Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 19 de julio de 2018

Macho cobrizo sin fe



  El 141 desde Primera Junta hasta Lugano. Un micro moderno fabricado por la empresa francesa Airbus. Ya lo dice la canción: "El futuro llegó hace rato". Mañana de sábado y lluvia obsesiva. Yo viajaba de pie porque iba a pura charla con el chófer. En uno de los primeros asientos, el Oso Rojo, un amigo, contemplaba el paisaje de Flores en busca de reminiscencias arltianas.

  Antes de llegar a San José de Flores, cerca de Boyacá, subió un hombre muy alto y delgado a mendigar: "Señores y señoras, les deseo muy buenos días y les pido perdón por las molestias. Voy a ser muy franco: me encuentro en perfecto estado de salud. No vengo a inventar ninguna enfermedad, ninguna desgracia familiar. Simplemente pasa que me encuentro sin trabajo. Por eso pido una ayudita para poder comer. Si alguno tiene un trabajo para darme, se lo voy a agradecer". Pronunciado el speech, el cobrizo de metro noventa recorrió la unidad de punta a punta, pasajero por pasajero, en busca de una limosna. Su sinceridad tuvo muy buena recepción: casi todos le dieron algo de dinero, más billetes que monedas.

  No sabría decir la edad del sujeto. Los muy pardos tienen la bendición de no padecer el paso del tiempo. El sol no los achaca. Los carapálidas, en cambio, envejecemos prematuramente. Tal vez la naturaleza, o la Divina Providencia, castiga con quemaduras y arrugas a la raza invasora, especie foránea que quizás debería estar en su ecosistema de origen.

  En ningún momento me pareció que el Hombre de Cobre tuviera alguna clase de adicción. Del bolsillo de la campera de jean gastada asomaba un paquete de cigarrillos, pero el señor se hallaba limpio, hablaba con lucidez, caminaba con rectitud. Creo que algún diente le faltaba, mas nunca asocié la ausencia dentaria al consumo de pasta base o cocaína. La delgadez sí podía encender alarmas. Aunque los fumadores compulsivos suelen ser flacos. 

  Seguramente el Hombre de Cobre se crió en Buenos Aires. Acento porteño puro, si tal cosa existe. En efecto, lo tuve cara a cara, cuando vino a darme la mano a modo de saludo y gesto cortés de mendicidad. Me gustó lo regio de sus maneras, lo fuerte del apretón, los ojos negros contra los míos, el cuerpo entero como una proyección de ataque contra mi campo. Tenía cuatro pesos en monedas nada más, la ofrenda de la viuda en el Evangelio. Se los di con gusto. Le pedí perdón por no darle más.

- No te disculpes, varón. Yo me tengo que disculpar.-

- El que se humilla será exaltado. -

- ¿Sos evangélico?-

- Católico.-

- A mí me cuesta creer. Yo fui monaguillo de pibe. Pido y pido por el Reino de Dios y su justicia, pero por añadidura tengo que salir a mangar a los bondis. Me gustaría que Jesús tuviera un botón antipánico como el rojito de ahí del techo. Yo soy de Independiente. Me cabe ese color.-

- Rojo amargo del diablo. Mirá, fuera de joda, yo te digo que muchas veces es uno el que tiene que ir a Dios y no al revés. Las montañas no van nunca a Mahoma. La vida de la fe se trata de sacrificio. Pedí así: "Señor Jesús, hacé algo por mí, por favor". Vas a ver que con el corazón se abren todas las puertas. Leé sobre Job. No ZonaJobs, que esos putos no le dan laburo a nadie. Me refiero al Job de la Biblia. Fíjate que se trata de creer. El que maneja el avión, el Ruso, cree. Vos creé nomás.-

  El Oso Rojo, escéptico por sus ideas de izquierda, me miraba con algo de desdén por mi prédica espiritual.


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