Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 21 de julio de 2013

Tela para cortar

   








  Yo soy un escritor mirón, chusma, voyeur. Yo soy un ciruja de la literatura, un tipo que recoge en la ciudad lo que ya nadie quiere y recicla cualquier elemento y lo convierte en cuento, relato, magia y pasión. Hablemos de texto que significa tejido. Yo soy como un judío de Nazca y Avellaneda pero del "rubro" de las bellas letras (como si lo que hago fuera una mercancía). La diferencia es que yo soy mi empleado y mi empleador. Yo no tomo en negro a nadie ni exploto a terceros. ¡Lejos de mí la explotación del hombre por el hombre! Ya hablaba un tal Marx de los ejércitos de reserva. Pero no me interesa las cosas de los que se contradicen con sus decires y sus prácticas comerciales. 

  Vamos: la historieta de hoy trata sobre un matrimonio joven que se quería mucho y todas esas cosas que se dicen del amor. De a poco vamos a ir echando luz sobre estos chicos divinos que se casaron hace algunos años. Primero hay que decir que los dos tienen buenos trabajos y son gente progre. Gente que se casa para la foto, gente careta que posa en carreta y viaja en Mercedes. Hay muchos amiguitos que son así, que se quieren hacer los criollitos en una estancia pero que le quitan la grasita al churrasco en vez de meterla en el buche. ¡Se nota que he pasao hambre carajo! Dejemos las flores y los ramitos en las fotitos lindas y vamos a ver qué pasa. Vamos que nos vamos...

    Una tarde de frío como la de esta semana de julio del 2013, pero en algún momento que no recuerdo, ella y él se pusieron a ordenar el armario. Tan ratas ellos que no querían usar la estufa so pretexto de intoxicarse con monóxido de carbono y perecer tontamente en una cámara de gas inconsciente. Tan pavos ellos en su autoengaño a conciencia que omitieron que tienen uno de esos cuadraditos blancos eléctricos que echan calor a más no poder. Pero bueno. Hay gente que no quiere gastar en luz y que prefiere cagarse de frío. Buscando frazadas, camperas, bufandas, guantes y toda cosa del invierno, poco a poco el fin de semana se les fue yendo metidos en el armario. Obvio que entre revolver y revolver se dieron a más no poder. Digo que se dieron en buenas conversaciones. No piensen que se pegaron ni otra cosa. Respecto a la vida de alcoba, prefiero omitir los detalles. Se imaginarán que siendo un matri de pibes jóvenes hicieron mierda varios colchones. Buscaban un bebito. Se demoraba en llegar pero son cosas de Dios. La vida se toma su tiempo para cada cosa. No todo es salir de paseo bajo el sol de la Costanera Sur. A veces hay que sacar y meter en el hogar. A estos chicos les gustaba mucho meter y sacar. No sé qué metían o qué sacaban pero se les iba el fin de semana en esto de estarse dando vuelta toda la casa.  Tal vez con un niñito en el medio podrían haber bajado las revoluciones pero era necesario que el hijo venga para aflojar al desastre que estaban haciendo en esos cuartos.

  Departamento de jovencitos alejados de todos. Chicos que se querían mucho y que se entregaban sin pausa al postre delicioso de mirarse a los ojos. Pasiones sensatas de gente que se ama. Libertad de decir y hacer en la soledad de dos. Poesía que hace y deshace nudos trasnochadores. Vestidos que vuelan por las piezas sin división. Paredes blancas recién pintadas y vista a lo mejor de la ciudad. Tardes de besos, flores, infusiones, charlas de los abrazos y sueños de a dos. Le canto a la vida en estos dos que se tiroteaban todo el día con ideas, proyectos y deseos de juventud. Nada mejor para ellos que abrigarse mutuamente esperando el fin del invierno. De fondo, música de gente cheta y almohadas compradas a un turco que gusta del regateo. Vivencias de incienso y tiendas de diseño, sabores de pescados sofisticados y bocados dulces como el amor de gente que se mira y no se toca. Tan fuerte es ver que se puede vivir de otra manera. Pobres de estos chicos enemigos de los lunes. ¡Ay, si los instantes pudieran ser eternidad y la eternidad instantes! Caprichos de una flor para decir lo que no se puede decir. Estirar el momento para no morir hoy en brazos del desamor. No hay mayor felicidad que detenerse en sueños de paz y tranquilidad donde haya algún otro para el que seamos el otro. Del amor al amor solo hay amor.

  Voy a cortar con tanta dulzura: vamos con todo. ¡Vamos que se va! ¡Hasta el final vamos a bailar! En medio de ese revolver, en medio de esas poses osadas y atrevidas, una sábado cualquiera, él encontró al pata de lana colgado de una percha. Estaba muerto de frío el pobre infeliz. Congelado. ¿Qué hacía ahí el tipo? ¿Esperaba su "turno"? El cornudo no tuvo mejor idea que descongelarlo de una trompada en la cabeza. Tan fuerte le pegó que lo rompió. La minita rompió a llorar. La yuta llegó y se llevó esposado al corneta, que le rompió la jeta a dos ratis. Antes de meterlo en el ascensor para bajarlo del edificio, le dieron la paliza de su vida. Los policías son, en su gran mayoría, morochones brutos que gustan de pegar a mansalva sin pensar en la integridad del otro. Vieja escuela. La posta es que al pibito lo metieron en la lancha todo ensangrentado. Los cobanis prendieron la sirena y salieron matando. Les costó un huevo meter al tipo en el coche entre cuatro, dos de ellos con la ñata y la boca rota, ya lo dije. Antes de subir, el pibe le pateó las bolas a los otros dos que intentaron meterlo. Una vez arriba, fue metiendo cabezazos y mordiendo cuellos mientras lo otros le echaban gas en los ojos, piñas, palazos, amenazas de muerte y todo lo que surgiera de la desesperación de estos negros vestidos de azul. Detrás del patrullero, iba la putita gritando y llorando y pidiendo por la libertad del que mató en vida.

   Redoblo la apuesta porque las tengo bien puestas: una vez en la Comisaría, se armó un quilombo de la gran siete. La fiscal y el juez pertenecían a una agrupación femitrolista. Lo iban a imputar por violencia de género ya que, según dijeron, al matarlo al pata la había lastimado a ella. ¡El pata de lana y la trola son una sola carne! ¿Lo pueden creer? El Estado no cree en el amor ni en Dios pero sí en la unión ficticia entre una putita adúltera y su machito amante de roperos y fechorías varias. Es demasiado fuerte. Las cosas que uno se tiene que enterar en su trabajo de campo. Es más, para inculpar al pobre corneado, iban a decir los jueces, fiscales, policías, periodistas, activistas, militantes, sindicalistas, vecinos, famosos, políticos y trolos y trolas; iban a decir que el guampudo era un dorima golpeador y un violador de su propia mujer. La idea era mostrar al patita de lana como un defensor de la mujer. ¡Todo sea por seguir adelante con el chamuyo de la violencia de género! En medio de tanto testeo judicial, acordaron acusar al finado de intento de robo, secuestro y violación. La minita pidió por su macho legal y terminaron todo el circo declarando la legítima defensa del que con una piña mató a su peor enemigo. Ahora ella y él están juntos de vuelta y en la dulce espera. Ella se arrepintió de lo que hizo y él la perdonó como buen cristiano.

      

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