Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 28 de julio de 2016

Sueños locos LXXIII (Carolina Stanley)





  Ese milagro, ese milagro. Miré al barrio, miré al lugar antes tan gris, al lugar ahora tan dorado. Vi una fachada de como espejos que envolvía a los monoblocks de Lugano 1 y 2 con una coraza de oro del sol. La austeridad de la vivienda social quedó en un triste recuerdo ante el lujo que da el reflejo de la naturaleza. Los metales y el vidrio le ganaron para siempre a materiales como el cemento. Hubo un cambio real. Es como si se hubieran construido edificios nuevos sobre los viejos. O, mejor aún, se puede decir que las viejas y pesadas estructuras fueron recubiertas por armaduras eternas, alianza de nobles componentes.

  No tenía ganas de mudarme, pero vendí mi casa solamente para saber si era verdad la quimera de la revaluación inmobiliaria. Efectivamente, pude irme a un departamento en un barrio "bian". Sorpresa. Todo había cambiado. Toda la vida pensé que las viviendas construidas por el Estado estaban condenadas por toda la eternidad a no valer nada, a no progresar, a decadenciar año tras año, década tras década. Parque Patricios y Barracas, al tener muchas edificaciones bajas y galpones, pueden evolucionar, pueden demolerse propiedades y levantarse otras mejores, más seguras, modernas, cómodas y confortables. Un complejo habitacional de monoblocks parece imposible de modificar. Eso es lo que siempre creí.

  Por dentro, a nivel estructural, Lugano 1 y 2 seguía siendo el mismo. El cambio sustancial fue de la fachada. La prensa habló de los "golden years" por venir. El oro y los cristales envolvían con fina vestimenta lo que ha sido por mucho tiempo un depósito de pobres. Tal vez, tal vez, para no ser condescendientes con el poder, ser puede decir que a la gente humilde se la revistió con una capa mágica capaz de hacer olvidar toda diferencia social. "No todo lo que brilla es oro". Y, si fuera oro eso que le echaron a los monoblocks, tampoco cambiaría demasiado la vida de los menesterosos, de los que son discriminados por aspecto o lugar de residencia. Porque, a decir verdad, si alguien desea vender los materiales de su ventana para pagarse un asado, es severamente reprimido por la Gendarmería o la Prefectura. No se puede tocar el patrimonio cultural, artístico e histórico de todos los argentinos. Es simple la operación: se convirtió a una villa de emergencia en vertical en un gigante museo para jactancia de nuestros gobernantes.

  Intrigado por todas estas razones, por mis conjeturas, mis contradicciones y mi hechizo de pro, me acerqué a conversar con Carolina Stanley, cuyo Ministerio de Bienestar y Alegría estaba en un edificio sobre la Avenida Soldado de la Frontera. Hermosa mujer ella. Posiblemente, futura Presidenta de todos los argentinos, en especial, de los más ricos. Pero bueno, la ideología siempre me gana a la hora de escribir, mis prejuicios políticos.

- El barrio y su fachada reflejan a las personas. Así de simple. La idea es que la forma la ponen ustedes, los habitantes de Lugano, y la comunidad en general. Cada uno debe poder verse en las obras del Estado, obras que son para todos. El sol, el cielo y el mundo dan con sus rayos en esta mezcla de cristales y metales con que hemos envuelto las miserias suyas. -

  En verdad, me lo dijo de una forma mucho mejor, más fina, más políticamente correcta. Pero yo recuerdo así el fondo, el mensaje en cuestión. Si fuera fiel a sus palabras, me traicionaría a mí mismo y a mis ideales peronistas, a mis convicciones mezcladas de fanatismo, oscuridad e ignorancia. En fin. Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía...

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