Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 19 de mayo de 2019

Lugano 1 y 2 decir

                                         


  Ayer le robaron la motito al boludo de Carlitos. Ahora anda en bicicleta, ¿mañana andará en chancleta? Vos, luganiense del siglo XXI profundo, o tal vez del siglo XXII, dirás si el mundo se llenó de robocops sin ley - “un policía hecho en Detroit” - o si una guerra de fuegos de artificios te ha dejado a oscuras, rodeado de hombres nacidos buenos y transformados en malos por la sociedad (Lugano, el barrio ciberpunk de The Last Man).

 Te escribo así, entremezclado de tiempos, sucesos y personas, porque tu cabeza será más que Google, ese dios del ahora de esta composición.

  Ser del futuro, harás un viaje al corazón de las tinieblas que hoy nos envuelven y dirás, junto a un autor pasado, foráneo, que “éste también fue uno de los rincones más oscuros de la Tierra”. En tu día, el Riachuelo brillará más que el Támesis, joya inglesa que mi argenta mirada contempló en una visita en 2018 (con mezcla de envidia y admiración, me acerqué a la capital de un imperio que me arrebató el suelo más querido de la Patria en la extensión).

  Nuestro Riachuelo, oculto por el Autódromo, allí donde vivieron los primeros habitantes de la Ciudad, querandíes que la historia ignora. ¿Cuántas veces, en Parque Sur, habremos pisado los espíritus de una civilización de la cual renegamos? ¿Qué dirás vos de mí, de nosotros, vecinirijillo del futuro? ¿Sentirás vergüenza de nuestras costumbres? ¿Será que las terrazas de los monoblocks sabrán albergar huertas orgánicas que alimentarán a una población vegana? ¿La parrillita de Roca y Escalada se convertirá en un museo de esta bárbara era de especismo, de animalitos que perecen en campos de exterminio? Soy choriadicto, pero no dejo de sentir algo de pena por esas vaquitas ajenas que sacian el hambre de sangre de millones. Anyway, ¿el mundo marcha inexorablemente hacia el veganismo?  

  ¿Qué muertes verá el barrio en cuyas entrañas nació la aviación en la Argentina? Con los años, nuestra generación, la última en pelotear en los quinchos, vio cómo estos últimos se transformaron en cocheras; por ejemplo, el Edificio 50. Los autos como nuevos hijos, bajo techo, en una ciudad de la furia que deja a varios pernoctar bajo las estrellas. Hoy, niños reunidos en torno a la Play. Tutoriales de videojuegos hechos por tipos barbudos para criaturas de siete años. “Cambia, todo cambia”. Pero tal vez una esencia permanece, ¿no? 

  ¿Cómo será el delito en el futuro? ¿O no habrá tal cosa en el marco de un mundo igualado en el totalitarismo? Un vecino mío tenía un monito de circo que se metía, a través de las ventanas, en otros departamentos y se llevaba de todo. ¿Los drones desempeñarán mejor el noble oficio del hurto? Estimo que sí. Porque el monito, en vez de traer objetos de valor, muchas veces se contentaba con bananas. El dueño, iracundo, lo reprendía: “¡Mono tonto estúpido!” Con pequeños aviones no tripulados, se tornará más sencilla la faena de entablar amistad con lo ajeno. No faltará, quizás, una pandilla de “cazadrones” que se junte con el fin de robarle al ladrón para tener cien años de perdón. Veo a esos niños del futuro, hijos de laboratorio rubiecitos de ojos azules, como la Juventud Nazi de los puentes peatonales. Pequeños émulos de Hitler, querrán conquistar más y más. ¿Los drones capturados serán enviados a Soldati para jorobar a nuestros eternos rivales?

  Imagino a las torres de Lugano como jardines colgantes de Babilonia: en vez de paredes grises, verdes. Verdes de vida, de vegetación, de los pañuelos de aquellas que buscarán donantes arios de semillitas. Sí, Amsterdam se recreará en nuestra patria chica. “Será eterna la flor”. O el flash. Tal vez nuestros bloques de viviendas se revistan de paneles solares. “Edesur” no existirá en el léxico de las futuras generaciones, griegos perfectos y crueles a los dioses semejantes.

  Lugano, Torre de Babel; Lugano, torre de baba que se me cae al ver a sus reinas pasar. ¿Qué será del desfile de modelos de la calle Chilavert? ¿Se convertirán las hijas de estas bellas que nunca me dieron bola en musulmanas tapadas de la cabeza a los pies? Los tiempos han visto mudanzas enormes, regresiones, avances y revoluciones. ¿Y si unos piratas somalíes desembarcan en Puente La Noria y decretan un Estado islámico? ¿Estará el autor de estas líneas entre los cagones presentes? ¿Qué tan larga vida nos dará la medicina de este siglo?

  Veo un asentamiento humano en la Luna que le pide a los habitantes de Lugano 1 y 2 jugar al “prende y apaga la luz”. ¿Será? ¿O estaré divagando producto de la contaminación del aire y la ineficiencia de ACUMAR? Tranqui, no desayuno whisky. No tengo plata. Soy así de loquito, blanco de todo el bullying habido y por haber.

  Voy a parafrasear a un literato de los barrios chetos: “A mí se me hace cuento que empezó Lugano: yo lo juzgo tan eterno como el aire y el agua”. 

  Lugano 1 y 2 dijo, Lugano 1 y 2 dice, Lugano 1 y 2 anda diciendo, Lugano 1 y 2 dirá. Yo creo que Lugano 1 y 2 es un decir - así, en infinitivo, en infinito - y, de alguna manera, todo decir es un hacer. Mis saludos a los vecinos del futuro, mi sentido homenaje a los que ya no están.    

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