Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 21 de marzo de 2015

La canción de la paz IV (Visiones) y Sueños locos XXXIV (Confusión)...



  Una tarde que se hace noche o un día que llega a noche sin escalas. Yo estaba sentado frente a la PC. Como ladrón en la noche, llegó el que debía llegar, y no era Dios... Y ahí estaba yo sin saber qué hacer. Intenté darle un beso en la mejilla, típica costumbre porteña, pero el individuo, también porteño, me dio la mano con frialdad y me congeló con su enojo. A mis espaldas, la riqueza estaba lista para ser disputada. Pero el sueño se detuvo en el duelo de los hombres. La muerte en la estrechez de un departamento. Todo en un mismo lugar. 

  Eso fue Sueños locos XXXIV (Confusión). Extenderlo más me obligaría a cambiar el título por Confesión y eso sería pecado en mi actual situación. Ya dije que estoy en tiempos de callar. Tiempos de salir a correr fuerte bajo el sol, entrenar duro, mirar al cielo y pedirle que me gane la misma misericordia que a muchos otros alrededor del mundo. Ojalá mis zapatillas pudieran hacer castillos con el polvo que se levanta, con la tierra que vuela en cada salto... ¿Por qué será que cuando estoy tirado en el suelo siento un mareo indescriptible, una sensación de vértigo, un extraño estar solo frente al universo? Sí, padezco la pequeñez de ser bajo el día, bajo el toldo celeste. No hay nada que hacer más que limitarme en todo momento...

 ¿Cuál expansión me es permitida? ¿Podría ser que en este mundo mío tenga libre albedrío para ir al almacén y comprarme el país entero? Es lógico pensar que si acá soy medido, afuera puedo descontrolarme y arruinar todo. Sí, puede ser. Pero en verdad que este pobre espacio es prolongación de muchos otros. Vivimos en una contigüidad, en una continuidad casi sin final. Puede haber compartimentos estancos pero no tengo acceso. Ahora, imagino un tipo tratando de subir montañas creadas por hombres. Lo veo con un cuchillo pero no para matar sino que lo lleva para cortar los nudos que le echan los otros. ¿A qué viene esto? Ni yo sé.

  ¿Y el sueño? Fue mucho más todavía. Pero no es hoy el día indicado para hacer letras las imágenes que carbonizaron mi cerebro. Muchas almas me rodean. Muchas almas pelean por mi alma. Y muchos espíritus infernales me atormentan cada hora para que pegue el volantazo y me vaya a la mierda con el auto. Si pienso medio segundo lo que estoy haciendo, puedo perder la carrera y dejar de correr sólo por cansancio mental. Las distancias a recorrer son inmensas, casi infinitas en proporción a mi cuerpo mortal, pero el deber de llegar me impone la ardua tarea de seguir y seguir hasta el fin. No queda otra. 

  ¿Y la sociedad? Debería venir a buscarme porque está haciendo en mí una bestia, una bestia salvaje, imposible de domesticar. Todo son modales: blancas sonrisas, miradas alegres y discursos finos. Pero el fuego se me está rebelando ante tanta injusticia, se está revelando la verdad de mí. Va a salir a la luz como una revelación de muchas rebeldías y no como juego de palabras para entretenerme junto a los más. Alguna vez sentiré que me invade el poder de la eternidad y el infinito. Muchas veces siento ganas de consumir océanos enteros y hacer de los mares un simple vaso de agua. Tengo desesperación de mundo, hambre de vida. Me pone nervioso tanta individualización como forma de colectivización. Me obligan a ser yo, un yo que no quiero ser. Lugar y tiempo equivocado. Pero sólo por unas coordenadas. Si pudiera correrme algunos metros en todo, podría andar mucho mejor. Tal vez kilómetros pero no mucho más, no mucho más...

   Le puse tanto huevo a la vida que tengo para hacerme una tortilla de existencia. Es lo que hay en mí. Quisiera respirar un mundo mejor con un sol que no mate pero debo perderme entre los muros de la gran ciudad sin saber por qué. Me cansa ser el otro, el siempre lejano, el marginal, el pobre, el excluido, el desocupado, el tipo solo, el loco. Pero bueno. Entre enredaderas de sueño, yo sueño con olvidarme pronto de esta pesadilla y despertar en una playa blanca, en un mar transparente de una bola de cristal llena de días. Tal vez nade hasta morir. Es una manera genial de hacerse uno con las aguas del más allá...

  ¿Y ahora? Ahora veo algunas calles de noche y los sueños recurrentes con los trenes y las líneas de subterráneo que todavía no existen. Veo un futuro enorme, muy difícil de materializar pero excelente para todos. Dios quiera que sea así. Ahora me marcho antes de que lleguen los fantasmas más turbios de las madrugadas, esos que se multiplican con cada minuto que pasa...

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