Carolina Duer

    

             El martes tuve el gusto de conocer a mi amor imposible: la campeona mundial de boxeo Carolina Duer. Esta bella mujer argentina de religión judía me quita el sueño. Es hermosura en estado puro. Me cuesta describirla. Le dicen "La Barbie de Acero". Es femenina, delicada, de ojos claritos y rubiecita. Una lady. Pero te pega una trompada y te manda al hospital. Es de todos conocida la anécdota que cuenta que golpeó a un ladrón de bolsos y tuvo que venir la ambulancia. Bueno, el martes la vi parada de manera muy viril cuando la encaré en Avenida de Mayo. No porque sea mala sino que sabe cómo hay que moverse en la calle y esas cosas. Actúa como un varón pero es una jovencita muy fresca y simpática. Sin embargo, tiene lista las manos para castigar y las piernas para desplazarse con velocidad. No sé. Posee un algo muy poderoso, muy seductor. Mira fijo a los ojos y habla de manera directa. Marca distancia y genera respeto. Pero voy a contar todo desde el principio en el párrafo de abajo para no perderme en lo que ella me produce...

        Yo estaba caminando por la Avenida de Mayo, avenida bella si las hay, hasta que vi a una chica preciosa comprando en un kiosco y detuve mi marcha. Bueno, las chicas preciosas sobran en Buenos Aires. Lo que me llamó la atención fueron las florcitas coloridas tatuadas en su brazo izquierdo. También el pelo y el cuerpo trabajado me hicieron dar cuenta de que mi sueño se había hecho realidad. No lo podía creer. Yo tengo un don y es reconocer a cualquiera por la calle. Es increíble. Veo a una persona que conozco solamente por Facebook u otro medio y ya la identifico. Es muy loco. Bien. Cuando la vi a la campeona me alejé unos pasos, saqué un cuaderno que tenía en un estuche y una lapicera y luego me acerqué a ella. Hice esto de alejarme primero para no hacerla sentir incomoda, tenía que ser algo más espontáneo. Queda feo eso de andar sacando y metiendo en medio de la vía pública. Y resulta nomás que me arrimé con mi cuadernito y mi birome y le pedí un autógrafo. Y pasó que...
       
           - ¡Ay! ¡No puedo firmarte! Tengo la mano fracturada.-


          Efectivamente, la brillante maquinita de pegar tenía la mano izquierda envuelta en una venda elástica color azul eléctrico. Yo le dije: "Pensé que con esa mano pegabas nada más". Se mató de la risa. Ella siempre supo que yo la reconocí como boxeadora y no como actriz u otra cosa. La gente suele confundirse con los famosos y mezcla deportistas con vedettes. Desde el vamos la encaré diciéndole "Carolina", su nombre de pila. Bueno, cuando vi que no iba a llevarme su firma, le dije "es un gusto conocerte". Me dijo "muchas gracias". Me di media vuelta y me fui. Me sentí mal por no tener un celular con cámara. Soy muy austero y no me gustan los aparatos caros pero en momentos así sirven de mucho. Igual fue todo muy rápido. Al día de hoy no lo puedo creer. Yo amo a esa mujer. Es algo platónico. Me gusta más que cualquier celebridad de la televisión o los teatros. Es el tipo de fémina dominante que me vuela la cabeza. Hay hechos que me hacen dudar de la realidad. ¡Es todo tan increíble! Me sorprende que Ramón Díaz haya vuelto a River luego de tantos años y me alegro por ello. Y así también me sorprende gratamente que haya un papa argentino. Pero son hechos que no me tocan tan directamente por más que haya hablado personalmente con el que ahora es Sucesor de Pedro. Pero lo de Carolina es único: siempre la admiré y la sentí bien adentro del pecho. Tan fanático soy que tengo fotos de ella en mi perfil de Facebook.

            Como si fuera una premonición, yo ya había escrito sobre ella en este mismo blog. En mi texto http://surferpunks.blogspot.com.ar/2013/07/mas-idilios.html he dicho lo siguiente: "Confieso que me gustan las mujeres que pegan, que se defienden y que atacan a morir. El tópico de la mujer guerrera siempre me interesó. Hay causas viles e innobles que desprestigian a quienes las defienden sin importar quien sea la persona (una chica que está a favor del aborto se está desprestigiando a sí misma a pesar de que pueda resultar buen ser humano dentro de su discapacidad moral). Pero yo voy a la actitud independientemente del marco ideológico: la hija de Eva se tiene que saber defender con los puños. Se habla mucho de la "violencia de género", invento de hace tres semanas, pero lo único que se consigue así es victimizar a la mujer y reconocer la superioridad física natural que existe entre los sexos. Por eso digo yo que es lindo que la dama sepa pegar para evitar violaciones, robos, malos tratos, acosos y otras hierbas. Es fácil quejarse y llorar pero no sirve. Si todas las muchachas supieran boxeo, de seguro no habrían tantas victimas femeninas en las páginas policiales. Además, es lindo y excitante que la fémina sea fuerte, enérgica, soberbia, altiva y que tenga el cuerpo trabajado. Si me preguntan cuáles son las dos mujeres más lindas de la Argentina, yo contesto que ellas son Yésica Bopp y Carolina Duer. Son preciosas, sensuales, fuertes, valientes, voluntariosas, dinámicas, simpáticas y bien argentinas. Tan hermosas son, tanto las admiro yo, que si me agarraran las piñas creería que me están acariciando con pasión y nada más. Estas diosas son ejemplos para la argentina actual. Porque llorar lo hacen todas. Pero estas pibas no se dejan levantar la mano por nadie. Una de ellas dos, no recuerdo cuál, desmayó a un carterista de una trompada (yo me desmayo con solo verlas a ellas). Me parece muy bien que si un atrevido dice algo fuera de lugar, una damita le responda con una piña de esas que te bajan varios dientes. Creo también que este tipo de ciudadanas, que se quieren a sí mismas, que son independientes, que no dependen de ningún macho con billetera; no se dejan decir groserías por nadie por más plata que tenga (hay muchas que denuncian a los porteros y a todos los negros con trabajos de mierda como los tacheros y remiseros pero se hacen las boludas si un rubio arriba de un Mercedes les dice una vulgaridad irreproducible).

         ¡Le fui infiel a la chica punk pensando en las pugilistas más hermosas del mundo! Alguno dirá que hay tal o cual gringa más bellas que ellas pero yo amo a las minas de mis pagos. Las criollas son lo mejor que hay con todos sus defectos a cuestas. Uno tiene que elegir siempre la industria nacional. Vamos con la piba anarquista antes de que diga algo impropio y las boxeadoras me manden a sus novios boxeadores"...  Este texto versa sobre una chica punk que no veía desde la secundaria y que un día me regaló su verde mirada a modo de mudo reencuentro. Pero tuve una fuerte digresión porque me apasiona el tema de las mujeres rebeldes, apasionadas, dominantes y combativas. Todo tiene que ver con todo. El caos y la anarquía hacen al sistema que nos corrige a todos. Distracciones aparte, es sorprendente que haya tenido la buena fortuna de conocer a alguien que siempre me gustó. Sé que la cita en color rojo es un poco extensa pero es para demostrarle a mis detractores que yo no escribo con el diario del lunes.

       "Hoy la vi en Avenida de Mayo a la "Turca" Carolina Duer. La saludé. Le pedí un autógrafo. Dijo que no podía porque tiene la mano rota (estaba con una venda en su zurda asesina). Por primera vez en la vida me lamento por no tener un celular con cámara. Todavía no puedo creer que haya conocido a mi amor platónico. Es preciosa. Me encanta su manera de pararse. Es una reina. Me arrepiento de no haberla provocado para que me cague a trompadas con la mano que tiene sana, ja, ja, ja. La amo con todo mi corazón. Es tan especial. ¡Diosa! No sé qué decir. Todavía no caigo. Cuando me pase la adrenalina voy a escribir un textito dedicado a ella en mi página".  Esto fue lo primero que escribí apenas llegué a mi casa. No lo podía creer. Es redundante todo esto que digo pero me siento paralizado. No todos los días pasan este tipo de acontecimientos en la existencia de un hombrecito ordinario como yo. Es cierto que yo me esmero para que mi mediocre vida de habitante de Lugano 1 y 2 sea de ensueño pero muchas veces pasa que la cotidianeidad me toma el cielo por asalto cuan si el día a día tuviera un desmedido afán de inmanencia propio del Marxismo. 

         Tengo que decir una verdad para ser completo: en un primer momento no me había parecido del todo bueno el encuentro. Me sentí mal por haber tenido la mala leche de que ella tenga la mano rota el día que fui a pedirle un autógrafo. "¡Castigo de Dios!", dije yo entre risas y lamentos. Fue rarísimo. Y bueno, se sabe que yo tengo el celular de Dios, el teléfono hecho de cartón. Algo un poquito mejor que el Nokia 1100. No hubo foto. Pero me quedó en el alma la imagen de su vestido de jean ceñido al cuerpo. Parecía que le habían pintado la ropita. Arte. Me quedé más idiota de lo que ya soy y ya es mucho decir. Pasó todo a gran velocidad. En un momento me encontré en la avenida Córdoba debajo de una lluvia torrencial. El cielo había explotado repentinamente como bomba inesperada y un bebé lloró arriba de su cochecito y el padre tuvo que llevarlo adentro de un negocio. Yo seguía noqueado recordando lo que había vivido horas atrás; sí, habían pasado horas. Entra una y otra cosita el tiempo se me estiró en la tarde porteña. Buenos Aires tiene eso de llegar a la merienda desde el almuerzo como si no hubiera pasado nada en el medio. Todo corre, todo fluye. Así las personas en las calles céntricas. Vuelo de mareas. En ese revoltijo de confusiones se me fueron aclarando las ideas por obra de las distancias en mi mente: me di cuenta de que la chica quiso firmarme en mi cuadernito pero no podía. Se sintió un poquito mal por ello. Le gustó ser reconocida. Pero yo seguía un tanto frustrado. No sé. Pasó largo rato para que me pudiera recuperar. Uno no está preparado para ver a un ángel caminando por la tierra: a veces es mejor no alcanzar nunca lo inalcanzable para tener un motivo por el cual volar hasta el cielo...

          Como un enfermito seguía haciendo comentarios para transmitirle mi alegría a todos mis contactos de la maldita red social que nos envuelve a todos: "Fue todo muy rápido. No creo que la vuelva a ver en mi vida. Pero me di el gusto. Igual me arrepiento de no haber muerto por efecto de su mano diestra, la que tenía sana, y bajo el brillo de esos ojos claros y preciosos que me conquistaron desde la primera vez que los vi por TV. ¡Carolina!" El potente efecto de la reiteración es la fijación de los conceptos. Propaganda de mi idiotez debe ser puesta en un rincón. Hubo algo curioso y es que un español me preguntó por qué no iba en serio detrás de esta chica; me preguntó también si era o no era soltera.  Yo le contesté con mucha sinceridad en un comentario público: "Seguro debe tener algo con alguien. Pero yo soy feliz con haberla visto. No me gusta la pavada. La tipa es campeona del mundo, preciosa, millonaria, de buena familia y bueno, un detalle no menor es que es de otra religión y muy creyente de lo suyo. No hay chances de que le dé bola a un pibe de barrio como yo. Recién un amigo me preguntó por privado si le saqué el Facebook. Un ingenuo el pibe: una persona pública pertenece a otro dominio, ni hace falta pedirle su perfil si ya lo vemos todos. Además uno no puede ir por la vida así porque sí seduciendo a mujeres ricas como si fuera un burgués acomodado porque no es mi caso. Otra que tengo en contra es que ella es diez años mayor que yo". Sí, Carolina nació en el año 1978, once años antes que yo. Vale aclarar que parece de veinte. No se le nota la edad porque se mata en el gimnasio. Va a ser siempre una adolescente. 

            Entre tantos hechos graciosos y no tanto, hay uno muy llamativo: averiguando más sobre Caro Duer llegue a la página "Patria Judía", el blog más sionista de habla hispana (http://bajurtov.wordpress.com/2013/07/30/la-hija-de-nuestro-amigo-del-blog-adrian-duerse-consagro-campeona-del-mundo-de-boxeo/)  Es como Mein Kampf pero en versión hebraica. Es increíble. Y resulta que publiqué algunos comentarios para romper un poquito las bolas: "Carolina Duer es una gran deportista, campeona mundial de boxeo, preciosa mujer, sensual, simpática, inteligente, seductora, femenina y dominante al mismo tiempo y tiene todas las virtudes que un varón puede desear en una dama. Es una verdadera reina guerrera. Pero bueno, nadie es perfecto: la señorita no es católica; eso sería lo único que le haría falta para ser la chica ideal". ¡Terrible misil el que tiré sobre Tel Aviv! Y sí, una mujer puede ser perfecta pero el hecho de ser de otra religión invitan a mirarla con otro respeto, con otra distancia. Hay valores que marcan a la persona. Y esto por no hablar de las fotos con Cristina Kirchner. Pero son cosas que no empañan la carrera deportiva de ella. Quizás hasta hablen bien de lo que hace arriba del cuadrilátero. Ya podría pensar en dedicarse a la política pero ayuda a chicos de la calle dándoles clases de box y se sabe que es una persona muy caritativa. Bueno, debo sincerarme: el "chiste" que hice en el portal israelí fue para jorobar. La "Turca" es una mujer perfecta, una Judith perfecta... 

        Otro comentario igualmente perturbador dedicado a los amigos sionistas: " Ya sabrán que soy nacionalista católico y en nuestros ambientes no está bien visto que la mujer practique deportes tradicionalmente considerados de varones. En ese sentido admiro a las mujeres judías que van a pelear a Israel o que son asiduas este tipo de disciplinas. La señorita judía siempre tuvo esa cosa de Judith, de guerrera. Son encantadoras las Saritas. Nunca salí con una que sea sionista. Estuve con dos paisanitas muy bonitas pero eran comunistas, antisionistas: apoyaban a Palestina e Irán igual que yo. Salvo que yo no soy zurdo pero bueno. Saludos a todos mis amigos de la Cole. Seguramente me insultarán mucho como es su costumbre. Yo los quiero igual. Ojalá se conviertan al Catolicismo algún día". Esto me escribió un señor hebreo: "Piensa no obstante que si quieres tener alguna posibilidad con Carolina Duer deberias empezar a replantearte tus dogmas ideológicos. Debes pensar que ella es una mujer, es tu igual, y no es una mujer cualquiera, es campeona de boxeo. Eso significa que indudablemente es una mujer de caracter, con disciplina y que seguramente solo un hombre con caracter y de solidos valores pueda conquistarla- Por eso seria conveniente que pensaras en la conversion religiosa y sobre todo en postularte como un ferviente pro sionista. Hazme caso e igual tendras alguna posibilidad con ella." 

           Para finalizar este desordenado orden cerrado de hechos, quiero decir que jamás aceptaría el "consejo" que me dio el israelí ese: no me voy a convertir al Judaísmo y al Sionismo así venga Carolina Duer y me prometa que todos los días vamos a tener peleas antes de hacer el amor con violencia y pasión extremas. No señor. Yo no cambio mi religión. Es importante que diga esto porque de lo contrario sería un traidor. No es mi caso. Quizás este final es abrupto y fuerte pero es necesario decir con estas palabras porque callar con finuras es faltar a la verdad. Igual es obvio que una millonaria hermosa jamás me daría bola. Y tampoco quiero que me dé bola. Las estrellas tienen que estar bien altas en el firmamento mientras nosotros las miramos. Imagínense ustedes, amados lectores, qué frustrado me sentiría yo al descubrir que la Duer es mujer y que despierta con lagañas en los ojos, ganas de ir al baño y que una vez por mes le viene a visitar "Andrés", ese que periódicamente macha todo con su sola presencia. No digo esto porque me espante los ciclos de la naturaleza femenina, por el contrario, lindos revolcones me he echado en días de lluvia. A lo que voy es que es imposible para mí aceptar que una imagen de la televisión, una foto que veo en la computadora, un video de You Tube, sea realmente un ser de carne y hueso. Me gusta idealizar e idealizar. Lejos, imposible, lejos. No hay que ver nunca a los actores debajo del escenario y a los boxeadores fuera del ring. Son personas igual que nosotros y eso los hace viles (se podría afirmar algo así si se piensa con malicia, con escepticismo). ¿O no será acaso que la condición mortal les da más mérito todavía? ¿No es sorprendente que una chica normal como Carolina se haya convertido a fuerza de golpes en "La Barbie de Acero"?

            En conclusión, desvaríos afuera, Carolina Duer es un orgullo para todos los argentinos y un ejemplo para la juventud y las mujeres. Una chica normal hija de una buena familia supo hacerse la mejor peleadora del mundo en su categoría. Eso habla mucho de su talento pero también de su actitud y perseverancia. Sería bueno que los jóvenes supieran cultivar desde temprano el culto a la virtud, al esfuerzo, al deporte y al sacrificio. En estos tiempos los menores de 25 suelen formar familia muy prematuramente y además no estudian, no trabajan y no tienen proyectos. Triste realidad. Sería bueno también que el caso de esta señorita sirva de inspiración para nuestras generaciones que no tienen muchos modelos a seguir. Casualmente, otro gran referente que ha aparecido en los últimos años es Sergio "Maravilla Martínez y es del mundo del boxeo. Es verdad que su última pelea frente al inglés Murray en Vélez fue desastrosa pero yo voy más a la condición moral del ser humano que a sus aptitudes. "Más coge el burro por insistidor que por pijudo". Tal vez inconscientemente quiera decir en este modesto pero sincero texto que la vida es una lucha y que hay que esmerarse al máximo para ganar. Y parece una frase hecha pero es verdad: el peor rival es uno mismo. No quiero caer en lugares comunes pero es necesario levantarle la moral a los que leen. Y es una forma de alentarme a mí mismo. Es así nomás. Si estas palabras finales le hicieron bien aunque sea a una persona, bendita sea entonces la bella Judith que me ha inspirado. Mis saludos, mi amor y mi respeto a nuestra querida "Barbie de Acero" que tantas alegrías nos está dando...