Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 6 de agosto de 2019

Título de otra muerte



  Sentado en posición fetal, todo el mundo en el cráneo. Uno. La psicóloga escucha, pero no entiende. No da respuestas. Ciertas expresiones dejan entrever asombro de su parte. No sabe qué decir, ¡tantos años de estudio para un silencio de radio! Hablar rápido, bien rápido, e ir de aquí para allá. La persona que no perdona, la persona bajo la lluvia sin paraguas, con el pecho duro contra el cielo y las balas. Luego, el dibujito de la casa: vive un muchacho de treinta que se llama Alan. Aunque no se note, la morada del mejor yo cuenta con claraboyas por todos lados: muchas entradas de luz solar. Piso alfombrado. Sótano. Amplia biblioteca. Pileta. Quincho. Garage. Altillo. El hacinamiento de Lugano 1 y 2, verdadera patología mental, queda afuera por un rato. La sesión funciona como un cheque en blanco. Un barrio residencial de Buenos Aires. Gente linda. No se escucha cumbia villera de fondo. Tampoco reguetón, trap y otras porquerías semejantes. Soñar un poco. Una palabra tras otra.

  "La procesión va por dentro". Hombre joven, sano, fuerte, apuesto. Pero toda esa hermosura deviene brava soledad al carecer de soporte monetario. Un pobre del suburbio, un hijito del sol, un heredero de la nada. ¿Qué importa ese Adonis sin obra social cuando hay millones que sufren más, que sufren de verdad? Mutilados e iletrados que piden pan por las calles de las ciudades. ¿De qué quejarse entonces? Consuelo de tontos el dolor ajeno. Los extremos garantizan el conformismo de los del medio. Así se pasa la historia pequeña, la micro, la de todos y la de todos los días. Tal vez el cielo contenga una biblioteca con las biografías de los que pisaron este hermoso planeta. En la eternidad, leer las vidas de los santos desconocidos y de los pecadores sin nombre...

  Mirar a la licenciada. Podría haber sido una noviecita o una amiga con derechos, pero no: ella escucha y juzga con mil caras. Pese a su desconcierto, se nota cierta ternura. ¡Qué bonita! ¡Una Milipili! Blanquita, bien europea; una porteñita hecha y derecha. Profesional, igual que uno, que recibe la debida felicitación por ser otro charlatán de lo humano. Cierta complicidad flota en el aire. La derivación evita males mayores. Todo pasa. El tiempo ordena. Dios dispuso un juego de avances y retrocesos con algo de azar y cierta pericia de parte de los que tiran los dados (los especuladores del pulso y el lanzamiento perfecto). 

  I'm so happy... 

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