Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 19 de abril de 2014

Viernes negro (San Dimas)

 






"Para subir hasta Jesús hay que bajar hasta Dimas,
y para llegar hasta Dimas hay que dejar muy arriba el
éter irrespirable de los inocentes y los puros.


No creas en la predicación de aquel abate perfumado
de heliotropo, que sube a su púlpito con el corazón
lleno, todavía, de las graves impresiones de la Conferencia
de San Vicente y de las fiestas de caridad de las duquesas
y que cruza después, como un César, sudoroso entre sus
encajes, por aquella elegantísima multitud cuya emoción
artística él ha producido y cuya admiración él ha
conquistado. No creas en esa predicación... ¡es una página de
Rossini!

Cree, sí, en el propio San Vicente de Paul; sí, en el
apostolado de aquel sacerdote ciego de caridad, enloquecido de
evangelización, que ora se lanza por los desiertos de Africa
y ora se mete en los tugurios de la ciudad, que son los
desiertos de la civilización, para salir de ellos torturado de
dudas, cubierto de maldiciones y carcomido de remordimientos."
         
 (Pedro Bonifacio Palacios, "Almafuerte").

  Hace una semana pasó algo muy especial. Yo salí a correr como cualquier día por el parque que está cerca de mi casa, acá en Villa Lugano, donde mueren todos los valientes. Un viernes antes de Viernes Santo: un viernes negro, un viernes triste. Mediodía en la ciudad y yo que cansaba mis piernas para correr cada vez más rápido. Casi que volaba. Iba como el viento, pero con una sonrisa que el aire no lleva consigo. Una flor de paz, una paz de flores y un mundo más. Es todo tan difícil de decir que. No sé. Tengo que cortar y cortar y cortarme. Sufro mucho cuando la chusma se va en la ira, cuando ella se va en sí. El odio mata al amor en cada esquina, en cada chico golpeado o abandonado. Se hace imposible escribir cuando lo único que hago es sentir y sentir cada vez más alto, tan alto que podría envolver al mismo sol en una caricia que lo volvería un cubito. No hay que mirar atrás, pero a veces hay reveses que merecen palabras mayores. No sé por qué, pero yo la extraño tanto y eso que todavía no la conocí. ¿Alguien me puede dar el motivo de esta nostalgia inducida? No creo que nadie tenga el corazón para contestarme esto...

   Bien, yo volaba ahí, sobre la avenida Cruz. Me estaba dejando llevar por la adrenalina y por las imaginaciones más raras del universo. Me sentía en mí mismo. Sí, la única manera que me siento en mí mismo es escapando de mí. Es duro decirlo, pero es así. No hay otra forma de formarse el carácter más que contemplando la soledad con pasión desmedida. Hay que tomar la Nada del cuello y besarla con violencia, locura y perversión. Hay que hacerle el amor al Vacío para poder sentirse lleno de vida. No queda otra. Todo lo que hay es Sur, todo Sur, todo todo, Sur todo.0

   En esas vaguedades meridianas, un policía de civil me salió al paso y me preguntó si tenía documentos. Yo paré la marcha, observé su placa con el gallito y el gorro frigio del escudito de la Federal y le dije que no, que no tenía DNI encima. Me dijo que no pasaba nada, que "podía" participar igual del procedimiento para el cual me requería: debía ser testigo en un caso de piratería del asfalto. Una camioneta Mercedes Benz Sprinter estaba estacionada en la vereda con el ladrón adentro (en la esquina de Cruz y Escalada, donde está Jumbo). Todavía no lo habían esposado al joven. Llevaba toda una carga de comida para animales. La División Robos y Hurtos de la PFA llevó a cabo la detención del delincuente y la recuperación de la mercadería. Fue todo muy raro: estuve más de tres horas ahí parado y me dediqué a charlar con los policías. Es mi obligación contar los pormenores, pero eso va más para un paso de comedia que para lo que deseo comunicar el día de hoy. Ya habrá momentos para chistes, cuando pase la Cuaresma...

  Simplemente quería decir que cuando todo el circo burocrático terminó, cuando ya intervino el juez, el fiscal, la presidenta, el Papa y todas las autoridades de este mundo, el individuo fue esposado. Fue algo muy triste ver a ese jovencito de tez trigueña y ojos marrones en esa situación. Humillante. Yo supe en su mirada que de haber recibido amor, de haber tenido una buena familia y una educación como Dios manda, no habría incurrido en ninguna clase de delito. Pero hay algo más: un oficial me mandó a comprarle cigarrillos para toda la brigada y me dijo que podía comprarme una gaseosa. Al rato, yo tomaba mi bebida mientras veía toda la farsa del Estado representarse ante mí como un teatro barato y vil. Todo lo soportaba. Uno no puede irse del lugar so pena de ser arrestado o de tener antecedentes por "resistencia a la autoridad". Tuve que ser parte de algo que no creo. Igualmente se dio un milagro que jamás olvidaré: le di de beber al ladrón encadenado. Le acerqué la latita con el sorbete a su boca seca y luego me pagó con la mirada más tierna que jamás he recibido. Yo tuve que contener las lágrimas para no ser el hazmerreír de la maldita policía pero bueno, Dios me dio el don de llegar a mi casa y llorar intensamente como no lo hacía desde hace mucho. Luego fui a la facultad y seguí con mi vida normal. Pero al venir la noche me acordé del "ladrón bueno", San Dimas, aquel que le pidió a Cristo entrar al Reino de los Cielos, y recé fuertemente por el chico privado de su libertad. ¡Pobrecito! ¡Estaba esposado y yo tuve que arrimarle la lata porque no podía tomarla con sus manos!

   ¿En serio alguien cree que el muchacho va a cambiar porque lo tengan enjaulado años y años con otros semejantes o peores que él? ¡Qué tristeza me da pensar que hay gente que mata gente y personas que encierran a personas sin pensar en que Cristo tuvo tanto amor que perdonó al ladrón y le permitió entrar al Cielo! Ya lo dijo la Santa Virgen: "Misericordia quiero y no justicia". Y ya dijo Jesús que hay que visitar a los presos y hacerle el bien a todos. Sé que los burgueses y los derechistas me odiarán y me tratarán de comunista, pero yo les voy a decir algo: nunca sentí tanta paz en la vida como aquella tarde en que le di de beber al ladrón. A ese pibe solo le dieron palo y palo. Nunca lo miraron con ternura y compasión. Por eso se dedicó a afanar. Nadie le enseñó a tocar un instrumento o a desempeñarse en un oficio. Se crió en medio del odio, los vicios y la soledad. Así quedó, con la mirada extraviada y un dolor en el alma que solo yo pude captar. Recemos todos por aquellos que están encerrados a lo largo y ancho de nuestra Patria, para que se rediman y no se sientan nunca más solos. Que así sea...

2 comentarios:

  1. Ojalá recibas un balazo entre los ojos así dejás de contaminar el mundo con tus estupideces

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    1. Podés venir vos a darme un balazo, cagón, hijo de puta, macrista del orto. Ojalá te mueras.

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