Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 9 de noviembre de 2017

Confesiones de un patito feo






  Confieso que siempre fui el patito feo del colegio. Desde finales de la primaria, cuando me llegó la pubertad y me empezaron a gustar las chicas, me di cuenta de que no era popular entre ellas. Ya en el secundario, la depresión me acompañó durante años. Fracaso tras fracaso. Salvo una breve relación de un mes en cuarto año, que no incluyó sexo, todo fue dolor. En todos los trabajos que tuve, que fueron muchos, también he arrastrado penas y más penas. Nunca una alegría. Idéntica suerte experimenté en la universidad. Lo mismo con las redes sociales, que de sociales tienen lo que yo de exitoso en el amor, la seducción y la conquista, o "el ligue", como dicen en España.

  No queda mucho más por decir. Quiero que sepan nada más que he intentado lucir de todas las maneras posibles. Lo mismo en cuestiones relativas al comportamiento. No hay caminos para mí. Estoy totalmente resignado. Tiré la toalla. Dicen que "solamente pierde el que no pelea". Pero yo no me voy a subir nuevamente a un ring para ser golpeado por el mundo y ver cómo los campeones son los otros. No quiero participar nunca más del mundillo de las mujeres vanidosas, esas que se alimentan de los elogios de uno pero que se niegan a prodigar cualquier clase de contacto. 


 
No hay manera. Me dirán que lo mío es victimización y que me resta. Puede ser. Pero he tenido toda clase de discursos y ninguno de ellos me ha servido de nada. Haga lo que haga - o así no haga nada -, diga lo que diga, - lo mismo si me entrego de lleno al silencio - estoy condenado y no al éxito. Perdí. Perdí mucho. Tengo el corazón muy cansado de sufrir. No puedo permitirme nuevas frustraciones. 

  Ni siquiera tengo dinero suficiente como para frecuentar prostitutas con regularidad. Seguramente las feministas radicales y la gente religiosa me atacará por este pensamiento, ¿pero qué puedo hacer al respecto? ¿Aguantarme las ganas mientras veo a los otros felices? ¿Debo resignarme a no tener sexo nunca más en la vida? En mi caso, la única descarga que tengo es la pornografía. ¿Eso también está mal? No naturalicemos que haya muchos que estén bien acompañados mientras algunos siempre vamos solos a todos lados. 

  Es verdad que en esta vida hay problemas mucho más graves que los que comento en el presente texto. Sin embargo, uno se siente preso de un dolor terrible. No es bonito que nadie te escriba, que nadie te llame, que nadie pregunte por vos, que nadie te quiera. Jamás veo en mi celular, o en mi computadora, algún mensaje de una chica a la que le guste. Tampoco nadie me comenta que "Fulana gusta de vos". No hay nada de eso para mí. Todo se muere en ver pasar las mañanas, las tardes y las noches en soledad. Ni siquiera tengo encuentros casuales. Nada de nada. No amor, no sexo. Mucho menos ambos a la vez. Vacío, vacío. 

  Puedo decir que desde los doce años me gustan las mujeres. Ahora tengo veintiocho. O sea, llevo dieciséis años de fracasos con interrupciones microscópicas. La mayoría de las mujeres con las que me acosté eran prostitutas. Algo así como treinta chicas profesionales de la pasión, si es que no recuerdo mal. Mujeres que lo hayan hecho conmigo ad honorem, tres. Muy magra cosecha para alguien de mi edad. 

  No sé qué buscó con todo esto. Seguramente mi intención sea desahogarme, que no es poco. No niego que esta confesión sea humillante. Claro que lo es. Pero prefiero que ustedes, machos cogedores fatales, reyes de la noche, triunfadores de enormes porongas, se burlen de mí largo rato antes de que me explote el pecho en silencio. Quizás haya más dignidad en guardarse todo calladito. Puede ser. Pero me hace mal. Por otro lado, imagino que no soy el único en la misma situación. Entiendo que en una sociedad exitista es un tema tabú el decir que uno no tiene suerte con lo sexual. Además, hay muchos tipos que mienten, que se inventan mujeres que nunca tuvieron, noches que jamás vivieron. La sinceridad me denigra ante la mirada de los otros, pero me reconforta interiormente. ¿Qué ganaría al colgarme medallas en el pecho por batallas que no llevé a cabo? Dudo que proyectar un perfil de ganador, aunque el mismo esté basado en mentiras, sirva para atraer a la platea femenina.    

  Muchas veces lamento lo que me tocó en suerte. Tal vez en otra vida, vida de colegio privado, un buen trabajo, un lindo barrio y contactos, habría sido muy feliz. Tal vez no. No lo sé. Conjeturar eso no me soluciona mi problema. Nací en un medio de clase media baja, crecí en los monoblocks de Lugano 1 y 2 y hoy, aunque tenga un empleo, gano muy poco dinero, no poseo auto ni estabilidad de ningún tipo. Siempre dije, al igual que el sabio judío, que "billetera mata galán". 

¿Qué más decir cuando está todo dicho? Quisiera pedirles que me deseen muchos éxitos. Ojalá Dios se apiade de mí y me permita encontrar alguien que me quiera. O, en su defecto, que aparezcan señoritas con ganas de pasar buenos momentos. Hoy no tengo ni lo uno ni lo otro: ni el sexo ni el amor pasan por mi vida. En fin. Estas fueron las confesiones de un patito feo.  

4 comentarios:

  1. la pones menos que coqui argento

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  2. Me pasa que te leo y me inundó.
    Me pasa que desde que fui desterrada de tus redes sociales te leo y te leo en este blog y te vuelvo a leer, acariciando mi cuerpo deseando un encuentro...

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    1. ¿Yo te desterré de mis redes? Vos me habrás bloqueado. Si te interesa contactarme, podés hacerlo. Saludos.

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