Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 22 de febrero de 2020

Cinturita de avispa



  Muy común escuchar a las mujeres recordar los -según ellas- mejores días de su juventud: "Yo era la más hermosa del barrio. Las tetas me llegaban a la cara, el culo me tocaba la nuca. ¡No sabés qué cinturita de avispa tenía! ¡Todos me miraban!" La comparación con el estado previo al embarazo también suele ser recurrente. El cuerpo como eje, como lo más importante de la vida. Como si no hubiera otra cosa: amor, inteligencia, bondad, cultura, experiencia, sabiduría. ¿Quiénes cosifican? Muchas veces, el juicio femenino resulta más severo que el del supuesto patriarcado, la ficción más popular de nuestros tiempos ateos, supuestamente tan racionales ellos, tan científicos...

  "Sin tetas no hay paraíso". Uno escucha a muchas hablar con nostalgia: extrañan la dureza de sus carnes, las durezas que desataban en los varones... ¿Acaso no hay un presente con una carrera, una profesión, un proyecto? ¿Y el "empoderamiento femenino"? Ciertamente, la mayoría de las que se expresan de este modo no suelen ser personas realizadas desde lo laboral y académico. Como si su única inversión hubiera sido el cuerpo y no la mente. Muy triste, ¿no? ¿Qué piensan?

  La expectativa de vida se ha alargado en las últimas décadas. Sin embargo, la preocupación por el paso del tiempo no apareció ahora, sino que ya desde la Biblia se habla de los cabellos blancos y la corrupción del cuerpo. Fenómeno parecido se observa en los antiguos griegos. Por ejemplo, Aquiles prefirió morir heroicamente en la flor de la edad que vivir largo tiempo y marchitarse sin gloria alguna. Más allá de que hoy la cirugías y las cremas parezcan remediar la severidad de los años, que no vienen solos, el saberse mortal atemoriza a millones. Nos vamos a morir. En esencia, ese miedo condiciona el pensamiento y la forma de actuar. Quizás por eso, la manía de quitarse años, de evitar decir la edad, de filtrar las fotos en las redes sociales y renegar de la menopausia, cuan si ésta fuera un anticipo de la muerte...

  Nobleza obliga, genera más pasiones una chica de Instagram que muestra sus nalgas que una profesora de la Facultad de Filosofía y Letras, que comparte su poesía con el mundo. La pornografía encabeza, por lejos, las búsquedas de internet. La cultura actual, global, privilegia lo visual, lo corporal, por sobre cualquier otro aspecto. Esta matriz moldea el pensar, el sentir y el obrar. No niego que muchísimos hombres sean unos viciosos de la cópula, unos viles animales incapaces de escuchar a otra persona y de mirar más allá del ropaje carnal.

  No somos mayoría los sapiosexuales, los que nos sentimos atraídos por el intelecto del otro. Os voy a dar un ejemplo: tuve una inclinación muy fuerte por una estudiante de Filosofía, cuyo aspecto dista mucho de el de una bomba sexy (según los cánones de nuestro tiempo): hiperdelgada, ojos marrones, anteojos culo de botella, ropa vieja, pálida. Sin embargo, el oírla hablar me ponía cachondo. Compartí un trabajo con ella algunos meses. Ella sabía de mi pasión y solía hablarme de los griegos y de muchas cosas más que ya no recuerdo. Le puse Zaratustra como apodo. Ahora se encuentra estudiando en Europa. No es la Virgen Atea, mujercita mundialmente famosa mencionada en mis escritos. 

  Más allá de la mirada masculina, que llama vieja a toda mujer que ya no le despierte deseo, y más allá de la severidad de las féminas consigo mismas, entiendo que hay otras cosas en la vida, ¿no? Digo, lo intelectual puede ser un capital que se acreciente con los años. Nadie puede quitarte el saber, salvo el alemán, del que mejor no hablar. Además, la experiencia permite tener una mirada más serena y plena, la sabiduría que aparece con el devenir. Del mismo modo, el placer de disfrutar de las pequeñas cosas suele surgir en la edad adulta. Se da un mejor discernimiento sobre lo que vale la pena y lo que no.

  Desde ya, muchas se dan de lleno a la frivolidad y no maduran jamás. Creen que el tener sexo con jóvenes desesperados, rechazados por chicas de su edad, las rejuvenece. Pendeviejas se les dice en la Argentina. Las que hacen el ridículo en el vestir y en el proceder. Creen que tomar semen de mancebo las convertirá en inmortales. Ven en los huevos del ternerito el cáliz de eterna salvación. Embadurnan sus rostros momificados con secreciones de Adonis devaluados, ignorados por las nalgonas de Instagram y Patreon.       

  Las que se entregaron de lleno al furor seminal de los machos alfas, los famosos malotes, extrañan la adrenalina de montar motocicletas y carruseles de vergas. Lamentan que ni siquiera las quiera ya el chico bueno que dejaron como amigo, al que friendzonearon como si fuera un pedazo de carne que se pone en el freezer del amor.

 En lo personal, creo que, más allá de lo físico, importan otras cosas en la mujer: el amor, la bondad, la cultura, el desinterés, la fidelidad, la inteligencia, la serenidad. Muchos me dirán que no existen personas así y que más fácil me sería encontrar el unicornio azul de Silvio Rodríguez. El debate sobre la NAWALT no me interesa en este texto (gugleen, si no saben qué es). Simplemente, expongo una visión propia de la cultura contemporánea, con sus matices y contradicciones. No puedo negar la mirada cosificante del varón, del que busca a la más joven, del que abandona a la madre de sus hijos por una señorita rompehogares. Ahora, también muestro que muchas veces ellas erigen una vida alrededor de la turgencia de sus pechos y sus glúteos, en lugar de suscitar admiración por dones morales e intelectuales.

  Para finalizar, quiero dar un consejo universal: sea cada cual solidario consigo mismo. ¿Qué quiero decir con esto? Piensen en su yo del futuro. Construyan un mundo que trascienda lo físico. A los jóvenes de ambos sexos: hagan una carrera universitaria o terciaria o estudien algo, intenten tener un buen trabajo, no se llenen de hijos que no puedan mantener. Procuren formarse, viajar, crecer como personas, conocer amigos y hacer deportes. No apuesten todo a la imagen. Miren desde otro lugar. Eviten caer en estupideces, porque luego se arrepentirán. Ojalá el día de mañana, en vez de suspirar y decir "yo tenía cinturita de avispa", puedan jactarse de haber edificado una vida próspera y feliz.     
     

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