Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

miércoles, 20 de enero de 2016

Sueños locos LV (El Tecnópolis de Macri y una plegaria desesperada)





  Hacía calor ahí abajo, mucho calor. Me tocaba sudarla en la cocina, en la cocina subterránea donde los cadáveres son asados, donde el público no ve lo que hacen con el cuerpo de todos los despedidos, los asesinados civilmente por este régimen despótico que es el Macrismo, verdadero ocaso de la civilización que dice defender. Imaginen que para llegar hasta ahí había que bajar escaleras infinitas que llevan a pasadizos secretos que a su vez conducen a un ascensor que va al círculo inferior de ese infierno. Una vez descendido, había que atravesar un largo corredor cercado por un alambrado electrificado y paredes grises. La luz era poca y artificial. La atmósfera no se podía respirar. Rancio, todo rancio, viejo y podrido como este sistema decadente que se ha presentado como el "cambio". Todo tiempo pasado fue mejor, ¿no? 

  Yo estaba ahí, esponja en mano, sacudiendo el mugre de unas ollas gigantes. Las cámaras me miraban en todo momento. No se podía hacer nada. Un altavoz me llamaba la atención cada vez que disminuía en la intensidad de mis esfuerzos. No había puntos ciegos. El Gran Hermano veía hasta lo invisible. Al entrar y salir de esa cárcel, me revisaban hasta el ano, un asco. Yo estaba solo en el sector bacha. El único trabajo en la era macrista es ser lavacopas o, como decimos en la Argentina, "bachero". Nada más. Todos los estatales a la calle. Las empresas privadas pueden echar gente sin pagar. No tuve más opción que ser un fregón de Tecnópolis, la megamuestra de arte, ciencia y tecnología ubicada a las afueras de Buenos Aires, en Vicente López. 

  En esta edición de la feria, estaba todo privatizado pero de manera encubierta. No había visitas guiadas del Ministerio de Educación para los chicos del Interior ni nada parecido. Cada cual debía concurrir por sus propios medios. Los empleados del Parque eran todos macristas adictos, todos ellos vestidos de amarillo. Me refiero a los que estaban en superficie, nosotros, en cambio, los "kaka", éramos los "negros", los "grasas", los que tenían que fregar ahí abajo para el complejo gastronómico que construyó Mauricio Macri, el peor presidente de la historia argentina.

  Un compañero mío se fugó del sector cocina y vino a visitarme. Era un homosexual extranjero que había votado a Macri sólo por oponerse al Kirchnerismo. El morocho se creía burgués, se creía parte del "cambio". Vino vestido de blanco, lleno de manchas el delantal, la frente parda chorreada de sudor, los rulos duros mojados. Daba asco verlo y más asco olerlo. Se lo veía demacrado, más flaco que nunca. Pobrecito. Tal vez era más explotado que yo. No lo sé. O quizás era mi entereza moral la que me sostenía joven, fuerte y apuesto a pesar de los avatares de la patria financiera, de la patria liberal que había matado para siempre a la Patria Peronista.

- Alan, estoy arrepentido de haber votado a este hijo de puta. ¡Nunca más! ¡Nunca Macri! -

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