Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 5 de marzo de 2019

Vanidad del mundo (por Poeta Fascista)



Miro por la ventana y el cielo está gris. Solo, me dispongo a atravesar la quimeras de mi mente: es la única salida para destruir; destruir no la mentalidad del rebaño sino la del recluso. El infierno, muchas veces, es la imaginación. La enfermedad no es un ente externo, la enfermedad somos nosotros mismos. En este estado no puedo medir el tiempo: las horas y los días pasan y no me importa. El inconsciente apuntala sueños, pero los ignoro. Lo único que vale es la realidad que late ahora mismo: sin sueños, sin planes, sin objetivos. ¡Ay, los objetivos! Esa estúpida droga de la vigilia del recluso. ¿Las aves, las plantas, el cielo, las montaña tienen objetivos? ¡Qué palabra de mierda! ¿Qué es el “sistema” más que los deseos institucionalizados de una humanidad enferma?  El sexo, diez minutos. Una película, dos horas. La música, un pequeño viaje antes del sueño. Lo único que vale la pena es el afecto: poder entrar en otro sin querer cambiarlo. Escucharlo. Mirarlo con ardor y viajar por su interior como si uno fuera una célula más de su cuerpo. Volverse un átomo enloquecido de luz y abrazar a ese otro. Cantan los pájaros y yo escribo: sin plan, sin objetivos. Siendo ministro de esa corriente infinita que se prolonga de eternidad en eternidad. Todo ritmo de vida desvirtuado de la compasión es un esfuerzo fútil: los movimientos peristálticos de una maquinaria de sinsentido. Anoche pude mirar a mi hermano a los ojos y eso fue todo. Ese fue el resumen humano de un fin de semana largo que podría ser utilizado para descansar, para darnos cuenta de la reclusión, pero que termina siendo un mero embudo de evasión. La gente se aburre, entonces viaja, tiene sexo, se emborracha, piden préstamos silenciosos y cuelga sus historias imbéciles, risas exitosas dolientes, morbosamente ocupadas en entrar en otro, pero sin amor, sin afecto, sin compasión. Mostrar un éxito efímero, relativo y fugaz que sólo causa daño en los que ni siquiera reciben una migaja. Entusiasmo ridículo, pirotecnia inútil si no estás descendiendo por los peldaños de tu inconsciencia a saludar al Padre de los Errores, que sos vos mismo y nadie más.

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