Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

viernes, 7 de abril de 2017

Visita a Alan



  Ver a Alan, ver su luz, verme a mí en él y a él en mí. Nuestros desasosiegos de juventud entremezclados con flores todavía no marchitas: estaciones cruzadas de otoños y gestas en un vía crucis de hombres que aman la libertad y rechazan falsos paraísos terrenales. Decir así porque varios calvarios y ayeres viven en esas indulgencias vendidas por muchos, utopías que le dicen.

  Lo encontré levitando en un cielo de serenidad,  un cielo de paz y sabiduría precoz. Aunque joven, fue visitado por miles de sucesos que le dijeron infinitos de eternidades, casi como si cada día suyo fuese una sesión espírita. Las almas bullen por allí y riegan de susurros las áridas tierras de los espíritus estériles.

  Una casa y, al fondo, una huerta. Cenamos del fruto de su pequeño trabajo de independencia. Soñamos un mundo donde cada cual cosecha lo que siembra, lejos del embotamiento que de los sentidos hacen las ciudades sin norte, colapsadas de sur y de viles artistas metalizados del género chismográfico, esa manifestación paroxística del desdén por todo atisbo de volar aunque más no sea un cuarto de fuga.

  En resumidas cuentas, vi a mi amigo y me revisité en él. Y entrambos creamos futuro a sabiendas de que un pretérito con sobredosis de tensiones históricas nos regurgitó de sus entrañas para que seamos nada, o nada más que peones en el fin de la historia. Pero rechazamos ser la excrecencia de la prepotencia ajena: queremos devenir encuentro con las musas y los dioses vetados por las mundanidades en auge. A diferencia de los tiempos que nos quisieron mentar para figura de olvido, nosotros somos partícipes de una voluntad nueva: dejar que el resto sea. Porque cada cual, al fin y al cabo, es hijo y padre de sí. Por ende, prefigurar destinos para otros es secuestrar el libre albedrío regalado por la naturaleza. Sintéticamente: no seremos totalitarios. Trazamos un camino, pero es uno entre tantos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario