Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 14 de marzo de 2020

Cuarentenas y Cuaresma




  No sé por qué, pero siento algo del espíritu de los jóvenes del Decamerón de Boccaccio: un grupito de muchachos y muchachas se van al campo para escapar de la peste que azota a Europa. Comienzan a contar historias. Se vislumbra un renacimiento, una esperanza; cierta alegría vital ante la corazonada de que el fin de la muerte está cerca...

  Tal vez haya resultado exagerada mi comparación anterior. Ni de lejos se espera que el coronavirus tenga una fuerza mortífera similar al de la peste bubónica. Sin embargo, creo ser partícipe de un sentir de fin de época. O tal vez intuya, junto a millones, un nuevo comienzo, ¿no?

  ¿La globalización se encuentra en tela de juicio? Por unas semanas, la aldea global se disgregará en ciudades sitiadas y un mosaico de naciones cerradas. De alguna manera, volvemos a la Edad Media (no lo digo por exagerar, sino para dar cierto simbolismo). A su vez, se impone una pregunta quizás más fuerte: ¿qué rol deberían tener los Estados modernos en materia de salud pública? Lo colectivo le gana terreno a lo individual en semejante coyuntura.

  Desde lo cultural, ¿cómo quedará la población después de vivir semanas de psicosis colectiva? ¿Mermará la asistencia a eventos públicos? ¿Se reforzará el modelo sedentario de Netflix y el trabajo desde la casa? ¿La educación a distancia adquirirá un nuevo impulso? 

  Tengo más preguntas que respuestas. Aunque un presentimiento me acompaña: algo mejor vendrá luego de todo esto. Tal vez sería bueno que los millones de parados en todo el mundo aprovechen las circunstancias para reflexionar, para barajar y dar de nuevo. 

  Días de cuarentena y Cuaresma. Días de parate obligatorio, descanso personal y sosiego social. Tiempo de distanciamiento físico e instrospección. Tal vez sea una oportunidad para renovarse en una alegría joven, renacentista, artística. 

  Vendrán días mejores...

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