Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 28 de enero de 2018

Viaje a Europa



 Ni yo me lo puedo creer: estoy en Europa en este momento. Inicialmente, estuve en París. Luego fui a Münich. Cinco días más tarde, conocí Budapest. Hoy por la mañana, tuve un paso por feliz por Praga: no conseguí hospedaje económico y decidí marchar. Vuelvo al punto de partida. Especulo con ir a Londres. La idea sería dejar las maletas en casa de la Virgen Atea, Reina y Madre de Francia y Argentina, e ir liviano a Inglaterra. Se verá. Mi presupuesto es más que escueto. El pasaje, por caso, me lo compró mi madre y debo hacer la correspondiente devolución en cuotas tal vez no tan cómodas. 

  Es un viaje iniciático. Tal vez tendría que haberlo hecho a los dieciocho, diez años antes. Pero no se dio. Hoy me siento con la misma de ayer, con la mejor. La energía me acompaña, claro. Aunque he vivido mucha necesidad en la vida como para dar mil vueltas por una cama en un hostel. Voy a lo seguro: a lo de mis amigos, aunque a esta altura me quieran comer en una cazuela de pescados. Los amo. Son lo más lindo que me regaló Dios, luego de la gracia de creer en Él.

  Escribo desde una tablet, en un micro de Flixbus que está cruzando Alemania. Pasé por Dresde. Parece ficción que allí hubo un genocidio. No puedo creer que en estas ciudades que vi en estos días se hayan desenvuelto tantos horrores. La condición humana. Decía al principio de párrafo que redacto este humilde texto con un formato un poco heterodoxo para mí. Quizás por ello se nota cierta rigidez en mis líneas, más duras que nunca. La computadora de escritorio es mi soporte favorito. Aunque desearía poseer la tecnología que me permita escribir con lapicera en un cuaderno universitario y que luego ello se vea plasmado en mi página de internet. Seguramente que ya existe ese invento. Pero yo no lo sé a ciencia cierta. Un pobre pibe burro que viaja.

  Siento que cumplí con lo único que me quedaba pendiente en la vida. Puedo morir tranquilo. Doy gracias a Dios por no deberme más nada. Aunque claro, el terminar la universidad no se me hace poco...

  Viajé en avión por primera vez, hablé idiomas, conocí gente de otras culturas, visité lugares maravillosos. Confío que en esta segunda parte del viaje pueda hacer lo propio. Reconozco que me faltó planificación. Dejé todo esclavizado al azar, que en esta ocasión no supo o no quiso perdonarme. Cuando el dinero es poco, cuando no se cuenta con cien euros por día como mínimo y hay que pagar alojamiento, viaje, comida y otros gastos, se hace indispensable utilizar al máximo la inteligencia y calcular hasta el último paso en suelo extranjero. Erré feo y lo admito. Ahora, ya ya, a diez días de comenzada mi travesía, no estoy pasando necesidad, pero no tengo resto como para expandir demasiado el imperio de mi andar. Quizás consiga recorrer un trecho más. Aunque debo ser prudente. 

  Pasó todo muy rápido. Se dio de tener amigos en Europa, pasaporte al día, ahorros y ayuda familiar. Y uno se mandó a conquistar al continente conquistador. Pero en el teatro de operaciones, se han sucedido imprevistos. Así que lidio con ellos a la espera de que el tiempo convierta las peripecias del hoy en las graciosas anécdotas del mañana, con la consabida indulgencia al ayer y a los pecados de juventud, los mismos que, a fuerza de doler, nos llevan al camino de la virtud. 

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