Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 28 de junio de 2018

Agujeros en la nada



  Vino un hombre a verme y me habló de pasajes multidimensionales. Algo así: yo paso una puerta en Buenos Aires y al rato salgo en París, donde me espera la Virgen Atea para tomar un te. A ver, cambio el ejemplo y te incluyo: en el Obelisco, una puertita que lleva a un lugarcito cerca de tu casa, en el Norte. Segundos nomás el viaje. ¿Cómo? Le dicen ciencia ficción. Como si uno pudiera disolverse para luego reintegrarse en otra parte, una resurrección formato turismo que dejaría como racional a Menem y sus famosos vuelos a través de la estratósfera (de La Rioja a Japón en veinte minutos).

  No me sorprendió mi interlocutor con la eyaculación precoz en los viajes intercontinentales. Segundos y acabar en otro sitio. No sé en dónde, pero la tele me ha mostrado portentos similares. Seguramente los lectores sabrán de qué hablo. Ahora, el marcianito que vino de visita dejó en mi mente un fantasma marca siglo XXI: parece ser que las redes de wifi, los datos móviles y todas las señales que cruzan el ambiente crearían agujeros negros capaces de tragar objetos en las viviendas. "Alan, por eso desaparecen cosas". No creo en teorías conspirativas. Pero me suena más racional que la radiactividad degenera en ejércitos alemanes de olvido y enfermedad. 

  Si pierden algo, busquen. Hasta la virginidad se puede encontrar con buena voluntad.

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