Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

viernes, 4 de diciembre de 2015

Sueños locos XLVI (La prima de la Virgen Atea)

  Una casa de cartón, un palacio desbordante de ilusiones. Y ahí, justo ahí donde nacen los sueños, los hijos, los amores y los sinsabores, una chica de piel dulce de leche por bronceado excesivo, y ojos celestes blancuzcos, blancos. Recién bañadita. El pelo negro chorreante de agua y fragancias. Arriba de la cama marinera. Encaré a la modelo de piernas kilométricas. Tuve que esquivar un montón de bultos tirados en el piso de aquella pocilga tan querida para poder acceder a lo alto de mi princesa enfundada en una minifalda de cuero negro. Me sonrío. Teclas de piano, música para mi vista. Olía bien. No sé por qué pero le pregunté el apellido. Coincidía con el de mi Virgen Atea. Algo raro. Me dijo que era la prima. Seguimos hablando. No me acuerdo si me la garché o no. Pero era de noche y estaba muy bien la señorita. Reconozco que las beldades frívolas y tontas no son mi tipo. Pero bueno, un par de polvos le hacen bien al corazón...

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