Viejo lobo de mar me quiere matar. 54 años el tipo. Un cuarto de siglo de experiencia me lleva. Dice, incluso, que fue a la Guerra de Malvinas y que jugó al rugby. Mide un metro ochenta, lo mismo que yo. Pero anda algo excedido de peso. Puedo aventajarlo por juventud, velocidad, estado físico y otros factores. Sin embargo, temo que el enemigo venga a buscarme con un arma de fuego. Dios me libre y me guarde de este gorila, de este marino masón. No puedo rechazar una cita de honor. Aunque regalarme a la muerte por nada no parece buena opción. Tal vez se cumpla el sueño de un familiar directo que me vio en un combate contra un gordo alentado por una multitud. Desde ya, no subestimo a mi adversario, veterano de temer. No obstante, no me rendiré. El Señor me conceda salud y victoria y destruya a mi retador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario