Lluvia hoy, lluvia como nunca. Silencios y fatigas. Viento contra las ventanas y una sensación de fuga ante una cara lejana. Libros sobre la mesa. Respiros. Afuera, calles empedradas y esquinas para ver y volver.
Algo de azar al caminar. Ya es afuera. Hay una conexión especial entre el caminante y el ángel de su ciudad, se siente en esa vanidad del que se deleita al creerse un Adán urbano. Todo es nuevo, siempre. Los soles repartidos en columna no tienen memoria de milenios
Una ciudad sin este. Oriente no existe. El agua se lleva todos los mitos. Al final, un sueño mata a todos y hace de la vida un espectáculo que pocos entendieron. De fondo, una mujer canta en inglés que ella es bella sin importar lo que digan los otros. Arriba, un cielo sin cielo muestra los triunfos y los fracasos de una civilización que se olvidó de que Dios existía. Más allá, de tu lado, un lector que encontró algo de sí mismo en estas palabras de otro mundo.
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