Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 2 de agosto de 2018

Gran hora



  Un joven argentino pergeña en estas horas grandes y complejas un plan para hacer realidad los sueños que le llegaron de Eurasia. Imagina un banquete al mediodía donde esté su antepasado legendario junto a un sabio olvidado de la India. Invita también a una damita rubia, pilar de sus frecuentes desviaciones de mirada y corazón. Como si fuera poco, el machito de la Pampa Gringa se ceba e inventa un lugar para una judía que lo sigue de antaño. 

  Entre flujos y reflujos, el ario-semita busca su yo verdadero en él. Por causa de esta obsesión consigo mismo, descree profundamente del sistema de castas y partidos. "El universo no puede partirse, pero sí repartirse". Me mata su contradicción. Ahí nomás me esboza un plano de astros infinitos que, por su propia naturaleza, no sufre desmedro si lo fagocita el corso mundano de la repartija.

  Amigazo de Jesús, también del Talmud. Hijo de la inhumación y de los campos de urna, no le teme al desierto ancestral ni a las ciudades invisibles de mercaderes y pecadores. Comerciante, guerrero, sacerdote o juez, pero nunca publicano. Producto acabado de las centurias, guarda en el cuerpo ario y perfecto la historia de nunca acabar, la pasión de Abraham de hacerse de mujer y de convertir las sábanas en alas, cuan homenaje al Cantar de los Cantares.

  Supo ser el judío piadoso de Caballería roja, de Bábel. Pero fue griego también. Aquileo resultó una débil imitación de sus talentos bélicos. ¿De quién hablo? Del Adán de cabello rojizo y mentón viril, del sujeto de miembros largos y ojos de Oriente, el mismo que devoró a los dragones y rechazó a las princesas por considerarlas tontas, "plebeyas ornamentadas con oro, para adorno de reyes cornudos e impotentes".

  Diógenes de hoy, busca el sol. Dice que los tiranos tienen idéntico destino que Alejandro. Como sufrió en carne propia el mal del despotismo, nuestro errante huye de zares, reyes, caudillos y azares. Luego de tomarse un licuado rico, sano y natural, el ermitaño sale a dar unas vueltas en moto, porque tiene que llevar el pan a la mesa.

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