miércoles, 20 de marzo de 2019

Tiempo de cada cual



  Si la expresión "amigos" en relación a los contactos de Facebook podría resultar engañosa, la no amistad en redes sociales debería verse de la misma manera. Es decir, la internet conecta a millones con una falsa popularidad. De igual modo, otros sucumben ante una soledad que no existe. En definitiva, el rechazo en el libro de caras y en los catálogos de personas solamente refuerza el estado original e inherente del frustrado de marras.

  En un plano superior, podemos advertir la misma Matrix en las relaciones así llamadas "reales" (face to face). Filtros, máscaras e hipocresías se dan en Tinder o en un bar. El entramado de la vida social, ya desde tiempos inmemoriales, atrapó a la humanidad en un juego casi infinito. Pasar el tiempo detrás de la zanahoria o del culo que deseamos con ansias tocar. 

 A pesar del análisis concienzudo, vale reconocer los propios fracasos, la impericia de uno. Porque renegar del mundo así sin más es como La zorra y las uvas: al no poder alcanzar la fruta de lo alto del árbol, el animal dice "no están maduras". Puedo reformularlo así: "Ella me ignora. Pero no me importa porque es una inmadura de veinte años". Autoengaño. Un ejemplo más cercano en tiempo y espacio que la fábula de Esopo: el Chavo suele decir "al cabo que ni quería" cada vez que Quico o la Chilindrina le niegan un refresco, un alimento o un juguete. No hay virtud en dárselas de casto cuando, por el contrario, es el prójimo el que te rechaza.

  En resúmen, me hallo ante un siglo que me cuesta comprender. Desconozco ciertas lógicas de esta época. A su vez, por debilidades y errores, no logro la inserción adecuada al marco temporal. Por otro lado, "el otro también juega". Escribo en primera persona del singular, pero tranquilamente podría pasar a un nosotros o a un ellos. Tal vez lo importante sea conservar el género masculino en tanto sujeto desplazado...

  El párrafo anterior puede ser interpretado por una feminista como "una queja ante la pérdida de privilegios por parte del patriarcado". Estas líneas simplemente expresan un punto de vista. Cambios hubo desde que el universo se inició, aunque las nuevas tecnologías y las transformaciones sociales han dejado a los milenios anteriores como un todo de escasas novedades (da la sensación). No faltará quien hable de "devenir". A su vez, un amigo me tildará de "posmo". 

  El loco. Locus, lugar. Desubicado. Ahora que todo cambia cada vez más rápido, parece más normal enloquecer. Quizás en una semana surja otra nueva minoría con derecho a sentirse enojada por algo nimio. Imagino la aparición de grupitos que castiguen a personas silenciosas. Si casi todo ofende a alguien, muchos optarían por callar. Pero ese callar podría tomarse como indiferencia, desprecio u odio. Hagamos lo que hagamos, digamos o no digamos, siempre existirá un Estado que justifique su razón de ser por causa de nuestros delitos imaginarios.

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