Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 15 de octubre de 2017

Arriesganar


    Pintar las nubes de celeste para que haya siempre cielos perfectos y hacer de la luna un gemelo del sol en el afán de igualar al mundo en luz; de las lágrimas, sacar sal y letras a cambio de pan: de un milagro se puede fundar una religión. Todo para que del sudor surjan las pirámides que imitarán la eternidad mía y por venir.

  La esquina, vos y yo; Dios y ángeles desconocidos que mueren y resucitan por tu aroma. 

  Te veo y te creo: creo en vos, en tus palabras, en tus ojos. Te veo y creo: creo un yo mejor, creo una mujer perfecta, creo un mundo sin pasado y un alba quieto de blanca piel y silencio silencio (el ruido ruido pereció).

  La flor que até en el alambrado que me separaba del atardecer. Hubo temblores, pero supe que iba a vencer por el signo de querer volver a verte. Fui un poco al oeste y otro poco más al norte (aunque norte falso, tramposo, hundido en pasados sin glorias ni decadencias). Cuando me alejé de esa maraña de postración, alcancé a ver los soles que solamente ríen para las almas sensatas. "Gracias por dejarme ver".

 Ante la ausencia de Dios, dioseaste como la mejor. O, dicho de modo creyente, hiciste la voluntad del Señor. María mía que me tuviste ocho meses en vos para que nazca virginalmente a una nueva vida. Soy un Cristo redimido pero nunca redentor como Aquél que murió por todos, incluso por vos, criatura atea. 
  
  

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