Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 6 de febrero de 2020

La ideología chonguística




  En la Argentina, se habla de "chongo" para referirse a hombres atractivos, generalmente jóvenes. El término fue popularizado por el intelectual Juan José Sebreli, que explicó que la palabra surgió en el ambiente homosexual argentino. Hoy en día, la expresión es utilizada más que nada por mujeres, usualmente en relación a amantes y varones para unas pocas noches. Más allá del concepto en sí de lo chongueril, quería esbozar algunas líneas sobre qué consideran deseable las argentinas en un tipo. De ahí el título de "La ideología chonguística".

  Para empezar, el chongo suele llevar el pelo corto. Bien machote, malote. Un garrote. Obvio que hay galanes de cabellos largos, tipo Facundo Arana en su momento, pero, en general, los perfiles más vistosos son aquellos considerados más viriles: policías, militares, delincuentes, transas, abogados; boxeadores, patovicas, luchadores de UFC; cantantes de trap, reguetón y rap; políticos, empresarios, gerentes de grandes empresas, empleados bancarios. Ahora bien, observen lo siguiente: el cortecito cortito lleva implícita la idea de productividad laboral, de seriedad, de hombre con un buen trabajo. Un sabio judío me comentó una vez que yo debía estirparme las mechas porque "para la semiótica del sentido común, el pelo largo significa vago". Sí, las crines me llegan casi hasta la mitad de la espalda. Cinco años sin que Dalila alguna use en mí sus tijeras. Sigo abajo para no estirar tanto el párrafo...

  El pelo largo está asociado a comunismo en el inconsciente colectivo argentino. El Che Guevara. Los subversivos de la década del '70. Los militares asesinos, que se llevaban pibes presos por no dar con el aspecto oficial (la "colimba"). Digamos que mi look pasó de moda. Encima, representa ideológicamente una postura antisistema. Ellas quieren un empleado bancario bien remunerado, un valiente oficial de policía, un exitoso ladrón, un fuerte boxeador, un hábil político. Supongo que me darán contraejemplos, como el bello de Santiago Cafiero, pero vuelvo sobre lo mismo: una golondrina no hace verano. Yo trato de sistematizar la realidad, describo formas de producción y reproducción.

  En general, existen pocos varones no famosos que sean populares en redes sociales. La riqueza de "likes" suele estar del lado femenino. No hablo de youtubers, sino de pibes comunes y corrientes que puedan tener cientos de "me gusta" en una foto. Bueno, en la mayoría de los casos, esos pibitos facheritos, chonguitos, llevan el pelo corto, ostentan buena condición física y tienen cara de malotes. Vamos a explicar más y mejor todos estos puntos.

  Hago un paréntesis en este párrafo para hablar sobre las barbas. Tema polémico. Como Team Verano y Team Invierno. En los últimos años, tuvo un auge su uso. Creo que influyeron muchos futbolistas, como Cavenaghi, el Chori Domínguez, Pocho Lavezzi y otros. Antes también se asociaba el pelo facial al comunismo. Ahora, hasta hombres de derecha, como el Abogado Nivel Dios, andan barbados por la vida. En esta cuestión no voy a ahondar. Solamente mencionar que, vista la profusión de barbudos, empezó el negocio de las barberías. En mi caso particular, no me afeito porque suelo irritarme mucho la piel. Sufro. En fin. Sigo con la descripción de la ideología chonguística.

  El hombre de pelo corto, que mira serio al horizonte, cuan gerente de un banco que sueña con negocios millonarios en China, despierta más interés en las mujeres que un hippie de pelo largo de Filosofía y Letras("Acá sí que no se coge", ver el sketch). Dirán que hay de todo en la viña del Señor. Sí, pero yo hablo de la general. No puedo ir caso por caso. No me da la vida. No quiero ser Funes el memorioso. Paso. Ahí abajo les dejo la máxima...

 El hombre de pelo corto, el servidor del sistema, se muestra como mejor partido, como un buen proveedor. Despierta más confianza que un predicador de imagen crística, como uno, que imita a Jesús hasta en el aspecto. El Tincho transmite seguridad material. Parece, en potencia, un buen padre, un buen marido. 

  Además del pelo, otra característica del chongo, es un gran prestigio dentro de un determinado círculo social. Tincho, Tomy, Rola y Ferchu son pibes queridos por las chicas del colegio bilingüe, todos los padres los quieren como posibles yernos, da orgullo juntarse con ellos. Se puede cambiar de clase  y traducirlo así: Brian y Kevin son guachos que se la bancan, van al frente, se comen a todas las wachas, son bien turros. En todo caso, se trate del nicho social que sea, la mujer debe sentir el pecho inflado por haberse acostado con vos. Si te oculta, es porque no valés nada para ella. Sos un friki, un pobretón, un boludo, un fracasado. Ella no le contará jamás a su familia que tiene algo con un tipito de tu onda. Antes de cualquier intento de formalizar, o aunque sea de mencionarle como anécdota a una amiguita que se encamó contigo, te descartará. O hará lo posible para que te vayas silbando bajito. 

  La mujer busca status. Si vos no sos el macho alfa de la manada, ya sea ésta de rugbiers patoteros o de villeros que roban tipo piraña, no existís. No figurás. No te va a registrar. Puede que consigas sexo y algunas citas con alguien, pero si ella no siente orgullo de estar a tu lado, la relación no prosperará. Ni siquiera como algo informal de encamadas a hurtadillas. Ni para eso. Su deseo sexual pronto se marchitará. "Secaconchas", para sus adentros te dirá, y se irá. 

  Hagan el ejercicio alguna vez de ir a un bar - o pub, para ser más chetos - y escuchen conversaciones de mujeres. O intenten oír de qué hablan sus amigas y compañeras. Se darán cuenta de qué modo se refieren a los hombres: "El otro día conocí a un abogado". Puede ser cualquier otra profesión. Pero nunca importa si Juan o Pedro es un buen tipo, sino su ocupación, su lugar en la sociedad. Tanto tenés, tanto valés. Y lo mismo aplica en los barrios bajos, con una escala de valores totalmente distinta: "Mi marido, el Brian, 'ta en la cárcel". En ciertos ambientes, ser delincuente goza de gran prestigio. Los pobres laburantes quedan exceptuados de toda consideración. Como dice la canción de Hermética, <<el mundo te bautiza sonriendo "gil trabajador">>.   

  Me pasó tener trabajos de mierda y que nadie me dé bola. ¿Quién querría decirle a sus padres que su novio labura como empleado de limpieza en un depósito lleno de ratas? El proletario raso es un macho omega, un machito impotente en la lucha por la vida (esto según la mirada femenina). Igualmente, esto no se limita solo a una experiencia personal: conozco centenares de casos así. Siempre he observado con atención la sociedad porteña, en todos sus estratos.

  En cuanto a la vestimenta, el hombre más valorado suele usar traje. Más capitalista y productivo que eso, imposible. En caso de otros círculos sociales, como los barrios bajos, las zapatillas caras y la ropa deportiva pican en punta. Un calzado de más de cien dólares genera una fuerte atracción en la chusma femenina.

  Otro símbolo del chongo es la movilidad: auto o moto. Difícilmente, él se mueva en colectivo. Un tipo solicitado por las mujeres, un pata de lana, no puede andar en colectivo en horarios imposibles o en rincones donde no pasa ni Dios, mucho menos el subte. El coche suele ser garantía de sexo, aunque más no sea en el fondo de un descampado, picado por mosquitos y el temor cierto a un robo y la humillación de quedar en traje de Eva ante completos desconocidos. 

  En síntesis, el chongo es el hombre que Mili se jacta de haber conocido. El chongo lleva el pelo corto y suele tener auto o moto. Su actitud es de malote. Nunca chico bueno, conversador, comprensivo de los problemas de las mujeres. Esos terminan condenados a muerte en la maldita friendzone. Don Chongo coge y se va. O manda que se vaya la muchacha en un taxi o un Uber. 

  La mayoría de las mujeres aman a los chongos. Yo las llamo chongueras. Ojo, hay excepciones. Muchas salen con tipos comunes (¡y no hablo de tipitas viejas o feas!). Tengo amigas y compañeras que priorizan lo intelectual, la personalidad, la buena onda. De hecho, a mí me han solicitado algunas muchachas, pero he pasado de largo al no ser ellas de mi preferencia. Existen almas sensibles, que prefieren a los artistas a los hombres de negocio. No podemos obviar el fenómeno de ciertas tribus urbanas, como los hipsters y los hippies, donde la cultura de los alfas ligones y los incels omegas no tiene mucha razón de ser. Ahora bien, puede suceder que estos nichos potables colapsen y, finalmente, las subculturas, o contraculturas, terminen reproduciendo ciertos estereotipos nefastos. De todas formas, descarto que la multitud de manginas que componen la sociedad paguen un alto precio en erudición y horas de lectura para adentrarse en ámbitos cerrados...

   Como es mi costumbre, me dejé llevar y se me hizo un poco largo el texto. Agradezco a los lectores su paciencia y pido disculpas por las molestias ocasionadas. Como consejo, les digo que no se crean el verso del chico bueno y simpático. A ellas le gusta machotes, esos que llaman malotes y que dan azote...

No hay comentarios:

Publicar un comentario