El alcohol me desconfigura y elijo un final precipitado, bien alternativo. Cisnes negros en cantidad. En mi mundo abundan. No me importa el decir de nadie. Escribo con plumas que causan espanto.
Blanqueo y hurgo la conciencia ajena mientras me humillo en mis barros y doy por muerta la espera eterna que ofrece éste y cada gobierno.
Ya no busco más entre años ni semestres venideros. Tampoco me doy a la melancolía de recordar. Agradezco sí el honor de haber nacido en tu patria, lo que no significa respeto idiota y silencio hipócrita.
No soy yo.
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