guardián.

  No espero que la culminación de estos seis largos años se dé en mi noche de bodas. Ni sé si habré de casarme algún día. Simplemente me impuse un desafío para templar mi alma y mi cuerpo. No lastimo a nadie. Elijo ir a desiertos muy alejados de las aguas vaginales por las cuales tantos matan. Cuesta entender esta elección de vida, que no se enmarca en la religión ni en un régimen de un deportista. Resumido este párrafo en una bocha cortita y al pie, no me va ésa de "en época de guerra, cualquier agujero es trinchera". 

  Alguno creerá que espero a "la mujer ideal". No. No pasa mi prueba por aguardar la llegada de una novia o de un vínculo algo estable. La aventura estriba en acostarse con alguien que a uno le guste. Y conste que no pertenezco al grupo de los hombres exigentes. De diez mujeres jóvenes que veo en las calles del centro de Buenos Aires, pueden gustarme siete o seis. 

  ¿El problema? No me resulta fácil ligar. Muchas casadas, con novio, con hijos, con problemas de todo tipo. Muchas que no gustan de mí. Muchas que no nada. Y tampoco da el contexto cultural actual para ensayar la seducción así porque sí, fuera de toda referencia. Digamos que noto que surgen muchos vínculos sexuales y afectivos entre compañeros de estudios y de trabajo. Los que me siguen, sabrán que voy a una universidad de feministas que juzgan como violación una simple mirada, aún si ésta nace de la admiración y no de la lascivia. En cuanto a lo laboral, me muevo en ambientes donde mejor guardar una imagen, una ética. Por otro lado, dada la situación del país, no me sobra la estabilidad como para "tantear el terreno" con mis colegas.

  Entiendo que en algún momento conseguiré acabar con tan larga sequía en el sexo. Doy este testimonio porque me parece valiente de verdad. En nuestra sociedad, podés decir que no tenés para comer, pero admitir que se padece una larga temporada sin meta y ponga pistola... 

  Hay que ser duro para reconocer la derrota. Todos cuentan las que supuestamente ganaron. Casi nadie, y menos en la juventud, admite su fracaso con las mujeres. Yo cuento todo. Doy mi verdad, mi parecer y padecer. Ya me daré el placer de dar toda mi leche...

No hay comentarios:

Publicar un comentario