Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 11 de marzo de 2014

La nueva belleza

     


     
     Quedé fascinado al verla. Alta, voluptuosa, de pechos grandes y apetecibles. Una diosa. Muy delicada ella. Recuerdo que me tomaba las manos cada vez que yo decía algo que le parecía "tierno". Se sonreía y me decía "¡qué divino!" ¡Divina es ella! No puedo parar de pedirle a la vida que me lleve de vuelta ante esos simpáticos y vivos ojitos marrones. Delicia sería para mí estar cerca de esa boca de labios gruesos y dientitos de menta. Perfecta, toda perfecta. Me envolvió en la magia del olvido y el vuelo. No sé cómo decir todo lo que me pasó a su lado. Solamente puedo contarles que conversamos una hora y media sobre todas las cosas. No sé. Fue como si se me hubiera dado todo vuelta en una conversa de esas que se dan en Buenos Aires. La joven hippie me hizo extraviar con las flores que llevaba sobre sus senos increíbles. ¡Flor de hembra! ¡Ay cuándo me dijo que yo tengo lindos ojos! Pura vanidad, pura vanidad. Podría haberle tirado a matar pero amo más el deseo que a la persona deseada, siempre. Y digo que es La nueva belleza porque se llama igual que aquella muñequita que inspiró La canción de la guerra. ¡Ni crean que les voy a decir el nombre! Sepan nada más que Dios existe y que existe también el Diablo, la locura, la insania, el Bien, el Mal y todo cuánto puedan negar los más escépticos. Todo, todo existe y existe siempre...

        Ahora, hay algo que no entiendo, ¿por qué la maldita me hablaba tan cerca que podía sentir su aliento mentolado y su piel perfumada por la elegancia? Alguno dirá que ha querido besarme. No faltará el envidioso que me trate de tarado, que me diga que "dormí". Pero no, no señores. Ella vive con alguien. Se lo pude sacar a puro chiste, a pura charla. Hablábamos sobre el estudio, sobre el futuro, y le dije que lo único importante es no casarse para poder triunfar con cualquier carrera universitaria. Ahí nomás cayó en mi trampa y me confesó que convive con un chico. Está bien, puede que ustedes piensen que quería desvariar conmigo e ir por caminos torcidos. Yo creo que no, definitivamente no. Y no es porque yo sea cándido sino porque realmente ella es inocente de todo aquello que puedan pensar los malintencionados. ¿O cada vez que una mujer habla con un varón es para intimar con él? No seamos como los judíos ortodoxos, los musulmanes o los cristianos más ultra. Y esto no lo digo como crítica a las religiones sino en defensa de la vida porteña. Acá siempre hablaron todos con todos. Si pasó más, bueno, no sé, no puedo juzgar. Pero en pleno siglo XXI y en plena urbe es lo más común del mundo que nos demos a las pláticas interminables y exquisitas. ¿O es pecado tentarse y volar un poco? ¿Qué sería de la vida sin su dulce alienación de mujercitas encantadoras y poetas movedizos?

         Puede que otro objete la situación de ella y que piense en casamientos y eso pero no voy a moralizar sobre una vida que no es la mía. Sólo decirles que me sorprendió cuando me dijo que está viviendo con alguien. Fue algo muy loco. Yo la hago de mi edad pero quizás tenga un poquito más. No lo sé. No se le pregunta a las damas y damitas cuántos años tienen, jamás de los jamases. Antes morir que caer en esa descortesía. Pero bien, pasó que no hizo mella en mí el hecho de que no estuviera sola. Se puede suponer que es frustrante para cualquiera saber que su interlocutora ya tiene dueño pero no. Yo seguí prendido en la parla como si nada. Y no porque yo quisiera raptarla de sí misma, de su vida y de su media naranja. Sólo dejar que las palabras corran. Fue entretenerme y permitir que todo pase como si nada. La hemos pasado tan mal en la vida, ¿por qué habríamos de detenernos a pensar si tiene novio, amante, esposo, concubino o lo que fuere? No hay que pensar, no. Hay que ver, oír y sentir. Nada más. ¿O existe algo mejor que hacer en estos casos? El año 2014 es el año de la nada, de la pavada, del absurdo, del discurso, de la fantasía, del sueño, del amor platónico y de todo cuanto pueda contrariar a los viejos pedantes y liberales que quieren que todo genere ganancia. Pero no me va esa: si el tiempo es plata, hay que gastarlo en ser felices, en reírse, en escribir, en leer, en caminar y en echarse sobre el pasto bajo el sol de la tarde. Nada de dejarse cachar por tronpas y mandones malandrines de mala muerte, no señora...

          Creo que ya lo dije más de una vez: yo mido casi 1,80 cm. No sé con exactitud cuánto mido porque las mediciones varían. Es muy chistoso. Las enfermeras y las médicas se equivocan mucho. Pero unos centímetros de miércoles no cambian nada. No soy un tipo realmente alto pero tampoco soy petiso. Estoy en el medio. La cosa es que la nueva belleza medía casi lo mismo que yo. Y bueno, tenía unas tetas tan grandes que parecía que le iba a explotar el corpiño (si le hubiera explotado el sostén ayer cuando la vi, de seguro que yo habría muerto junto a la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Todo esa abundancia de femineidad se hacía más deseable por la onda tranquila de la dueña de semejantes dones: mi damita estaba vestida con una remerita llena de florcitas y llevaba pantalones azules y sandalias marrones. Hablaba despacio, con una sonrisa, y me miraba contenta por debajo del flequillo castaño. No era rubia, gracias a Dios. No era más de lo mismo. Tampoco era la típica morocha argentina de cabello oscuro, ojos pardos, tez trigueña y cola para el infarto. Es cierto que a mí me gustan casi todas las mujeres pero evito las obviedades, los estereotipos, las que son iguales a todas. ¿No sería un cliché ponerme a elogiar ojitos claros y pelito platinado? ¿No sería obvio desgastarme en una masturbación literaria sobre una argenta sensual tipo Ximena Capristo? Creo que las castañas tienen todas las de ganar. Son la Tercera Posición en la mujer: "¡Ni rubia ni morocha: castaña!"

             Entre otras cosas, hablamos sobre la película El mural, que fue trasmitida el domingo por la noche por Canal 13. Muy buena peli. Esto solamente lo menciono para que sepan cómo venía la mano. Para aquel que vio el film, sabrá que deja mucha tela para cortar. En fin. Parece como si todo se mezcla en esta vida: el arte, las musas, los deseos y los silencios ajenos. La nueva belleza me dio un nuevo motivo para escribir. Sí, yo necesito inspirarme en sueños y en damas preciosas para componer mi obrita. De lo contrario prefiero salir a correr o mirar fútbol. Yo hablo de mí, de lo que me pasa, de lo que siento. No me interesa hablar de otra cosa. Me parece que este es el tiempo del sujeto, de la persona. Qué sé yo. Creo que es el momento de la sinceridad y de la espontaneidad, de hacer algo de la nada y de evocar el Romanticismo en medio de la amargura de los viejos vinagres que se pudren a nuestro alrededor. Soy de la convicción que las tetas de mi chica valen más que cualquier otra cosa en el mundo, ¿acaso no han habido hasta guerras por mujeres? Ya que estamos, podríamos ponerle Helena para darle un nombre digno de sí. Y digamos también que debemos ver la vida en colores, nunca en blanco y negro o en rojo como hacen los jovatos, los tontos, los alcohólicos, los depresivos y los melancólicos. A veces siento que es todo tan increíble, tan hermoso. ¿Qué hubiera sido de mí sin ella el día de hoy? Sólo una página en blanco. Pero en medio de las ruinas de Troya apareció la Nueva Helena para alegrarme el día...

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