Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 10 de septiembre de 2018

Poema escrito en el banco (por Juan Tierradentro)



El mundo es cerebral,
automático, arteramente predecible.
La música son llamados eléctricos
para depositar billetes y cheques
en máquinas falibles.
El tajo eterno del cielo
recordando la presencia del Infinito
es un adorno, un repetitivo detalle
para estás máquinas cerebrales
de realidades cuadricurales
y anhelos curriculares.
Los viejos arquetipos los llaman en sus sueños
pero no responden: responden
a lo inmediato
para eso fueron educados,
y el misterio rara vez los roza
prefieren girar en círculos
subir en rectángulos
marchar horizontalmente.
El mundo es cerebral
y lo cubre un viejo manto
de ingenua confianza positivista
en el Progreso.
Pero el Progreso es impreciso:
donde ayer había refinamientos espirituales
hoy hay groserías execrables,
donde otrora había técnica bárbara
hoy hay tecnología sofisticada.
El Progreso no es el Progreso:
solo hay devenir humano
en el que algo baja y otra cosa sube
en el que donde algo muere, nace otra cosa.
Pero el mundo es cerebral, automático,
arteramente predecible.

Jorge es obeso y compra quesos
de forma compulsiva:
kilos de leche endurecida y estacionada,
tiene miedo de no volver a la quesería
por la crisis.
Ahí lo veo: el sábado y el domingo
con sus quesos y su familia,
la larga historia de su líbido
que, como estadío final,
acaba comprando quesos para su placer
y su poder.
Eva sube historias a las redes sociales
busca novio: quiere que su novio sea un actor, alguien famoso, simbólico: esquiva la mirada del joven proletario
y vomita rubiamente sobre el lumpenaje nocturno, que la acecha con chillidos ominosos.
José tiene treinta años
espoleado por la edad
se va a vivir con la represiva Verónica.
Verónica tiene un plan:
poner injustas restricciones al desarrollo personal de José.
José la va a traicionar.
Todo esto ocurre bajo el Sol,
nada nuevo, todo nuevo
bajo la Luna.

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