Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 28 de abril de 2018

La mujer policía del premetro



  Blanquita, el cabello castaño oscuro en una colita prolija. Ojitos también castaños. No la típica chica marrón de tierra adentro. Tampoco no europeidad excesiva en los rasgos. Digamos que vi una señorita policía argentina: mediterránea, oliva, algo mestiza, toda perfecta.

  Ella, la policía, arriba del premetro. Viaje a Plaza de los Virreyes, el subte olvidado de Flores Sur. 

  Cunto más al Sur, más olvido, más desesperanza. Y pienso que un ladrón puede aprovechar un descuido de la mujer policía para quitarle el arma, herirla y robarle a todos los pasajeros. Dios no lo permita. Ahora bien, o ahora mal, pregunto: si un varón ejerce violencia contra una uniformada, ¿hay una cuestión de "género" en ello? Cuando una polichica recibe castigo en una manifestación, las feministas se desentienden. Anyway.

  Valiente la policía de la Ciudad, ella con la remera bordó y los pantalones negros igual que los borcegos. Así, tan bonita como luce, puede fusilarte de un disparo en la frente. Puede hacer infeliz a tu madre. Puede fabricar viudas en minutos. Dudo de que una muerte sea capaz de perturbarla. 

  Decía, o no, que me miró. ¿Qué habrá pensado del sujeto de barba y pelo largo que la asaltaba con la vista? De buenas a primeras, y de malas a últimas, el decir de hippie, zurdo, boludo y el coche en mar. Aunque podría haber visto a un colega, pero de la brigada. Poli de civil, de esos que la pasan mejor que Dios. Porque reciben todos los beneficios del gremio sin padecer la marca de la gorra, el yugo del uniforne infamante.

  Luego de barrios pesados, como Villa Lugano y Villa Soldati, llegué a Plaza de los Virreyes, también conocido como Intendente Saguier. Al bajar del premetro, toqué el vidrio que cubre a Nuestra Señora de Fátima y me persigné. Luego pasé el molinete y encaré para bajar las escaleras. Pero antes del descenso, la vi a la polichica: me miraba con un dejo de deseo criminal. O con ira. No sé. Pero me miraba. Y yo la miraba a ella. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario