Discursitos del mundo

  Te digo que podemos hacer un buen dinero con nuestra historia, la historia que no fue. ¿Te imaginás una serie en Netflix? O una película del tipo About Schmidt. Sencillo: se trata de un hombre joven de Sudamérica que, a través de un blog, le escribe a una mujer un poco más grande que vive en el Primer Mundo. Él, mezcla decadente de Rimbaud y el "Chino" Maidana. Ella, violinista, ciclista y sindicalista. Ellos se conocieron. Pero no tuvieron roce alguno. El muchacho quiso, ella lo esquivó a lo Mayweather. Para vender más, digamos que te fuiste del país por mí. Te hacía mal con mi insistencia. Acoso soft. No sucedió. Pero la polémica genera ingresos. Bueno, partiste al extranjero y me partiste el corazón. Yo te escribí y vos no. 

  Para darle magia, digamos que la historia se cuenta en dos tiempos: la realidad de barriobajo del joven argentino y la vida brillante de la rubia en un país desarrollado. Tus amigos se ríen de mí al leerme. Pero vos, por dentro, sentís algo de culpa por haberme dejado en el infierno. Digamos que te enterás que un narco quiso matarme y que terminé malherido en un hospital, entre muchos incidentes. Vidas paralelas. Vos, en cambio, un éxito tras otro, pero eso no te llena.

  Finalmente, el eje ha de ser el reencuentro de ambos personajes, lo que no resultará fácil debido a muchos obstáculos. Por ejemplo, un ex loco te boicotea. Tus amigas me aborrecen. Tus amigos te inculcan que soy un perdedor. Por mi parte, debo irme de mi barrio porque un grupo de policías corruptos me busca para matarme.

  Le metemos de todo a la historia: escenas donde yo recito poesía, peleas en bares, persecuciones a toda velocidad. A vos te ponemos pensativa en tu trabajo, rara, extraviada. O, mejor, tenés sexo con un hombre estúpido, que no te genera remolinos, como te gusta decir. Pensás en mí.

  Me gustaría que me interprete Gael García Bernal o Maluma. Para vos, cualquier rubia bonita de ojos claros. Sos muchísimo más joven que ellas, pero pienso en Uma Thurman, Kylie Minogue, Nicole Kidman. Te veo ese perfil. Ah, quiero que sepas que pienso convertirte en mi esposa. No vayas a creer que el volverme un guionista de éxito me transformará en un completo idiota. Hay algo de tu personalidad que me obsesiona, que me vuelve loco. Por eso te escribo. Ahora, hagamos redituable estas pasiones.