La historia argentina de las últimas décadas tiene mucho de entrismo entre los distintos peronismos. El gran Sergio Berni fue el último de la saga: se metió con uniforme y fusil en mano en un espacio político de zurditos, mismos zurditos que corrompieron al justicialismo por dentro. Cuestión que las dos facciones del movimiento son como perritos callejeros que se pelean por ver quién se empoma al otro...
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