Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La canción de la guerra IV - Sueños Locos XIV (Las escaleras)

     











          He escrito varios cuentos basados en sueños que no están dentro de la colección Sueños locos que hoy va por su decimocuarta edición. Lo que pasa es que no pueden terminar todos mis relatos diciendo que nada fue verdad, que todo fue fruto de una relación con la almohada. Entonces me pareció más sensato aclarar el asunto de entrada y decir: "Señores, esto lo he soñado anoche". La gente sabe que yo soy de soñar mucho y que, gracias a Dios, tengo buena memoria y me acuerdo de lo que ocurre en ese mundo intermedio entre un día y otro. Bueno, hoy al ciclo onírico se añade la cuarta parte de la épica romántica intitulada La canción de la guerra. Es la primera vez que uno dos categorías en un texto. La mente en sí es una unidad pero se va atomizando como alguna vez lo hizo la materia primigenia. En mi cabeza viven los combates, las pasiones, los asaltos, los raptos, las lealtades, las flores, los perfumes, las miradas, los caballos, los castillos, los ríos y las penas propias de un despertar fatal...

          ¿Hace falta decir que soñé con ella? Sí, la vi en mi noche inconsciente. En el mundo de los sueños todo se hace realidad. A veces desearía dormir por siempre pero bueno, creo que la vigilia es la cruz más pesada con la cual debe cargar cada hombre. Sería el pecado capital de la pereza pasarse toda la vida acostado en un lecho blando viendo bellezas y saboreando delicias espirituales. O quizás el descanso nocturno no sea más que una inocente inyección de esperanza para volver a caminar. Yo no lo sé. Lo que es verdad, lo que siento en mi cuerpo ahora, es un gran dolor en la garganta: tanto sentir, tanto idealizar, tanto soñar despierto me ha bajado las defensas y me ha regalado tontamente a la enfermedad. Las luchas imaginarias me han dejado mal herido y ahora estoy pagando las consecuencias de recorrer tantos kilómetros alocadamente pensando en ella. Cosa de desmesurados es ir por ahí alegre mirando el sol de frente y apurando el paso con la falsa certeza de encontrar a la musa inspiradora de tantos afanes...

            ¿No será que en la imaginación y el sueño hay reminiscencias de paraísos perdidos? ¿Y no será que nuestros padres primitivos a veces nos dejan algo de luz para que podamos ver algo en esta nefasta Edad de Hierro? A veces tengo mucho miedo. Hay que ser muy valiente para reconocer lo que uno siente. Me asusta terriblemente que de un momento al otro este cristal se rompa. Pero bueno, peor sería que se doble (no quiero parafrasear al politicastro pero me es indispensable para no caer en una sequía moral). A veces parece mentira que vayamos a morir y que esto vaya a terminar. Sin embargo me confío en la Misericordia del Cielo en mi afán de hallar la vida eterna. No crean que todas estas cosas pertenecen a la carne: las grandes batallas de nuestro tiempo son metafísicas por más que los poderosos de la Tierra finjan ser los Reyes de la Inmanencia. Y ahora sí, luego de tanto preámbulo los invito a pasar a la sala del misterio. ¡Buen viaje!

          La Torre 9. Un lugar que seguro conocerás. Yo estaba en las escaleras de los pisos más altos, ahí donde se juntan los pibes a viciar cuando hace mucho frío y la calle ya no da. Solito pasaba el rato. Repentinamente te vi a vos tan colorida como de costumbre: el cabello teñido y las prendas brillantes te hacían la hermosura de este siglo tan triste. Con vos iba una chica vestida completamente de negro, una bolivianita de pelo largo y lacio, muy simpática ella. Así es que las dos subieron no sé adónde pero la cuestión es que pasaron a mi lado. Yo estaba desnudo, con las nalgas apoyadas en el frío descanso y con los ojos perdidos en el ventanal que da a la eternidad. Cuando sentí la presencia de ustedes atiné a taparme los genitales con las dos manos por una cuestión de pudor. Es raro pero allí estaba como Dios me trajo al mundo. Aparecí ahí de manera misteriosa, como si hubiera sido arrebatado de otro mundo, de otro tiempo. No sé. Yo yacía en esa penumbra sin comprender nada. Era el origen, la posición fetal, el silencio, la contemplación del Oriente y de Occidente.

         ¿Podrías creer que existe un punto en el cual no es noche, ni día, ni tarde ni mañana? Hay un momento en la vida del corazón en el  que se produce un eclipse. La luna se superpone al sol y la luz se hace oscura pero brilla. Es como sentir frío bajo el resplandor del cielo abierto. Supongo que no te sorprenderá que todo el universo pueda entrar en el descanso de una escalera. Lo que sí te va a sorprender es que volviste a subir una y otra vez por el mismo lugar sin antes haber bajado: la eterna repetición de la desesperación te hizo pasar mil veces y más a mi lado junto a tu amiga de tez trigueña. En un momento te pregunté si ibas a volver y vos me pediste que te espere. Yo me sentí triste porque sabía que ibas a continuar subiendo sin cesar ese laberinto que conduce siempre a lo mismo; el regreso eterno, la partida sin final. Quizás podría haberte tomado del brazo con afán de detener tu marcha demencial pero vos ibas a gritarme o a armar un escándalo. Es más, creo, sin temor a equivocarme, que tu amiga podría haberme denunciado por puros celos y envidias hacia vos (si la hubiera perseguido a ella, no se habría sentido acosada sino dichosa entre todas las mujeres pero las resentidas inventaron un montón de figuras jurídicas para penalizar la libido masculina). Igualmente, creo que me detuve por propia voluntad ya que no existe la legalidad en esos dominios. Lo que es verdad es que las instituciones ya forman parte de nuestra estructura mental, indudablemente. Así y todo, uno puede matar a todos los justicieros habidos y por haber en ese sitio donde el protagonista no muere jamás de verdad...

          No creas que te iba a dar un beso o que tenía pensado ponerte contra la pared. Simplemente iba a preguntarte algo: "¿Qué estás haciendo? ¿Adónde vas?" Pero nadie comprende las buenas intenciones del otro. Así que decidí permanecer postrado y resignado sin entender el por qué de esas vueltas alucinógenas. Ya estaba mareado de verte pasar y pasar y pasar. Tengo que ser sincero: me sentí vulnerable en esa situación. Tenía miedo, mucho miedo. Cuando uno no sabe, ocurre que afloran todos sus temores. El conocimiento es seguridad. Lo desconocido genera pavor, angustia, incertidumbre, pánico y locura. Tal vez podría decir, si lo miro de tu lado, que vos también estabas asustada: me viste desnudo y solo tirado en una escalera. Quizás querías huir de mí una y otra vez y también otra vez. Yo no lo sé. ¿Qué interpretación se le podría dar a este sueño? Agradezco la ayuda de los lectores y perdón si corto la magia del relato. ¿Y vos? ¿Qué viste? Yo no sé, yo me siento tranquilo porque aún de manera inconsciente respeto las normas morales. Podría haberte poseído por la fuerza en ese mundo secreto donde no pueden entrar ni la Ley ni la Policía pero siempre me cuide de hacer las cosas bien. ¿Será que tengo muy asimiladas las pautas básicas de convivencia y las enseñanzas de la Santa Religión?

          Hay mucha hipocresía al respecto: todos hemos soñado alguna vez que matamos o que teníamos sexo con alguien que nos es muy importante y que, sin embargo, no nos presta atención. Me ha pasado mil veces. Incluso tuve la dicha de soñar una situación muy hermosa con una persona que acabó siendo premonitoria. Esto es sorprendente, agradable y perturbador al mismo tiempo por lo finito del hilo que tan fácilmente se corta. Sin embargo hoy quiero decir algo distinto en mi favor: teniendo total y absoluta libertad en el mundo donde lo prohibido se hace realidad, pudiendo hacer todo cuanto deseara en mi libre albedrío, opté por quedarme quieto respetando así tus derechos. Pude haberte puesto entre la espada y pared y pude haberte dado a sentir la fuerza de mi cuerpo joven y poderoso, lleno de vida, pero no; se ve que vos me inspiraste un respeto que hasta en sueños te trato con la más alta consideración. Ya te digo, uno vive muchos sucesos en las madrugadas de muerte temporal pero al despertar se olvida o se calla para siempre por vergüenza. ¿Qué sería si una respetable señora dijera que en lo más interno de su ser tuvo algo con su cuñado o con el mejor amigo de su marido? Hilando fino se puede decir que quizás la distinguida burguesa apañó pensamientos y deseos impuros en la vigilia que esperan el momento atávico de la nocturnidad para aflorar. Sin embargo, con perdón del buen sentido, creo que esta conjetura es un tanto farisaica. El mérito de la persona no es no sentir deseo sino evitar la consumación de esa pasión que puede alterar el equilibrio social. No olvidemos nunca que los santos y las santas se hicieron soportando tentaciones...

           En esta hermosa mañana del miércoles 6 de noviembre del año del Señor 2013 me siento más fuerte que nunca a pesar de mi malestar en la garganta: pude haber acabado con vos, con tu inocencia más secreta, con tu voluntad, con tu cuerpo, con tu mente pero no: el sentido moral que le di a mi existencia hizo que te dejara pasar. Ojo, tal vez lo mío no sea más que vanidad y en vez de ser un virtuoso, no soy más que un tipo jactancioso cuyo anhelo más profundo es decir: "Rechacé a la belleza porque soy todo un asceta". No lo sé. Quizás deba morir para expiar esta falta. Tal vez fue todo un gran pecado de mi inteligencia con ropajes de espíritu prusiano. Aunque parezca cuento, veo más orgullo en Parsifal que en un mujeriego: cualquiera cede y se deja acompañar por las flores más bellas del bosque pero pocos son los que dicen no al encanto de la naturaleza. No sé si es una idea que atormenta pero creo que en la castidad se esconde una sensualidad mucho más fuerte que en la promiscuidad, algo de hacerse caro a la mirada ajena por la propia pureza. Un desafío para el resto de los mortales, los caídos, los corruptos. Y así el que no se deja tentar pasa a ser, sin quererlo, un tentador: así fue que vi a decenas de mujeres acudiendo al confesionario de un apuesto sacerdote con ropas poco decorosas para un templo católico.

           Igual la contradicción satánica de aquel que intentó probar al mismo Dios ofreciéndole todos los reinos de la tierra puede resolverse de la siguiente manera: yo no te quiero por un rato, yo te tendría a mi lado toda la vida. Y de nosotros emergería una estirpe virtuosa de reyes, papas, sabios, poetas, navegantes y guerreros. Mi afán es generador, reproductor de la verdad. ¿No sería deshonrarte el pretenderte tan solo un momento cuan si tu belleza se extinguiera en cuestión de minutos? Todo un tema. Ya Jesús en el desierto tuvo que sortear tremendos obstáculos por parte de aquel execrable ser que todo lo adorna a fuerza de sofismas y palabras encantadoras y mágicas. Yo simplemente digo la verdad: es más que seguro que me he equivocado y pido perdón por ello pero al menos, en lo hondo de mi vileza, puedo apoyar la rodilla en tierra, elevar al cielo una mirada suplicante y anhelar el restablecimiento de la verdadera paz que es la del hombre con su Creador. Todo lo demás son ficciones del mundo y de la carne que merecen ser repudiadas con gran escarnio y anatema sea por siempre a aquellos que niegan la Verdad.

          Hemos llegado al final de esta historia del fin del mundo. Solo me resta decir que me desperté y todavía seguías subiendo la escalera. Ah, otra cosa que tengo para decir es que no tenía pensado escribir nada en esta semana pero los sueños constituyen siempre una excepción extraordinaria que me llama a la pluma de manera urgente. ¿No es un desperdicio de materia gris el dejar pasar las estrellas fugaces de la noche sin tomar nota de ellas? Espero que vos te sientas bien luego de tantas emociones fuertes. Yo me siento de maravilla, más fortalecido que nunca. Podría haber amanecido débil y abatido por caer en la obviedad pero aquí estoy firme y digno por dejarte ir. Te regalé la libertad en un mundo donde yo era el dueño. Me consuelo de esta amarga resignación de la dulzura de tus labios al saber que esquivé el hondo precipicio sin final de esas escaleras que iban siempre para el mismo lugar. Ahora puede que la soledad me acompañe un poco más pero no reniego de ella pues es apostasía no hacerse cargo de todo eso que a uno lo hace ser lo que es. Y yo no sé cómo concluir pero no estaría mal agradecerte una vez por ser musa inspiradora y estímulo de mi literatura. Ahora me voy rumbo a la vigilia pues me espera el día a día con sus obligaciones. De todas formas quiero que sepas que en cualquier momento esto saldrá de nuevo: ya te digo, no soy yo el que escribe sino vos. Adiós, poesía mía...

3 comentarios:

  1. Recordar los sueños es algo muy bueno. El propio hecho de soñar es algo muy bueno que, lamentablemente, cada vez es más extraño en las gentes condenadas a vivir en las grandes ciudades, auténticas cárceles.

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    1. Efectivamente, vivo en Buenos Aires, capital de la República Argentina pero en un barrio periférico llamado Villa Lugano. Entonces no sufro tanto de los ruidos y esas cosas como en otras partes. A propósito, ¿la gente de la costa del Mediterráneo duerme bien por las noches? Yo creo que el lugar donde viven Daniel y tú es de los más bonitos del planeta. Hacen bien en defenderlo de la invasión inmigrante. Un abrazo a ambos.

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    2. Es el ruido y es más que el ruido. Es el modo de vida ciudadano, esa anomia, esas prisas, ese aborrecible mercado continuo, esa mezcolanza racial, esa contaminación atmosférica, etc.

      Creo que Daniel puede dormir casi en cualquier sitio. Pasa mucho tiempo en el monte, casi más que en la ciudad y si tiene que dormir por allí sabe donde encontrar cobijo.

      Yo tengo un sueño muy ligero, casi por naturaleza. Permanezco constantemente alerta pero aún así puedo conciliar el sueño, me permito soñar y me levanto descansado por las mañanas.

      Un abrazo.

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