Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 4 de noviembre de 2019

Sueños locos CXXIX (Tincho y Milagros Pilar)




  Tincho, te vi luego de dos o tres años. Ya no eras el mismo, claramente: musculoso, bronceado. Los ojos celestes resaltaban por lo tostado de tu nueva piel. Se te veía mucho más rubio incluso. Tenías la sonrisa brillante como la de un negro, como la de la negra yanqui que se hospedaba en tu casa y se camuflaba en la oscuridad para oír conversaciones ajenas. Te volviste algo frívolo. Antes, tan profundo y poético. En tu nuevo ahora, luego de haber tomado la muy mala decisión de dejar a Milipili, mi amiga, te convertiste en un surfista casi de tiempo completo. Surf, mucho gimnasio y yoga ("para despejar la mente"). Te abriste un perfil de Tinder que arrasó vaginas al por mayor. También te metiste en Happn, ya que te pusiste a viajar más que de costumbre. Venciste la timidez. Saliste. La vida te convirtió a la religión de la promiscuidad. Nunca creí que ibas a devenir uno con las calles, uno con muchas mujercitas. Jamás dudé de tu hermosura, de esa belleza interior que se adueña del afuera. La serenidad te daba un aire de principito. Un Jesús nórdico; un vikingo malo las pocas veces que te enojabas conmigo. ¿¡Quién te ha visto y quién te ve!? ¿Dónde quedó el muchacho buenito que conocí, el que yo ayudé a matar?

  Me recibiste con calidez, debo decirlo. Pese al paso del tiempo y tu status de Play Boy, conservaste la hospitalidad musulmana que siempre te distinguió. Incluso, te volviste más generoso. Dejaste de lado la fiesta en curso para saludarme. Me regalaste una risa hermosa y miraste relajado hacia todos lados, como si hubieras querido que se acercaran tus amigas a conocerme. Igual, yo no fui por ellas ni por el alcohol, sino por vos. Te extrañé, te extrañé fuerte. 

  Más allá de tu cambio externo, nunca pudiste olvidar a Milagros Pilar. Yo tampoco, ¡y eso que no fui su novio durante doce años! Apenas amigo de un tiempo y, sin embargo, se me hace que la conozco desde siempre. En fin. Podrás estar con mil mujeres, pero ninguna como ella. Te diría que vayas a buscarla, man, Tincho querido, bro...    

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