Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 11 de junio de 2019

David Fiascovich - "No te matarán" (parte IV)




  Nunca quise hablar del tema. No puedo desmentir todo lo que dicen sobre mí porque me llevaría la vida entera. Pero los rumores sobre la famosa Masacre del Camino de las Conchas no los puedo dejar pasar. Algunos me acusan de ocho homicidios (recordarán que el "Loco" Cristóbal y "Turrón" González fueron recibidos a balazos en un prostíbulo, mientras que seis amigos suyos, que posteriormente se acercaron al lugar, fallecieron producto de la explosión de una motobomba). Una locura. ¿Por qué habría yo de hacer algo así? ¿Por mi amistad con el "Carnero" Garnero que, al fin y al cabo, no murió luego del ataque que sufrió por parte de una banda política y sindical rival? De haber palmado en el hospital, tampoco lo habría vengado. Puras habladurías. Creo que hay mucho de envidia en esta leyenda urbana. Me dicen "el Midas del siglo XXI" porque todo lo que toco lo convierto en oro. Las malas lenguas me tildan de influencer, pero lo mío va más allá y se sabe: actúo, bailo, modelo, hago imitaciones; escribo guiones para Netflix, cine y televisión alrededor del mundo. Publiqué novelas y libros de cuentos. Hago presencia en eventos, doy conferencias y realizo entrevistas con grandes personalidades. Modestia aparte, creo que dispongo de ciertos talentos, además de mi carisma. Por otra parte, hice la Licenciatura en Marketing y, años más tarde, fui becado para estudiar Economía y Política en Estados Unidos. No suelo mostrar mis pergaminos, pero no me agrada que me encasillen como una cara bonita. ¡Hasta propagan por ahí la mentira de que me operé para ser más alto! Ya no saben cómo desacreditarme. 

  Mis detractores afirman que yo mismo me inventé lo de la autoría de la Masacre del Camino de las Conchas para darme un barniz de misterio. Algo así como "el pasado oscuro del hombre del momento" (leer esto último con voz de programa sensacionalista). ¡Por favor! Nunca negué mi origen provinciano, mi extracción popular. Así como tampoco modifiqué el nombre asquenazí: David Fiascovich y a mucha honra. Soy un gaucho judío, ¿y qué? No tengo necesidad de adjudicarme por atrás ocho asesinatos para luego afirmar mi inocencia en los medios y las redes sociales. Sí es cierto que, entre una cosa y otra, escándalo va y escándalo viene, siempre estoy en el Trending Topic, incluso en los momentos en que deseo algo de perfil bajo. 

  Si vamos a los hechos en sí, ¿les parece creíble que haya ido en una motobomba hasta un lugar apartado del Camino de las Conchas con el fin de asesinar a tipos que ni conocía? Otro punto importante: ese día fui a trabajar. Quedó registrado en el edificio de la Consultora Chzantún, mi primer empleo en la Ciudad antes de volverme persona pública. No tienen pruebas para sostener la acusación. Las Fake News se encuentran a la orden del que quiera comprar. No es mi culpa que no se haya hecho justicia por las víctimas que, dicho sea de paso, y con esto no justifico lo ocurrido, tenían frondosos prontuarios criminales. Resulta más verosímil la versión del ajuste de cuentas entre bandas, ¿no?

  Imaginen la escena: yo, sentado en la mesa de un prostíbulo, a la espera de dos criminales muy pesados. Ellos ingresan y, sin mediar palabras, yo los asesino a sangre fría. Luego, me voy a pie y dejo activada una bomba en la moto en la que llegué. Está bien que, entre otras ocupaciones, soy guionista, pero jamás podría haber concebido o ejecutado un plan de estas características. Tal vez alguna admiradora despechada puso a rodar la bola de nieve de la difamación. Ciertamente, no sé quién fue el primer troll que batió esta oscura historieta. 

  En esta época de teorías conspirativas esparcidas en internet, leí una muy curiosa: aparentemente, mi vida mediática y artística sería un escudo de fama para protegerme de las consecuencias de mis andanzas en el mundo criminal. Como el famoso financista Leo Fariña, que se hizo de un perfil muy alto para evitar que lo maten así sin más. No tiene sentido en mi caso porque, humildemente, me destaco a fuerza de talento y sacrificio en varias disciplinas. No es que me limito a salir con modelos a la espera de los que dicen las "revistas del corazón". ¿O acaso Netflix contrata como guionista a todo aquel que tenga problemas con organizaciones criminales? Mi pasado es simple: nací en Villa Carlos Monzón, en la Provincia de Tierradentro, y luego me vine a la Ciudad para explotar mi carrera universitaria. Toda la vida trabajé. 

  En otra ocasión explicaré el secreto de mi éxito... 

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