Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 1 de agosto de 2013

Virrey del Pino y Pushkin...

    










       Invoco a la memoria para que me acompañe en la narración de los hechos ocurridos el sábado pasado. No necesito musas para hablar de algo que pertenece a lo real. Pasó. Hoy quiero hablar de una excursión a Virrey del pino en una bella y soleada tarde de julio. Un amigo llamado Pushkin me ha invitado a su casa y he pasado un día maravilloso. Son tantas las cosas que tengo para contar que me tomaré todo el tiempo del mundo con tal de brindarles a ustedes un texto lleno de lujos y detalles. Empecemos antes de que me pierda en la contemplación de la lluvia que araña mi ventana. Lo primero que tengo que mencionar es que tuve que cruzar las vías del Belgrano Sur en Lugano para poder alcanzar la puerta del club Yupanqui (punto de partida convenido con mi compañero de aventuras). Resulta que me fui caminando por la mano sur de la autopista Dellepiane hasta cruzarme con las vías del ferrocarril a la altura del puentecito de hierro pintado de verde. Para ser más claro, yo caminaba por la colectora y ahí fue que el puente ferroviario truncó mi caminata. Trepé un muro de cemento un metro y me arrojé a los rieles viendo yo que no venía ninguna formación de ningún lado. Una abuelita me miraba desconfiada. Una vez superado el obstáculo, me gané la avenida Riestra a puro empuje y retomé otra vez la colectora de la Dellepiane. Sin darme cuenta llegué hasta el Yupanqui luego de atravesar hermosos caseríos con perros de mierda que me ladraron a más no poder. ¿Me permiten una digresión? En Yupanqui hice natación en cuarto grado de la primaria. La escuela nos llevaba a ese natatorio. Yo aprendí a nadar en Savio 80 en el verano del año 2000. Quizás no pude aprender las artes natatorias en el año 1999 porque la pileta climatizada no era un ámbito propicio para hacer mis primeras brazadas. Lo cierto es que un hombre del barrio me tiró a lo más hondo de la pileta del club Savio 80 y aprendí bien a lo macho, al mejor estilo Villa Lugano. Fin de la digresión.

           Me encontré con mi amigo Pushkin que estaba leyendo. Lo sorprendí de atrás. Le hice creer que yo era un chorizo con ganas de sacarle la billetera y el celular (del otro lado de la autopista está la villa Inta y ahí hay unos chorros fatales que Dios me libre y guarde). Él y yo cruzamos uno de los tantos puentes peatonales de la Dellepiane y fuimos para la parada del 86. Nos tiramos del cantero para hacer más rápido. Otra pequeña aventura más de obstáculos y destrezas urbanas. De haber seguido con el impulso de la colinita y la caída que esta brinda, de seguro habríamos terminado debajo de las ruedas de un camión. Lo importante es saber clavar los talones en la tierra para no seguir derechito como bola de nieve. Nos plantamos a esperar el bondi. Entre charla y charla el tipo llegó. Un viaje muy largo. Lo bueno es que íbamos mirando chicas y comentando las ventajas de salir con una piba del Conurbano. Nosotros somos dos cirujas pero vamos a la facultad y las universitarias son un problema. La mujer que piensa mucho ama poco. Nada como una buena joven de suburbio ardiente y apasionada. Yo miraba a una bella morocha terriblemente entangada. Uno quiere ser un chico virtuoso en lo moral pero nunca falta la Eva que nos hace echar del Edén. Tal vez las minas tengan la culpa de todos los problemas de la existencia del hombre. ¿Yo nací de un repollo? No, nací de una mujer pero nunca dije que quisiera nacer. ¿Preferiría haber sido abortado? Obviamente que no. ¿Entonces? Entonces digo yo que la vida de los hijos de Adán es muy ajetreada por culpa de su esposa que no tuvo mejor idea que hacerle caso a la serpiente. Así estamos los hombres destinados al sudor, a la fatiga, al dolor y a caminar el destierro de este mundo con la esperanza puesta en Dios. Las cosas son tan pero tan difíciles...

         El viaje arriba del 86 era de puro placer. Contemplábamos los altos pastizales, los caballos, los carros de los cartoneros, las morochas de pantalones ajustados, las casas bajas, el sol y los arboles como algo que en Buenos Aires no se ve. Siempre pensé que la Capital es una ciudad europea y que el Conurbano es más americano, más salvaje. Casitas con jardín y pileta abundan en las afueras de la gran metrópoli. Las parrillas al costado del camino nos dieron hambre en forma de humito. Increíble el mirar la belleza de las mujeres de Laferrere. Pasamos por la cancha de "El villero" pero ni bola le dimos al fútbol del ascenso. Solo atinábamos a hablar de la mujer suburbana. El único defecto de esta es tener crías prematuramente. Cosas de la vida. Entre arroyos, pastos, supermercados extranjeros, parrillitas y pendejas entangaditas, el largo recorrido se fue haciendo tan corto como el sueño de una noche de primavera que alucina una mañana de besos y flores multicolores. El aire era sereno y la temperatura nos obligaba a despojarnos del poco abrigo que llevábamos. Entre minutos y minutos, entre kilómetros recorridos y kilómetros por recorrer, ya se iba haciendo la una de la tarde. Como un día sabático, nos fue adormeciendo en lo bucólico de la juventud las risas de las chicas que caminaban las rotas veredas de la Provincia de Buenos Aires. Calles de tierra nos llenaban la imaginación con ricos polvos sudamericanos. Idilios de musas nativas que resultan muchas veces más inspiradoras que las afectadas beldades septentrionales. Solamente los poetas podemos encontrar el exotismo amerindio en medio de la trivialidad de nuestros días. Como una memoria del inconsciente colectivo sudaca nos invadió el recuerdo nunca vivido de siestas provincianas y hamacas paraguayas con perfumes de helechos robados a la cabellera de una princesa guerrera. ¿Hay tardes en medio de las tardes? Ni los mosquitos ficticios podían interrumpir la utopía ciega del paraíso de Mahoma perdido en medio de la Modernidad. Los rumbos inciertos no son tan inciertos porque uno al menos sabe que jamás habrá nada igual a sí mismo en medio de una selva tropical que se reproduce constantemente. ¿Cómo es que estas visiones autóctonas tomaron nuestras mentes con la fuerza de un malón endiablado? Quizás el espíritu de los querandíes resucitó de entre los muertos y, burlando el peso de la tierra y las osamentas, pasó el chasis del colectivo como una psicosis que agujereó nuestro espíritu occidental y aburrido. Salvajes por un día...

        Luego de perorar sobre la infidelidad femenina, los griegos dionisiacos y la mujer ardiente del suburbio, llegamos por fin a la Ruta 3. Nos tomamos el 88. Estaba lleno de negros hasta las pelotas. Era el ramal que termina en Lobos. El chofer era un gordo bigotudo con pinta de tano pastero. Iba escuchando cumbia. Yo le dije a Pushkin que todas las canciones de cumbia dicen "amor, amor" o "sabor, sabor" y todas esas pelotudeces dichas con acento colombiano. Se mataba de la risa mi amigo. El fercho no solamente manejaba escuchando cumbiamba sino que también fumaba. Me dio bronca que el tipo fume habiendo bebés y viejas arriba del bondi. Tan caradura el conductor que le dijo a un morocho que no suba por la puerta de atrás, que lo iba a bajar a las piñas, que no quería colados o sino habrían piñas coladas para todos. Un candombe de la gran siete. El morochito se bajó y subió por la puerta de adelante pagando el tributo correspondiente al César. El "jefe"del colectivo le dijo que con él pagan todos, que no se malacostumbre con otros colegas suyos. A las cinco cuadras se bajó el gordito cara de morsa bigotuda y subió un tipo joven a manejar, un pibe cuya presencia parecía desmentir su estresante oficio. Apenas subió, el jovencito peinado con gel y adornado con gafas oscuras, dijo que a su compañero lo habían vuelto loco. La gente estalló de la risa. Mi amigazo dijo que ese pibe es muy piola, que ya lo conocía de otros viajes. En medio de tantos ajetreos, yo me compadecía de mi pobre camarada que todos los días tiene que hacer ese viaje de mierda para ir a estudiar. Una cosa de locos. ¡Dos horas solamente para llegar a la General Paz! Como final de una caravana oriental, mi acompañante en esa odisea me anunció el fin del vuelo. Aterrizamos de un salto mortal en la vereda. Habíamos llegado al kilometro 40 de la Ruta 3...

          Cruzamos la Ruta 3 arriba de un puente peatonal. Vimos a mares metálicos de autos locos irse con rumbo al sur, sí, siempre al sur. Mi Virgilio me marcaba la belleza de los árboles añosos con el énfasis propio de un guía de turismo. Pasamos por el lavadero de autos de la esquina. Saludamos a los pibes que estaban laburando ahí. Uno de ellos le preguntó a Pushkin: "¿Para cuando el autito?" Todos nos matábamos de la risa con el chiste nuestro de cada día. Me dijo el poeta ruso nieto de un etíope de piel negra: "Alan, ¿viste lo que es la mentalidad de la gente de acá? Trabajar en un frigorífico desde la adolescencia, dejar el secundario y tener familia a temprana edad. Luego es comprarse el autito o la motito". Me gustó la síntesis de mi amigo amante de la filosofía y las bellas letras. Es cierto, hay gente cuyo único objetivo en la vida es tener un auto. Así también hay muchas mujeres que cifran las esperanzas de su existencia en la aparición de un macho de billetera gorda sin importar si es lindo, feo, bueno, malo, dulce, amargo, romántico o hincha de Boca. Envuelto en reflexiones sociológicas, me vi frente a la hermosa casa de mi condiscípulo. Me invitó a pasar con gesto amable ante la mirada amenazante de dos ovejeros alemanes grandes y feroces. Yo vacilé un instante pero entré a sabiendas de que el dueño de la propiedad habría de frenar a sus brutales animales en caso de un ataque repentino y lleno de violencia perruna. La casita era muy bella. Típica del sueño americano (The American Dream). El ruso vive en una morada yanqui. Muy loco. Hermosa construcción con techos a dos aguas, chimenea, enredaderas verdes como segunda pared y jardín alrededor con árboles frutales y gatitos dando vueltas por ahí. Postal de ensueño y amistad. Sigamos con la mezcla de culturas que hacen al bello sincretismo incluido a su vez dentro de la cultura argentina que es de raíz hispánica y católica con bases clásicas y judías: comimos una rica paella. La mamá del pibe es una excelsa cocinera amateur. Para elogio de la hospitalaria madre, voy a decir que cocina mejor que una cocinera española profesional (y no es redundancia porque muchos cocinamos y no somos cocineros profesionales). He comido ricas paellas en restaurantes de gallegos caretas pero esta señora hizo una delicia que me obligó a comerme toda la fuente y aún a chupar el plato cuan si fuera yo un perrito totalmente desesperado.

      Luego del flan, de las mandarinas, las naranjas, las galletitas y el café, fuimos a caminar por ahí no sin antes detenernos en el Museo Histórico Municipal "Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas". Yo no sabía que allí en Virrey del Pino hubo alguna vez una estancia que perteneciera al Ilustre Restaurador de las Leyes. Mi amigo no se dio cuenta pero yo tenía los ojos llenos de lágrimas y miraba siempre para otro lado. Rosas es la alegría de mi corazón. Ojalá tuviéramos en la Argentina un criollazo así que sea capaz de echar a los extranjeros que nos dominan a palazos. Todavía nos sojuzgan las fuerzas liberales vencedoras en Caseros. Si no me creen pueden leer el diario La Nación. Liberales, masones, marxistas, protestantes, gringos y sionistas buscar hacer realidad el sueño bestial del Plan Andinia. Los malditos perros anglo-franceses hijos de puta solo quieren destruirnos. En la Patagonia hay comandos israelíes operando y nadie dice nada. Los comunistas que nos gobiernan permiten que se casen los putos y los lobbies gays y masónicos denunciados por Su Santidad Francisco trabajan a sus anchas cuando otrora se movían en las sombras de la clandestinidad. Es una pena que no venga un criollo a mandar. Los Alperovich no solamente montaron un camello en algún desierto árabe sino que se montan a toda la provincia de Tucumán. Podría decirse que Beatriz Rojkés es tan linda que más de un viejo macho argento querría montársela a ella pero desde esta página siempre se condenará el adulterio. Nosotros, los católicos, verdaderos discípulos de Moisés, no como otros, realmente condenamos la lascivia como una forma de violencia. Y sigo con Rosas antes de meterme en agujeros negros de los cuales me cueste salir. ¿Vieron que bien que cabalgo los párrafos dando rebencazos en las espaldas de todos mis adversarios? Es imposible no irse en digresiones cuando la egregia figura de Juan Manuel despierta pasiones muy bravas. Recomiendo a todo el mundo visitar el museo de Rosas ubicado en el kilometro cuarenta de la Ruta 3. La entrada es libre y gratuita. Avisos parroquiales a un lado, vuelvo a decir que yo lloré al caminar esos lugares que alguna vez fueron atravesados por el máximo héroe nacional de los argentinos. Gracias a Dios se conserva el casco de estancia que alguna vez viera tanta historia allí reunida. Yo le marqué a mi amigo un cartel explicativo del museo en el que decía que en esa época la gente llevaba una vida austera consagrada al trabajo rural y a la religión. ¿Por qué la Patria Argentina es tan grande que sigue viva aún en tiempos del Gobierno Mundial y la inminente llegada del Anticristo? Le doy gracias a Jesús y a la Virgen por ser argentino. Fue lo mejor que me pasó en la vida. Todavía me acuerdo cuando me arrodillé ante la tumba de aquel que amedrentará a ingleses y franceses. No había nadie en el Cementerio de la Recoleta más que Dios y yo. Lloré como nunca en mi vida. Vi la imagen de la Virgen de Luján en el mausoleo de la familia Ortiz de Rozas y juré lealtad a la Patria. Cada día que pasa soy más nacionalista y más católico. En este momento no puedo contener el llanto. ¡Viva la Patria carajo! ¡Muerte a los salvajes, impíos, inmundos unitarios!

        Todavía no puedo creer que yo, un miserable pecador, sea hijo de la Nación Argentina. No soy digno de haber nacido en este suelo. No puedo creer que haya nacido yo en un país cuya bandera fue saludada con 21 cañonazos por parte de las dos flotas de mar más poderosas de su tiempo. ¡La pérfida Albión y la puta francesa destetada rendidas ante la valentía del gaucho del Sur! Es increíble haber nacido en esta tierra bañada de gloria. Tan grande es la Argentina que le ha dado patria e identidad a casi todo el continente. A pesar de las intrigas de la Masonería, a pesar de los sucios manejos de la diplomacia británica, acá se ha conservado por mucho tiempo la fe de la Madre Patria. Y aunque uno se vaya de la casa materna, aunque uno se emancipe, jamás se olvida del amor de la madre que nos tuvo en su vientre. Ya dijo nuestro último héroe nacional, el Coronel Mohamed Alí Seineldín, que la Argentina entrará en el Nuevo Orden Mundial de rodillas. Yo digo que en esta se equivocó el turco (Dios lo tenga en la gloria). Creo que los argentinos volverán a las Malvinas y serán los dueños de todo el continente americano. La Iglesia Católica se levantará una vez más y esos oscuros y jodidos hombres que manejan el mundo se convertirán en grandes defensores del Evangelio y serán personas buenas, sumisas, honestas y sinceras. Dios obrará todos estos milagros en la historia  y quiénes se burlen de estas palabras sabrán algún  día que yo tenía razón. No importa que yo muera. La verdad prevalece sobre todas las cosas y la verdad es Cristo. Luego de tan sentidas reflexiones, debo volver al objeto de mi relato que es el paseo del último sábado. Recuerdo que mi guía me llevaba en medio de esos árboles como un ciego que busca la paz de la conciencia. No voy a dejar de decir que pasamos por la capilla y yo me persigné en ella. El Señor escuchó mi secreta oración ya que el día transcurrió en paz. Fue una tarde para el recuerdo, como aquellas batallas en las cuales le hemos dado soberanas palizas a los hijos de puta malparidos de los ingleses y franceses. En uno de los salones del museo advertimos un retrato o imagen del hijo adoptivo de Rosas que en realidad era hijo biológico de su hermana y del gran Manuel Belgrano (otra gloria nacional. Belgrano es el recuerdo más bello que tengo de la escuela primaria. Siempre hablé de él y las maestras se admiraban de todo lo que yo lo admiraba al hombre de letras devenido militar). Me llamó la atención que el hijo biológico de Belgrano e hijo adoptivo de Rosas haya tenido dieciséis hijos con la misma mujer. Ejemplo a imitar en esta época de abortos, drogas y muerte.

        Es complicado escribir sobre tantas y tan bonitas cosas. Siguiendo la recomendación del secretario de Lucio V Mansilla, sobrino de Rosas, he dejado fermentar algunos días estas ideas pero tampoco quiero que el recuerdo se pudra en el olvido. Las cosas sagradas de la Patria no he de olvidarlas jamás. ¿Cómo podría olvidarme algo relacionado a la ilustre persona de Rosas? El problema es que no quiero echar a perder en mi memoria todo lo relativo al paseo del sábado (lo que no tiene que ver con el interés histórico sino con los pecados de la juventud y las maldades propias de la edad). Son hechos sin tanta importancia pero que bien pueden contribuir en lo literario a explicar la vida de un lugar y una época. No se olviden que yo escribo para la posteridad. Algún día me leerán mis hijos, mis nietos y todos mis descendientes y sabrán que en medio de esta gran ciudad hubo un loco como yo que jamás aceptó la derrota impuesta por las masónicas fuerzas del Brasil, Urquiza, el Imperio Británico y la maldita banca Rothschild. Pero sigo antes de extraviarme en los laberintos de las siniestras fuerzas precursoras del Anticristo. Decía que el museo de Rosas es un lugar hermoso. Arbolitos por todos lados y muy poca gente. No es un lugar concurrido a pesar de que la entrada sea libre y gratuita. Con Pushkin caminamos en medio del verde y vimos hermosas cosas de la natura como cotorritas verdes y aves cuyos nombres no sé. En ese bello y hermoso predio hay además un museo de dinosaurios para los más pequeños. Lo digo para incentivar el paseo familiar. Los niños crecerán y me agradecerán cuando sean hombres de bien por la recomendación que yo les hice a sus papis. Hablando de papis, habían dos hermosas mamis con sus nenitos. Es recurrente el tópico de la madre adolescente en barrios del sur de Buenos Aires y en el Conurbano Bonaerense. Una de las dos chicas me miró con mucho cariño. Era una jovencita blanquita, pecosa y de sensual mirada marrón. Una delicia de mujercita. Lo digo con mucho respeto visto y considerando que es mamá. No por eso es menos bella, al contrario, la mujer es más mujer luego de ser madre. Pero vamos con una señorita así dejamos en paz a la que tiene familia. Yo no deseo a la mujer del prójimo. Simplemente elogio la hermosura de la dama ajena. Sería faltar a la verdad el omitir los encantos femeninos en pos de una moralismo vacío que no es propio de mi estirpe mediterránea. ¿Cuándo aparece la otra chica? Abajo, en el otro párrafo. Tan linda ella que se merece algunos renglones solamente para describir la dulzura de sus formas criollas...

       ¡Sorpresa amigo! ¡Era una mujer policía! ¿Conocen a Carolina "Pampita" Ardohain? Bueno, imaginen a tan bella morocha con uniforme azul oscuro de la Policía Bonaerense y tendrán a la damita a la cual incomodé con mi mirada rebelde y atrevida. Yo la miraba desde lejos mientras caminaba y me reía cuando miraba a mi amigo. Ella miraba. Seguramente se habrá dando cuenta de que nos resultaba atractiva. Yo con barba y pelo largo, de tez blanca y ojos verdes, lejos estoy de ser un wachiturro o algún ladrón sobrador de la autoridad. No la miraba como el delincuente que se burla de la ley. No. La miraba con deseo, como se mira a una bella mujer. Luego de dar vueltas por lo que alguna vez fuera la estancia del héroe patrio, pasamos al lado de la hija de Robocop. Yo la miré a los ojos. Ella miraba seria. ¿Puede una jovencita de uniforme ser tan linda? ¡Ay si fuera preso en esos brazos! ¿Qué delitos no cometería con tal de ser detenido en la hermosura de cuerpo de esa potra? Una piba tan bonita no debería estar en una fuerza. Las mujeres feas deben calzar uniforme. Una modelito así es más digna de un trabajo en una oficina que una guardia policial. Para ser policía hay que dar miedo, generar respeto, temor. Por eso los morochos provincianos y los misioneros rubios con cara de nazis son ideales para las fuerzas policiales. Una muñequita vestida de Rambo no asusta. Al contrario, genera los peores instintos y las pasiones más bajas de los hombres. Una mina grandota, fea, de pelo corto y cara de tortillera, una así asusta hasta al mismo Diablo. Ahora hay muchas lesbis en las instituciones castrenses y policiales pero creo que es contraproducente. Dejando en la basura la mentira de la igualdad y la inclusión, hay personal de género femenino para realizar los cacheos cuando se trata de sospechosos del bello sexo. Digo, ¿con una lesbiana no hay riesgos de acoso sexual cuan si se tratara de un uniformado varón? Es un tema complicado. Tal vez el personal gay debería requisar a personas del sexo opuesto. Pero ahí se corre el riesgo de que un cobani se haga el puto para no manosearle la colita a las culisueltas. Es todo un tema...

        Ustedes, lectores acomodados del estamento judeo-burgués (no hace falta ser judíos para ser parte de este estamento. Basta con escandalizarse ante estas palabras para demostrar su adhesión incondicional a Macri, a Cristina y la mar en coche. Además, así como otrora mandaba la Iglesia, todo tiempo pasado fue mejor, hoy manda la Sinagoga. Así es la historia y no es discriminación hacer constar la verdad), pensarán que Virrey del Pino es pura pobreza. Tal vez recuerden que hace unos años salió en los noticieros una madre llena de hijos y cagada de hambre que era de la zona. Uno de sus chiquitos, una cosita hermosa de pelo rubio, había quedado ciego por la inanición. Fue un caso emblemático. Como la niña tucumana que lloró frente a las cámaras y que dijo que pasaba hambre. Tal la política masónica en nuestro país. Porque no se vayan a pensar usted que hay diferencias entre Macri, Duhalde, Menen, Cristina, Altamira o cualquier otro. Son todos la misma mierda. No hay que votar. Voten si quieren el sellito para que el Estado no les rompa las bolas. Pero voten en negro, siempre en negro o en blanco. Es mentira eso de que votar en negro o en blanco beneficia al Oficialismo. Son cosas de viejos pelotudos que no votaron nunca porque siempre vivieron bajo las botas (bueno, los militares son otro mal de la Argentina porque son, en su gran mayoría, masones amigos de Estados Unidos e Israel).  "¿Entonces?" Entonces yo hago literatura. No pretendo ser Presidente. Tengo 24 años. Simplemente digo que no enganchen con los chiquitajes de la partidocracia. En el cuarto oscuro todos los gatos son pardos. Además no va a faltar el morocho kirchnerista o el puntero político que te meta un bife, te diga a quién hay que votar y luego te quiera meter otra cosa. Ni se molesten. Gane quien gane pierde el pueblo. El saqueo va a seguir. Las multinacionales son el problema. Estos hijos de puta de los privados son los que gobiernan. Pero sigo con Virrey del Pino, bella localidad del Partido de la Matanza. Salimos del museo y nos fuimos mirando a la mujer policía que nos siguió con la vista hasta que nos perdimos en una calle de tierra saboreando el olor sabroso de la parrilla El caudillo. ¡Pensar que los putos afrancesados de Palermo pagan quinientos pesos por comerse una lechuguita de mierda! ¡El sushi es para los trolos y las mujeres! El que no come asado debe ser automáticamente deportado del país. Me perdí, los perdí, se perdieron, nos perdimos: solamente quería decir que en Virrey del Pino se vive bien, se vive en paz. No hay tanta miseria como dicen los medios. O sea, quizás hay mucha gente con hambreada pero no vayan a creer que es esta localidad matancera una tierra de zombies paqueros y curas villeros. Parece un lugar de estancieros acaudalados. Uno no sabe que hay en la panza de la gente. Solamente quiero aclarar que no hay chorros, inseguridad y todas esas cosas que se viven en Capital y en los lugares cercanos a la General Paz.

      ¡Vamos a ver! Nos metimos en una calle de tierra y vimos hermosas casas quintas llenas de niños felices jugando y mujeres preciosas tomando sol y mate. Locura de encantos reunida al calor de la tarde. Vimos caballos y gallinas y hasta una vaca. Es más, en el suelo polvoriento había un diario del año 1997  que más tarde usaría para limpiarme las manos. Aclaro que el diario estaba hecho mierda. Miré las noticias y la mismo que ahora. Como escuchar Cambalache. Vayan a la hemeroteca de la Biblioteca Nacional para leer diarios viejos (me acuerdo de Hugo Wast y me da un ataque de bronca pensar que quieren borrar su nombre de la historia. Sin embargo yo me encargaré de exponer en todo el mundo la obra de este escritor injustamente olvidado. No sé por qué pero también me acuerdo de Don Santiago de Liniers. Esos grandes hombres me están mirando desde el Cielo y me están alentando en mi tarea. Gracias a Dios por permitirme escuchar en mi alma las voces de tan ilustres muertos). ¡Otra vez las digresiones! A lo Mansilla. Me falta un secretario. Si tuviera secretaria no podría escribir porque estaría distraído haciendo Alancitos y Alancitas pero no es edad esta de pensar en pancitas. Vuelvo. Pushkin y yo nos habíamos metido por un camino bien macho, bien rural, bien argento y embarrao carajo. Tranqueras se veían y alambrados y gauchos bravos escopetados y vaqueritas enfierradas y "gringuitas criollas" (sí, minitas de apariencia europea pero brutas como indiecitas lindas de nuestras pampas). Pampa, Pampa: al oeste nos espera tu grandeza, tu belleza, la naturaleza. ¿Dónde termina tu hermosura? ¿Dónde nace los Andes y muere tu llanura? Pampa, Pampa. La Argentina es eterna...

         Sigamos por los caminos si queremos ser buenos caudillos. Vamos que nos vamos. Gritos de guerra callados, digo que Pushkin y yo seguimos derechito y saludamos a un viejo vago que no nos devolvió el saludo. Capaz que le habían roto el culo al viejito y por eso andaba así de malhumorao. No vayan a pensar que la sodomía es cosa de pibes. Hay muchos viejos putos. Es más, cuanto más viejos son, más putos se vuelven los tipos. Pero esto pertenece a otra discusión. La posta es que nos habíamos embarrado con tosca ( ¿o nos habíamos "entoscado"?). Seguimos caminando a lo criollo machazo. Doblamos rumbo norte (odio el norte). Luego fuimos otra vez al oeste cuan peregrinos lujaneros. Después ganamos el sur como gauchos matreros nomás. Sí, a lo macho. Porque es cosa de hombre salir a caminar por el Conurbano bajo el sol. Esto me recuerda a esos valientes gendarmes que en las fronteras cagaban a tiros a los guerrilleros comunistas. ¡A pura bravura carajo! Uno tiene que pararse en la frontera de la existencia y cagar a palos a los fantasmas que osen intentar introducirse en nuestra vida. Pero esto no es todo. ¿Están cansados? Vayan a dormir y no me rompan las pelotas. Vamos con otra ronda: al paso nos salieron dos machos bravos. Yo pensaba que iban a tirar alguna estocada mortal o alguna puñalada arrabalera de otros tiempos. Yo estaba presto al combate. Sabía que no podía perder jamás bajo el cielo de la Patria y sobre el suelo de la Pampa. La vida me jugó una broma: eran dos vaguitos que solo querían un poco de ayuda para subir un motor en un carro de cartonero (solamente una quijoteada mía). Había un coche quemado por ahí. Sin darnos cuenta, fuimos cómplices de un delito. Era un motor diesel de camioneta. Creo esto por el peso del bulto metálico. Cuatro pares de brazos fueron necesarios para subir máquina tan pesada al carrito de madera. Pobres tipos esos dos aprovechándose de la presa caída cuan aves carroñeras. Aguiluchos que comen metal. El chorro es un cazador y el ciruja es un recolector. Le pregunté yo si el motor ese se puede vender. Me dijeron que van a ver, que cualquier cosa lo venden como chatarra. Aproveché y acaricié al caballo. ¡Pensar que esos equinos son los descendientes de aquellos que protagonizaron nuestras más grandes batallas! Sí, la Patria nació a caballo. Estaría bueno una guerra contra los gringos pero sin bombas atómicas ni cosas raras. A las trompadas limpias nomás. Y nada de gurkas, mercenarios ni otras hierbas. Tampoco armas de última generación. No, a caballo, lanza, escudo y espada. Tocando tambores y dando valientes voces para preparar el combate. De seguro que le romperíamos la cabeza y de esos rubios haríamos pelirrojos de tanta sangre que correría. Porque no vayan a entusiasmarse con la mentada valentía gringa. Ellos pelean cuando tienen armamento superior. Nada más. La mejor infantería del mundo es la española y nosotros somos españoles nacidos en el Nuevo Mundo...

      ¿Se acuerdan del diario de 1997? Con eso me limpié las manos que muy sucias me habían quedado luego de ayudar a esos vagos. No solamente me valí de esas páginas amarillas y amarillentas sino que también metí las manos en agua estancada en un charco. A Pushkin le dio asquito mi bravura macha pero yo soy así, yo tengo aguante y no le hago asco al barro porque con él Dios hizo a Adán. Peor es la grasa de un automóvil. Las manos me quedaron bastante limpitas. Entre el agua embarrada, las hojas de diario y las hierbas del lugar, bien se podría decir que tenía las manitos mejor que las de una mujer. Y hablando de mujer, pasó que estábamos llegando a la casa de Pushkin y pasamos nuevamente por el lavadero de autos. Había otra fémina policía pero esta vez pasándole la aspiradora al patrullero (se ve que a la gorra no la atienden tan bien como a los particulares; no sé, no viene a cuento. La cuestión es que la mujer policía estaba ahí aspirando la lancha). Muy linda tipa. Esta era una veterana, no como la Pampita que cuidaba el museo. Era una cuarentona de ojos claros y cuerpo sensual. Yo la miré como acostumbro mirar a las mujeres. No es delito mirar a una hembra. No se puede criminalizar la testosterona so pretexto del Feminismo y todas las mierdas de género que inventaron las zurdas para romper los cocos. Es de hombre joven y soltero mirar a toda mujercita o mujerona sola que anda por ahí. No hay que bajar jamás la mirada. Eso es de mariquita. No pueden meterme preso por decir que me gustan las chicas. Malo sería si me gustasen los chicos. Pero bueno, Marxismo Cultural aparte, nueva herramienta de dominación mundial, vuelvo a la bella dama de cutis blanco y mirada penetrante. Yo la miraba y ella me miraba seriamente. A las mujeres policías no les gusta que las miren como mujeres sino como funcionarios públicos. Ella me miró un rato más mientras yo caminaba y doblaba la esquina. Luego se metió en el auto y siguió aspirando el tapizado. Me hubiera gustado meterme en el patrullero con ella pero las chicas de la policía saben distinguir muy bien entre un masoquista y un ladrón ordinario. Por nada del mundo querría ir yo con un morocho en un coche de la yuta. Debe ser feo un viaje así con un tipo que te va metiendo piñas en el abdomen mientras te dice: "En la cárcel te van a violar, putito". Lo mejor es que los pibes del lavadero se cagaron de la risa con mi picardía de mirar a la minita de la Bonaerense. Yo soy así, soy un maestro de la diversión y puedo pasar del Microcentro al suburbio con la misma facilidad...

         Ya en la casa de Pushkin éramos otra vez estudiantes de Filosofía y Letras. El ruso se puso a tocar el piano y yo me tomé dos tazas de café. De fondo sonaba La Pasión según San Mateo de J. S Bach. En esa atmósfera musical hablamos de libros, música, mujeres, materias, exámenes, mujeres, historia, política, mujeres, filosofía, religión, mujeres, psicología, actualidad, mujeres. ¡Ay las minas! Difícil sacarse de la cabeza la idea fija luego de caminar dos o tres horas seguidas en medio de Virrey del Pino viendo a las hermosas señoritas y señoras de la zona. Difícil no sentirse tentado de hablar del bello sexo cada dos palabras después de haber andado toda la tarde en el Paraíso de Mahoma que está del otro lado de la General Paz. Dejando a un lado a las chichis, mejor que las deje yo antes de que ellas me dejen a mí, quiero comentar algo muy curioso: me dijo Pushkin que la gente de la zona no conoce bien la Capital. Para ellos es algo lejano. No digo que nos traten de porteños pero las personas de Virrey del Pino toman como referencia a San Justo o a otras localidades de La Matanza. Aprovecho para decir que el transporte deja mucho que desear. Para ir desde el kilometro 40 de la Ruta 3 hasta Villa Lugano, tarde la friolera de dos horas. Una locura. Atravesar González Catán fue un suplicio. Mucha gente el sábado por la noche. Y ya en Ciudad Evita el colectivo iba a paso de hombre. Me había tomado el 193 para volver a casa pero antes tomé otra línea para ir a la terminal. Con la contradicción que me caracteriza, con la contradicción que es en mí parte de una gran unidad que encierra todas las antinomias en una síntesis perfecta, digo yo que el subte debería llegar hasta Virrey del Pino y un poco más. Imaginen una línea de subterráneos que nazca en Independencia y Paseo Colón. Todo derechito por Independencia y su continuación por Alberdi. Por esta misma hasta la avenida Juan Manuel de Rosas y así hasta la Ruta 3. Me dirán que no existen líneas tan largas y que saldría mucho dinero y que sería un quilombo hacer una obra así por los conflictos entre los gobiernos de Ciudad, Provincia y Ciudad. Yo les digo que sería genial aliviar el tránsito, aliviar los otros medios de transporte público y conectar fácilmente la Capital con el Conurbano. El tráfico por Independencia y su continuación Alberdi es insoportable en horas pico. Y líneas de colectivo como la 126 ya no dan abasto. Creo que sería bueno que el Estado en todos sus niveles haga una gran obra pública de verdad, de calidad y para todos y que nuestra maldita clase dirigente deje sus diferencias partidarias de lado en pos del bienestar de las personas. También creo que esto serviría para distribuir un poco mejor la población y no concentrar todo acá. ¿No estaría bueno llegar en una hora a Puerto Madero partiendo desde Virrey del Pino? Creo que en cuanto autopistas subterráneas, trenes de alta velocidad, subterráneos, transporte fluvial y marítimo y aeronavegación, no se puede escatimar en dineros o esfuerzos. Es siempre una inversión y un beneficio para el medio ambiente. Vale decir también que las propiedades de la zona se revalorizarían con una obra como la que yo propuse. Como siempre digo, las grandes obras tienen que ser para todos. Hay que dejar de construir edificios horribles en Capital. Pienso yo que la gente tiene que vivir en Provincia y en el Interior pero con facilidades para moverse a cualquier punto de la Argentina y de la región. ¡Las cosas que se le ocurren a uno en un día de campo!
              Dedicado a "Pushkin".

6 comentarios:

  1. amas a Rosas... y hoy en el año 2013 pedis muerte de unitarios... que quemado... siempre dividiendo...

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    1. Los unitarios existen en la partidocracia. Sin ir más lejos, ¿quién maneja el diario La Nación?

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  2. La mujer que piensa mucho, ¿ama poco?, en verdad pensás eso Alan?, o será que algunos hombres se sienten seguros con algunas mujeres y su cómoda ignorancia que les hace surgir el machismo protector...

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    1. Hay que ver qué es ignorancia para vos. Para las personas progres, modernas, ateas y feministas, ignorancia es no comulgar con sus ideales. Pero lo que yo condeno no es la cultura y el pensamiento en sí sino la oquedad de esas palabras grandilocuentes pronunciadas por las agitadoras marxistas amparadas por este gobierno y por este mundo globalizado. Te digo algo: prefiero tener una novia sencilla, de poca instrucción, pero que esté conmigo y no escrachando una catedral. Por lo menos así lo veo yo...

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  3. y yo prefiero un hombre sencillo, pero con MUCHA instrucción, con principios firmes y valores cristianos, pero que este conmigo y no escrachando una catedral...¿porque no preferir su equivalente en una mujer?

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    1. Muchas gracias por el comentario. Sí, es para los dos sexos. La consigna es unisex. Nada mejor para una mujer que un hombre fiel y cristiano y lo mismo para el hombre. Y me parece bien que haya escrito con mayúscula la palabra "mucha" en referencia a instrucción porque creo que está bueno que exprese sus deseos con sinceridad. En lo personal también prefiero a las chicas instruidas pero hoy en día parece que cultura es sinónimo de Progresismo e ignorancia equivale a Catolicismo. Muy triste. Realmente. Saludos.

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