Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 20 de julio de 2015

Mi martirio

  La caridad de hoy puede anochecer y transformarse en el frío de una mañana que mira desde afuera. Duele todo, todo duele. La fatiga se descarga como cajones borrachos y perdidos; trenes en los andenes de mis venas sacuden mis instantes para que no me olvide que voy derechito al polvo. Me suicido constantemente: cierro los ojos y me resigno a morir en Dios, a olvidarme del mundo en su recuerdo, en su presencia santa. Me muero cada día de mi vida. Vivo en agradecimiento de una atea muy piadosa pero sufro al saberla ajena. No era para mí. El universo entero me la dio en préstamo para que yo pudiera salvar mis latidos. Los planetas se movieron varias veces y me tocó muy de cerca la Musa. Pero no tanto como para que yo esté en los brazos del amor total. Tal vez, a fuerza de mover los astros, consiga tener en mis manos a la que hace todos mis esfuerzos. Me confieso: es una excusa para vivir. Sin embargo, soy consciente de que lo único que me pertenece es esta soledad, este yo que tropieza cada segundo ante sensaciones nuevas. Ella es sagrada y está más allá de mí. No puedo tomarla ni debo anhelarlo. En verdad, creo que me destino es escribir esta obra que no empecé y consolarme por lo que pudo haber sido. Me inventé una religión para esquivar el dolor de las ciencias duras. La fe es blanda, su yugo es liviano. Las cargas son pocas.

  Me muero, me pierdo, me mundo. Sí, me mundo. La cabeza me revienta contra el asfalto insolado del mediodía. El invierno me queda archivado en los huesos pero el frío no disipa la quemazón del cielo. Me arde la calle en el cerebro. La ciudad me ladra, me choca, me roba, me humilla, me golpea y me arrebata la serenidad. Sin embargo, y porque no soy delirante ni paranoico, yo devuelvo golpe por golpe y me hago patrón de la vereda justo cuando la chusma me pretende peón por ser de Perón. Y sí, lo tenía que decir. No sea cosa que digan que nunca me comprometí con nada y que me dediqué a ser un nihilista, un ateo infeliz. Bueno, ¿existe el nihilismo peronista? Dicen que el Peronismo da para todo. Ya hay una corriente nueva inaugurada recién por este humilde pero esmerado servidor. El Nuevo Orden lo hago yo. 

  Para terminar, quiero agradecer a mi lector favorito después de Dios. Compartimos muchas cosas en común y me hace muy bien su presencia. Es un buen sujeto. Ojalá pudiera poseer su afecto por siempre y ojalá pudiera ser soberano de su pecho. Dirigiría sus pasos al cielo, que tiene al lado y que más de una vez afrenta solamente para impresionarme. A mí no me genera admiración que un caballero, por más excelso que sea, se mofe de la vida solamente para mostrarse superior ante los hombres. La soberbia es muerte. Hay que amar al amor, a la belleza y al bien y buscar a la aurora como una fuerza superior. Si te fue dado un ángel, no dejes que vuele en tristeza. El Señor te regaló una parte de sí para que pudieras ser dichoso, no orgulloso. La seguimos. 

  

miércoles, 15 de julio de 2015

Sueños de siempre

  Como obsesiones, me persiguen los inviernos, las noches, los trenes, los laberintos y la desesperación de ser sin nadie más en la ciudad. Sí, puede que esto haya sido dicho pero es lo que me pasa: la oscura frialdad del mundo me envuelve en su abrazo indiferente y me penetra con una verga de hielo. Mi culo tiembla de dolor y sacude sangre para calentarme un poco. Me siento tan mal por dentro algunas veces. Camino como un tonto por una Buenos Aires que me da la espalda: me muestra la cola pero no puedo tocarla porque es abuso. Me queda mirar de afuera, hacer la del pobre, hacerme la del mono. Y por eso toco este teclado de burla, risa, indignación y alegría turbia como las podridas aguas del río colectivo de los anhelos ignorados de la masa. El hecho maldito de la sociedad burguesa es que haya sujetos como yo que se atreven a reclamar los mimos y las atenciones de las damas de ojos claros. Bueno, alguno dirá que el color de mis ojos... No importa. Negro es el hambre. El oro es siempre oro lo lleve un árabe, un chino o un colombiano flojito de papeles y duro de cocaína. Siempre es igual. No se puede escapar a la lógica de lo material. Y el tornasol de mi mirada torna otra vez a los lagos de ahogados e imaginaciones fugaces de enamorados osados y tipitos que van contra la moral de su tierra y la religión de sus padres: así es cómo seduzco sin querer a todos los putos buenos que flotan por ahí. Los quiero y respeto pero no los deseo. Gracias les doy por los elogios pero yo voy detrás de las damas, los caballos, las torres y los alfiles. No me van los peones por más esforzados que estos se muestren en el tablero de las relaciones humanas. Sin embargo, no desecho a nadie. No es pecado amarme ni desearme. Los comprendo, modestia aparte. Sigo otras musas, otras inspiraciones. No voy por atrás, sin estigmas de nadie.

  ¿Y qué? No puedo ahondar más en ciertas experiencias. Pero puedo decir que siento todo el tiempo agradecimiento. El sol sale todos los días para mí a pesar de que muchos me han creído muerto. Me han dicho "El Hombre Acabado" por el millón de pajas que me hice alguna vez. Sin embargo, renazco en medio de toda esa leche y me vuelvo un demonio de Tasmania para alegría de los que me quieren y me perdonan todo. Los amo con todo mi corazón, pequeñitos solcitos que Dios me regaló para que pueda reír y cantar junto al negro que me mueve las carnes por dentro. Sí, siempre al límite. Es como esa erección que uno busca tapar en un subte atestado de gente. Es lo que no hay. 

  Bueno, quiero agradecer una vez más al cielo por esas personitas que hacen mi felicidad, mi consuelo, mi placer, mis fantasías, mis gozos, mis pensamientos, mis expectativas, mi fuerzas y mi futuro. Amo a esos pocos seres que en todo momento están conmigo como ángeles protectores. Tal vez no sean más que dos en uno pero no tengo ganas de escribir más. El tiempo dirá de nosotros que nos amamos con todas las fuerzas del espíritu y, por qué no, del cuerpo...


sábado, 11 de julio de 2015

Letanías a un toro viejo

Toro viejo, macho cansado y malo.
Toro viejo, macho loco y vago,
macho pancho en su rancho.

Quisiste ser Jesús 
pero ni te pareciste a vos.
Foucault te miraría con desdén,
pero no escuchaste hablar de él.

Macho viejo, macho bruto.
El culto por la sangre
te está matando,
Hitler de barrio.

Hay otra posibilidades
que no acaban en una acabada;
hay otros vínculos, 
otras cosas. 

Pero te cegó el egoísmo,
el ser vos más que vos, 
y de ahí para el país,
un segundo abandono,
eterna frustración...

Sueños locos XLI (Proyectos de escritura)

Iba a decir el nombre de una canción mal vista pero muy cantada y escuchada pero me abstengo en nombre de la nula honra que me queda. O lo digo... ¿Qué hago? Fue. Ciudad mágica fue el nombre que mi futura novela tuvo en mis sueños. Pero me levanté y me pareció mejor El cubo mágico. Hay grupos musicales que están prohibidos por la "intelectualidad" porteña. Prefiero emitir mi opinión en otro momento. Obvio que no soy partidario del PRO pero hay más cosas en juego que un pelado obsecuente. Vamos a charlar un poco.

  La idea de la novela sería contar las peripecias de un personaje joven, un pibe de facultad pero con mucho barrio encima. A su tiempo, el narrador cambiaría en varios capítulos. Hablaría una chica, la chica del libro, y a su vez, otros personajes se sumarían alternativamente. Pero el predominio lo tendría un dios que vería todo por arriba y que no haría grandes concesiones a los sujetos ni a los objetos. Para empezar, en tercera persona se diría que Teo estaba mirando cómo sus amigos garchaban o algo por el estilo. Impacto directo desde el primer momento. Luego, se iría en retrospectiva. Se pasaría del in media res del comienzo a un progresivo devenir del pasado, del origen de la situación actual, del inicio que sería mostrado a medio camino del texto. Las perspectivas del futuro las haría escasas. Pondría muchas trabas. Creo que estoy siendo muy abstracto. Voy a especificar un poco...

   Mi idea es centrarme en Teo, un joven estudiante de Letras que no tiene casa ni trabajo y que va de acá para allá. En el medio, drogas, alcohol, amores imposibles, hambre, mendicidad, problemas, peleas, discusiones, debates políticos y religiosos. A su vez, se incorporaría el punto de vista de los distintos personajes, que lo ayudan o lo perjudican. Una chica y su novio serían sus grandes amigos. Enemigos declarados no tendría aunque sería evidente que es el sistema capitalista el gran enemigo del hombre. El Estado no estaría del todo presente como debiera estar. Día a día, se sucedería la marihuana, la merca, el escabio, la paja y la mala leche de ser un argentino pobre. De casa en casa, de quilombo en quilombo. Y a la noche, baile, luces, humo, orgías frustradas, sexo ajeno, Manuela propia y colectivos y trenes perdiéndose en la Ciudad. Muchos viajes, mucho caminar la calle y trazar líneas de subtes que no existen. Mezclaría lugares e inventaría otros. Transfiguraría Buenos Aires y le pondría los campos de la Patria a la vuelta.

  Lo más interesante es que sería una novela "dialogada": un joven poeta provinciano me daría esa magia, esa inventiva que por momentos resigno en pos de un realismo duro. Necesito suavidad, brillo y situaciones alocadas, mundos nuevos en el medio. Un capítulo sería psicológico, con mi impronta analítica, brutal y carnal, y otro tendría todo eso más el plus que ostenta la gente que no vive encerrada en la Capital. Hay que salir de Buenos Aires y contar las historias de todos esos Cristos locos que dan vueltas por las rutas argentas entre putas enfermas y mariposas de la redención y el sosiego. En un momento, todo se calmaría para darle una pausa de paz al lector. Y luego, sí, seguirían las piñas, las patrullas de la verdad, el remolino del arrabal, el vendaval de los gritos, los familiares trastornados mentalmente, los amigos que te dejan tirados, las abuelas conchudas y egoístas, las tías trolas que no te tiran un mango y esos misteriosos personajes que te envía Dios para que puedas volver a creer en Él y en el amor entre el hombre y la mujer. 

  La chica se llamaría María Rossi, una piba muy especial. A su vez, se sumarían al elenco profesores homosexuales fervientemente católicos, militantes comunistas y anarquistas que aman a Jesús, putas sabias, gente frívola que habla de la literatura y la filosofía como aquella que ostenta una pollera nueva y así con mil caracteres más. Y, lo más importante, el joven de las lejanías patrias aportaría el alma, el corazón, la gracia del libro: crearía situaciones y tipos y tipas verdaderamente de novela. Yo haría las correcciones y el trabajo pesado. Por supuesto: sobrarían los quilombos, los cachengues, los tole-tole, las agarradas, el sexo, la falopa, las lágrimas, la sangre, los acosos y manoseos, las corridas, los gritos, las provocaciones y los debates de toda índole. 

   En fin. A escribir se ha dicho.

  

jueves, 9 de julio de 2015

El desastre o la yapa

  Calles, casas viejas. Postales de un antes invitan a sentir otra realidad, otra forma de ser realmente nosotros. Hay un lugar en el Sur que tiene ese dejo del ayer, bello reflejo de algo que hoy no es pero que puede volver a ser en cada evocación. Sé que dirán que estas palabras están gastadas pero yo reciclo el imaginario poético porque creo que no hay que tirar nada. Todo se puede ordenar. Tal vez resulte patética esta obsesión con el vértigo y los trenes que descubren el cielo aunque peor es ser una persona sin sueños. El mundo es en vivo. Queda mucho por hacer y, sin embargo, las monedas y las piedras postreras ya han sido arrojadas al camino. A lo largo de la ruta, tratarás de ver pero la obsesión por llegar te lo impedirán...