Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 3 de noviembre de 2013

La canción de la guerra II (Nuevo sol)

       










          Quiero contarte todas las cosas que me pasaron con vos con lujo de detalles para que veas que soy yo el que escribe. Bien sabrás que todo empezó el viernes a la tardecita. Llovía torrencialmente y le llamaron Berta a la tormenta (la costumbre misógina de darle nombre de mujer a los fenómenos climáticos. ¿Por qué será? ¿Quizás porque ustedes, las damas, poseen un poder destructivo como la misma naturaleza que a su vez crea y da vida?). Lo cierto es que así y todo iba a salir a correr a eso de las cinco de la tarde, la hora del té para algunos. De golpe hablamos por uno de estos nuevos dispositivos de este tiempo: el libro de caras me permitió conectarme a vos a través del rincón virtual de nuestro amigo en común. Ahí decidí cambiar de planes: no sé por qué pero intuía que no ibas a quedarte hasta la noche en la casa de aquel que se entretenía junto a su simpática novia. Ahí nomás me puse un poco de perfume Carolina Herrera, ese de la caja blanca con la banda roja cuan si fueran los colores de River, y fui a tu encuentro. Me hubiera arrepentido mucho si primero iba a entrenar y luego a verte y yo no te hallaba allí. Gracias a Dios pude hacer a tiempo de estar a tu lado antes de que te me fueras como por encanto o magia vil que arruina el corazón.

           Todavía creo que es un milagro que nos hayamos visto anteayer. Yo estaba loco por correr bajo la lluvia pero algo me dijo que no debía ir so pena de que ya no iba a poder contemplar tu hermosura. En todo momento sentí mucha angustia: tuve miedo de que desaparezcas. Me apuré a más no poder y podría haberme arrojado del décimo piso con tal de llegar antes a destino. Menos mal que aún conservo un poco de cordura como para querer vivir en las imágenes de la dulzura. ¿Qué hubiera sido de mí si me habría amargado en las esquinas de la noche del alma? Agradezco al Cielo y a su Reina que me hayan conservado en mí mismo a pesar de tantos avatares y reveses sufridos en guerras metafísicas contra adversarios de magnifico arsenal. Librando batallas seremos libres como los libros que hacen a nuestro saber. Cuando uno ve algo que recrea su vista y cuando uno oye una voz que acaricia su ser, ahí siente un profundo alivio que justifica todas las polvaredas pasadas de cañones y atropellos de los que no tienen razón...

            Bueno, ya dije que se hizo realidad el anhelo de verte: estuve frente a vos y no podía mirarte directamente a la cara. Brillabas más que el sol en pleno verano. Ardías. Me puse muy nervioso. Estaba colorado como solo yo podía estarlo. Temblaba y no podía controlar mis movimientos. No sabía de qué hablar. Me sentí más idiota que de costumbre. Lo único que atiné a decir fue algo así como "¡qué lindo tu gorrito!" en referencia a la pequeña prenda de lana rosa que majestuosamente tocaba tu bella cabecita de cabellos áureos. Estabas muy bien vestida como es tu costumbre: recuerdo que llevabas un pantalón de jean claro y discreto y una remera negra muy fina que te hacía ver más delgada de lo que ya sos (la mayoría de las mujeres se sienten gorditas cuando en verdad son muy flacas). Lo bueno en esos momentos de silencio y palabras entrecortadas fue que logré agradarte con mi perfume: lo elogiaste y eso me gustó. Luego, con el correr de los minutos, me fui acomodando a esa habitación en la cual los otros que allí estaban parecían ausentes (podría haberte visto en Corrientes y Florida que solamente me hubiera concentrado en vos). ¡Menos mal que no salí a correr! No es bueno referirse a uno mismo constantemente pero no sería soberbio decir que tengo don de clarividencia: cada día lo confirmo más y realmente me sirve saber acerca de ciertos acontecimientos venideros. Me habría odiado a mí mismo si te hubiera dejado escapar así sin más...

            ¡Sos tan hermosa! No es que yo no sepa describirte sino que la excelsa lengua castellana se queda corta de palabras para envolver en su seno lo brillante de tu hermosura. Tenés cara de muñequita, una sonrisa suave, lenta, sensual; una mirada ardiente y una piel resplandeciente como la plata cromada. A vos te queda muy bien el pelo un poco corto; hace que tu rostro se luzca más y no quede opacado por una cabellera larga como esas enredaderas que muchas veces terminan ocultando verdaderos tesoros arquitectónicos. Es como que el final de tu corta melena fuera una flecha que apunta la mirada a esa bonita boquita de fresa que quisiera comer. Del cuerpo que te viste el alma también podría decir mucho pero sería muy vulgar de mi parte. Me basta decir que siento ganas de abrazarte y darte mucho cariño y que admiro la fuerza que tenés en las piernas y en los brazos como así también me fascina la dureza de tu abdomen y la proporción pictórica de esas curvas tan justas, tan armoniosas, tan tuyas y tan mías en mi mente... Se nota que sos de andar mucho, de moverte, de quemar las veredas con los pies. En tu carne veo mucho vigor, mucha energía. Sos como un fuego que se mueve por la ciudad calentando los aires buenos de olvidar. Las señoritas y señoras sin estilo muestran sus partes como cortes exhibidos en la carnicería; las damitas con clase seducen y matan con su sola presencia...

             Me acuerdo cuando me contaste lo del carrero vago que te golpeó sin querer con unos caños de plomo en la panza. Me impactó cuando me miraste directamente a los ojos y me dijiste que vos siempre te vas a defender y que el que se meta con vos se tiene que bancar tus golpes. Siempre elogié a las mujeres guerreras y vos sos una de ellas. Y sin perder la femineidad, la belleza, la elegancia y el timbre suave y delicado de tu voz. Me dieron ganas de pelearme con vos en ese momento. Bueno, te confieso que esas ganas no se me fueron. Siento que me dejaste sin aire desde ese entonces y que todavía estoy contra las cuerdas de tus palabras, tus gestos e insinuaciones. Me siento un poco mareado, confundido, agitado. Es como una "pasión ascética" porque no te toco pero pienso mucho en vos al tiempo que no te miro como una simple depositaria de mis deseos sino que idealizo tu carita y me recreo en ella. Anoche me dormí con tu recuerdo y hoy me levanté muy bien, lleno de sol, de energía, de fuerza. Hay preciosuras que son desgastantes, vanas, lascivas y netamente corporales que terminan aburriendo pero vos sos distinta. Siento que trasmitís un aura de luz, de inteligencia, de misterio, de enigma y desafío. A su vez parece como si supieras cada uno de mis pensamientos porque coincidimos en tantos aspectos. Esta madrugada pensaba junto a la almohada que quizás seas una simple creación de mi mente; mi otro yo, mi versión femenina.

              Es la primera vez que conozco a una persona sincera. He salido con chicas muy bellas pero jamás he compartido una tarde con alguien que dice lo que siente y lo que piensa. Es verdad que no apoyo todos tus sentimientos y deseos pero al menos sé que no sos como esas, la gran mayoría de las chicas de hoy, que a la primera de cambio te bloquean las ventanas y se van sin darte ninguna puta explicación de qué mierda pasó. Prefiero que vos, como experta en artes marciales y como poseedora de gas pimienta, me mates a palos por ser un chico malo, duro y posesivo y no que te vayas sin decirme ni siquiera "adiós". ¡Es tan triste la angustia de no poder aunque sea despedirse y desearse mutuamente una buena vida en medio de lágrimas, besos y abrazos y falsas o verdaderas promesas de regresos que le dan a la vida esperanza de seguir siendo vida! Muchos piensan que yo no siento nada, que no soy humano, que trabajo para el clero o que soy empleado de ODESSA pero no es así. A veces me doy cuenta de que poseo más sensibilidad que muchas señoritas y no me veo como afeminado por ello. Al contrario, hay que ser muy hombre para decir lo que a uno le pasa. "Hablando se entiende la gente". Lo triste es que muchos y muchas no entendieron esa premisa básica de la sociedad civilizada Ya te dije: hasta hace poco sentía que me debía un café y una charla con alguien que ha inspirado muchos de los textos de esta página. Pero la soberbia suya y su obstinación racista de creerse superior, "elegida" de algún dios, me hicieron desistir de mis propósitos de dejar todo en "buenos términos". Ahora prefiero tenerte a vos en mi mente. Sé que podrías matarme, darme vida, golpearme, besarme, escupirme o elogiar mi prosa poética pero jamás te irías sin decir qué te ofendió de mí. Es verdad que yo soy muy cariñoso, muy apasionado y que quiero demostrar todo el día lo que experimento por la otra persona pero eso es un defecto ( quizás lo sea sólo para personas que no se permiten disfrutar de la existencia y de lo que la naturaleza nos pone en las venas)...

            Es cierto que he sentido, y siento, ganas de hacer un nudo con vos en un lecho de flores y espadas pero mis deseos de aprehender tu cuerpo vienen de la voluntad de mi mente de aprender tus pensamientos, tu agresividad, tus instintos que no son instintos: es como cuando alguien habló una vez de "hacer el amor con odio" porque no supo qué nombre darle a la pasión. Bueno, tengo que ser sincero: me fascina tu carácter dominante, la seguridad de tus ideas y lo correcta que sos. Me gustaría mucho que además de ser mi amiga, fueras también mi enemiga. Recuerdo cuando ayer hablábamos de las grandes mujeres de la historia, de las reinas y las emperatrices que supieron destacarse en un mundo de hombres. Reconozco que no comulgo para nada con el Feminismo y que soy muy tradicionalista en varios aspectos pero admiro tu anhelo de querer dominar el mundo desde la belleza, el glamour, el encanto y la magia. Yo me siento subyugado por vos pero no humillado, todo lo contrario; me encuentro mejor que antes, con más fuerza, con más alegría, con ganas de levantarme temprano, de escribir, de estudiar, de hacer planes. Vos serías como una soberana justa, como una sacerdotisa del amor o una diosa de la equidad. Muchas resentidas denigran a los varones so pretexto de que es una venganza histórica de no sé qué baile. Pero en vos veo una conquista romana, clásica, aristocrática.

            Todavía sigo creyendo milagroso el hecho que nos hablemos, Reina del Nuevo Sol, del Nuevo Imperio, de la Nueva Roma, de la Nueva y Eterna Europa. Me acuerdo que hace tres años eras del tipo de mujeres que yo tanto aborrezco: te dije algo y me cortaste sin más. Pero ahora te he dicho muchas cosas y sola te has limitado a dar tu parecer pero sin dejarme desnudo bajo la lluvia. La mejor manera de definirte es  decirte que sos como un arcoíris en medio del cielo gris. ¡Sos puro color, pura vida! El otro día vi a tus padres y me parecieron dignos progenitores de tan bella criatura: tu madre, atractiva mujer de cuarenta, seguramente no debe pasar día en que no sea mirada por la calle. Y vuestro padre es hombre apuesto, de ojos claros, que bien podría ser Señor de alguna potencia extranjera aunque los gobiernos de nuestros corruptos países bananeros nos hayan envilecido a todos hasta la médula. Me reía el otro día con mi amigo, nuestro amigo, porque había salido el tema de esa gran tierra al sur, no hablo de nuestra bella Argentina sino de un lugar en nuestro mismo hemisferio, país de canguros, y yo le decía que con vos poblaría hasta la Antártida. Chistes aparte, me imaginé en tu compañía caminando en medio del desierto verde de Australia o creando una civilización en la vasta Patagonia. ¡Qué inspiración que sos! Algunas lo único que transmiten son polvos y polvos y más polvos pero nada más que polvos. En vos veo magia, sabiduría, inteligencia, luz, fuerza, rectitud, sinceridad, cultura, paz y guerra. Sos el espíritu de la afirmación, del sí a la vida, del sol. La primer mujer apolínea que conozco. Una verdadera griega. Una deidad de otros siglos. En nuestro tiempo las féminas llevan en sí el germen de su propia destrucción, la inmanencia de la negación, el odio, la vulgaridad y la brujería de decirle a todo que no. Las huestes oscuras y diabólicas del Oriente no proponen nada sino que todo quieren destruir por el esfuerzo de la crítica, de la dialéctica, de lo que llaman "deconstrucción" y que no es más que la destrucción de la Cristiandad anhelada por los hijos de Judas. En tu mirada hay algo más y ese algo más es todo para mí...

             Podría elogiarte eternamente pero ahora quería pedirte algo: deseo conservar para siempre tu amistad y tu consejo. Solamente deseo que seas muy feliz. Sería lindo poseerte pero prefiero que seas mi amiga por toda la eternidad y no un fuego que consume todo en un instante. Estos días me estuve sintiendo muy bien, muy inspirado y con muchas ganas de vivir, de reír, de correr bajo la lluvia, de andar por la ciudad y de olvidar los tragos amargos que el destino nos depara muchas veces. Seguramente quedará algo en el tintero pero ya habrá oportunidad de reponer bellas palabras en tu honor. En el mientras tanto anhelo que te haya gustado esta nueva canción de la guerra dedicada a vos. Ah, quería agradecerte también por toda esa luz que me diste, por la paz que me transmitiste y por la serenidad que recibí en tu mirada. Hacía mucho que no estaba tan inspirado, tan firme, tan digno y tan bien en mí mismo. Me siento más vivo que nunca. Seguramente sonará muy platónico mucho de lo que dije pero yo no soy como aquellos que dicen groserías en la calle y no vuelan más alto todavía. Obvio que la carne es débil y que vos sos una tentación encantadora, una tentación muy tentadora, valga la redundancia, pero no sos solamente una cara bonita o un cuerpo joven, duro y cálido que uno quiere tener para sí. Vi otras virtudes en vos y son esas virtudes las que me motivaron a manifestarme en estas humildes líneas. Posdata: tenés un solo defecto y es que sos demasiado perfecta.

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