Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 20 de julio de 2013

Hace unas tardes...

     






       
          Hace unas tardes me fui a vagar como de costumbre. Me perdí en el Palermo careta y burgués y por momentos me encontré con el suburbio de Evaristo Carriego. Parece mentira pero hay casas bajas todavía. Esperemos que no construyan "Palermo Trolo". Están haciendo mierda la ciudad con tantas edificaciones. Seguro que hay gorilas putos que se sientan en la puntita de las torres con el culo todo ensangrentado. Gente de mierda. Decía que me largué a caminar. Como un rayo atravesé el barrio armenio y luego me enrosqué en medio de barrios metidos en otros barrios pero sin salir de los límites de un mismo barrio. Cada vez que camino la calle, y es algo que hago todos los días, noto que hay una paradoja de Zenón en cada cuadra. Creo que cada segmento de la ciudad puede partirse a la mitad hasta llegar al infinito. ¿Miento al decir que cada callecita perdida de Buenos Aires contiene la eternidad en sus veredas, sus cordones, sus arbolitos y las fachadas de sus casas viejas? Es tan lindo perderse en esas caricias para la vista. Es hermoso ver el pasado lleno de poesías y amores que florecen en los corazones de los que saben ver. Cuando marcho por lugares que resisten al tiempos siento que hay dos jóvenes amantes que me miran desde el cielo. Varios amantes. Siento que los que ya no están inspiran mis pasos erráticos y vagos. Corto camino por todos lados. Sé que tengo que llegar a Plaza Italia pero voy por cualquier lado donde vea casitas bajas como las de antes. Estoy obsesionado con la Buenos Aires de antaño.
          Antes todo era barrio. ¿Ustedes sabían que los barrios caretas de hoy alguna vez fueron suburbios? Me corren mariposas en el estómago al saber que alguna vez hubo magia donde hoy hay vidrios y metal y un guardia de seguridad que te mira con cara de orto por estar vestido con ropas modestas. A veces pienso que las casonas que quedaron son nuestro tesoro. El Estado debería declararlas Patrimonio de la Argentina toda. Hay que parar el genocidio arquitectónico. El progreso gay podrían llevárselo al Interior o a los países limítrofes. Necesitamos arrabal, potrero, metegol, empedrado, almacén, tanos, gatitas, gallegos, soderos, minas, tango, recuerdos, besos, flores, limoneros, esquinas, pasiones y sueños; necesitamos Patria. Lo que tenemos hoy son tipos cosmopolitas y afeminados, tipos "light" que odian el asado y fútbol y que dan ganas de meterles un revés. Me da bravura ver todos estos advenedizos. ¿De dónde mierda salieron estos arribeños de nombres raros e impronunciables? ¿Dónde quedaron los machos criollos que salían a baldear la vereda? ¿Dónde quedó la Primera Comunión, los abrazos y las lágrimas luego de un gol en un baldío sin límites? ¡Padres que veían crecer a sus hijos y que se emocionaban con sus primeros pasos!  Cada vez lo sostengo más: algunos somos más argentinos que otros. Un tipito burgués que no le gusta el fútbol, no come asado y no tiene sangre española, italiana o india, ese no es tan argentino como yo. Ese es un caído del catre que le está mintiendo a todos queriéndonos decir cómo somos los argentinos. Si ese lacra apátrida que levanta torres dónde otrora había potreros, es argentino, yo soy el Brigadier Don Juan Manuel de Rosas.
        Meto más, con aguante y sin achiques. A lo macho criollo. Y meto porque nadie me la mete ni me la dejaría meter. Yo soy de carácter bravío como el macho cabrío que te pega en el baldío una noche de mucho frío. ¿Dónde quedó el fulbito, los asaditos, los mates, las empanadas, las reposeras, las tardes, el sol, el pasto, las charlas, los besos, los anhelos, las ventanas, las banderas y los amaneceres en la puerta junto al perro y los amigos del barrio? Creo que nuestros políticos nos vendieron a las inmobiliarias y a las constructoras. Ahora todo eso fue reemplazado por torres llenas de nenes bobos que se la pasan en el departamento jugando a ser policías o terroristas detrás de una pantalla. Los ricos se quejan de la inseguridad, que existe, no es ninguna sensación, pero ellos, los burgueses, se encierran más de la cuente en torres de cristal llenas de vigilantes analfabetos. Uno ve un edificio de hoy en día y parece una cárcel con sus cámaras, sus rejas, sus vigías y toda la mierda metálica que cerca los sueños de los niños. ¿Para eso la gente quiere vivir en un barrio determinado? Podría ir toda esa gente al Interior de la Patria donde nuestros paisanos van por la vida más tranquilos que acá. ¿Por qué todos quieren ir a Palermo, Caballito o Villa Urquiza?  Barrios de arboles y casas bajas llaman la atención de los parásitos que se dedican al rubro inmobiliario. Entonces meten una torre y luego otra. Al poco tiempo el apacible barrio de casitas deviene en una gigante jaula de cementos con torres como barrotes.
         Difícil caminar entre rosas y espinas, entre el barrio viejo y el de los piojos resucitados. ¿Quién los pidió? Yo procedería, con las excepciones del caso y luego de las evaluaciones pertinentes, digo que demolería la gran mayoría de los edificios construidos en los últimos años. Son feos. Antes el arquitecto era un artista, un escultor a gran escala, un pintor que usaba cemento y hormigón como materiales de su creación. Ahora cualquier comerciante hijo de puta tiene título de la Facultad de Arquitectura de la UBA. ¿Por qué tanto mal gusto? Todas las torres son más o menos parecidas. Vidrios por todos lados, cero verde y toda esa onda careta y artificial. Una mierda. En medio de mi bronca antiburguesa fui cortando calles robándole postales al pasado. Recuerdo haber entrado a una iglesia en ese hermoso atardecer. Recé. Dios me escuchó como de costumbre. Me da todo lo que necesito y todavía más. Salí y vi ahí cerca una plaza media rara, una plaza metida en medio de una manzana con dos salidas. Más que una plaza, parecía un corredor verde en la mitad de una cuadra, en medio de dos calles. Locuras de arbolitos que nos permiten respirar en medio de tanto cero, de tanto humo, de tanto menos. ¿Les conté que el otro día casi me atropella un rico hijo de puta con su Audi? Tengo anotado la patente pero no la voy a decir. El tipo tiene todas las de ganar como miembro del estamento burgués que nos gobierna (todos los políticos son burgueses: Macri, Kirchner, Altamira, etc.). Lo más lindo de la zona no son los restaurantes de comunistas reciclados, aunque lindas las fachadas y la onda artesanal de esos locales llenos de frívolos y ateos. Hay que reconocer que hay gente progre con buen gusto, gente que pinta las casas de lindos y colores y vende rico té (me doy cuenta por el olfato, jamás tomé nada en esos lugares que te cobran cien pesos por una taza de café). Lo lindo del lugar es el barrio de los armenios. Me caen bien los armenios. Armenia fue el primer país en convertirse al Cristianismo. Los armenios son buena gente. Lo único bueno que hizo Néstor Kirchner en su vida fue reconocer el Genocidio Armenio. Aprovecho para reconocer yo también la desgracia de un pueblo hermano. Saludos a la gente de la colectividad armenia. Siempre sean bienvenidos los cristianos en esta patria que es cristiana y no otra cosa.
        De a poquito se iba haciendo la noche. Yo caminaba pensando no solamente en el paisaje sino también en un viaje a pie por la Patagonia. Esa tarde de principios de junio estaba fresco. Doce grados o trece. Llevaba solamente un buzo livianito. Caminaba cada vez más rápido para no sentir nada. Me enteré de la temperatura al poner la ñata contra el vidrio de un local y ver una tele con malas noticias. Yo soy de aquellos pelotudos que van caminando por la calle y chusmean todo lo que pasa a su alrededor. Incluso miro adentro de las casas y los comercios. Todo lo miro. Me encanta mirar. Me largo a la deriva pero con ciertos objetivos. Es muy loco lo mío. Sé que tengo que llegar a Retiro, Plaza Italia, Puente Saavedra o Plaza de los Virreyes pero aprovecho e invento caminos raros y por momentos me abro demasiado. Puede pasar que al final termine en otro lado pero siempre tengo una referencia para volver a mi casa en colectivo. Necesito ir a las terminales para viajar sentado atrás de todo con un libro en la mano. Quizás mi costumbre de patear las baldosas nació por la necesidad de viajar bien. No soporto estar parado y que un negro me toque el culo. Ya le he dado paliza a varios por acosarme. Tengo necesidad de sentarme y leer. Cuesta mucho leer parado si el libro no es una edición de bolsillo. Digresiones aparte, ahora el caminar es lo que más me gusta en esta vida. Y caminaba esa tarde, caminaba con el único plan de llegar al fondo de la avenida Sarmiento y tomarme allí el 141. Bajo las primeras noches del cielo pensaba en el Sur, en las chicas del Interior, en los amores del campo y la montaña; pensaba en la Patria, en irme a la mierda. En el Interior no hay tantas mierdas de edificios, bocinazos, chetos, chetas, cabezas, chorros, drogados, viejos, viejas, vagos, periodistas, diputados, humos, rejas y toda porquería que pueda haber en un lugar como este. Creo que las provincias son como un baldío gigante o un potrero eterno esperando que alguien salga a la cancha a jugar (no menosprecio a la gente de los confines pero son poquitos los que viven en las lejanías). Ahora, ¿por qué hablo de lejos o cerca? ¿Buenos Aires es referencia de algo? ¿No será que nosotros somos los que estamos lejos?
         Bueno, voy a apurar el relato porque ya me cansé de hacerme mala sangre con la gente mala que es mayoría en los barrios de la clase mierda. Digo que luego de mucho andar, mucho meter pata ancha, mucho trepar calles y esquivar avenidas; luego de mucho contemplar, mucho vagar, llegué a las inmediaciones de Puente Pacífico. Me abrí un poco. Me dejé llevar. ¡Arranqué en el Cid Campeador!  Sabía que mi destino final habría de ser un asiento vacío en el 141. Lo que no sabía es que iba a pasar por la puerta de Radio Diez. Del otro lado del vidrio vi al hijo de puta amargado de Antonio Laje. Él me vio a mí pero bajó la vista. Tenía ganas de bajarme los pantalones delante de ese pelotudo. Lo que sea por joder a un puto periodista burgués y de Derecha. Quería mostrarle el trasero pero dije no, "este pelotudo no vale una noche en la Comisaría". Jamás pensé que iba a ver a este mamerto un día cualquiera. Se nota que el tipo está acostumbrado a que lo miren con bronca. Nadie lo quiere, ni su mamá. Por eso miró al piso y se puso la mano en la frente. Un pobre tipo. Una sola ceja tiene el infeliz y mucha plata en el banco. Juro que no lo soporto. ¿Habrá algún tarado que defienda a este amargo?  Me asombró la capacidad este tipejo para hacerse el boludo. La costumbre crea costumbres. No entiendo cómo en los medios hay tipos como este o como Feinmann. La Argentina da para todo. Por culpa de los taxistas lobotomizados a fuerza de sartenazos, por culpa de estos viejos pelotuditos olor a meo, hay gentuza como la que nombré que puede seguir lucrando. Otra de las cosas por las cuales me iría al Interior es que no hay tacheros...

6 comentarios:

  1. Tarumba habrás quedado de tanto curiosear donde no te llaman, ¡qué observatorio formidable, che Alan!
    me gustó mucho este relato. Yo vivía cerca de Palermo, siempre lo atravesaba caminando para ir al trabajo. También trabajé de jardinero en un laboratorio de la calle Borges, y cuando me subía a la terraza para sacar algún helecho podía ver los patios de esas casas bajas que decís vos que quedan pocas; las baldosas que veía Borges, o ese Palermo de Carriego... es una lástima que todo crezca en un orden vertical y sombrío, y que no podamos detener el parásito inmobiliario. Me pone contento que gente joven como vos pueda ver así,que puedas rescatar toda la historia, la geografía de un barrio como ese. Te dejo un abrazo.
    Sabino.

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    1. Es muy lindo cuando, por cosas de trabajo, uno tiene acceso a vistas privilegiadas. Me ha pasado. Es impagable. Yo he trabajado como empleado de limpieza en varios lugares y he visto cosas muy hermosas. Un abrazo.

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  2. Capo, muy colorido el relato, pero ponete de acuerdo... Exaltás el interior con todas sus bondades, pero antes escribís "El progreso gay podrían llevárselo al Interior o a los países limítrofes." Contradictorio, no? Dejame decirte también que si tus parámetros de argentinidad son el gusto por el asado y el futbol me parece que te falta conocer mucho de tu "amada patria". Ni hablar de "hay unos que son más argentinos que otros"... Porque dudo que los compatriotas coyas del norte sean tan apasionados por el futbol y el asado. Seguramente ellos no tengan nada que ver con la patria... no?
    En fin... llamar a esto relato es muy generoso. Saltás de una cosa a la otra aleatoriamente con el único fin de dar rienda suelta a tu resentimiento a la sociedad, bastardeando en forma atroz a la crónica literaria. Cito: "Bueno, voy a apurar el relato porque ya me cansé de hacerme mala sangre con la gente mala que es mayoría en los barrios de la clase mierda." Pues bien, tu obra tiene todo de mala leche y nada de relato. Parece más bien una verborragia estilo Baby Etchecopar. De hecho creo que si te va bien con tu blog podrías conseguir trabajo en radio 10, pues das muy bien con el perfil: FACHO.
    Tomalo como una crítica constructiva. O bien podrías recibirte de arquitecto en la UBA y repoblar los barrios de caserones antiguos y de paso, quien te dice, aprendas a escribir. Si le dan el título "a cualquier comerciante hijo de puta" seguramente a vos te den dos.

    Abrazo de gol de potrero.
    Carapachay.

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    1. Si es por escribir, yo estudio Letras en la UBA y escribo mejor que vos. Quizás me falta mucho todavía. Tengo 24 años recién. Pero me sobra para ser mejor que vos escribiendo. Otra: el último ídolo de River, Ariel Ortega, es del Norte Argentino. ¿Alguna más? Por lo demás el estilo de la página es la digresión. Siempre lo digo. Acá se prioriza la oralidad. Está todo estudiado. ¿Leíste a Lucio Mansilla? Bueno, yo escribo de una manera similar. No me interesan los relatos lineales. Pero bueno, si no te gusta podes leer a Borges. Hasta la próxima y un abrazo.

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  3. Todo bien... Yo no digo ser mejor ni peor que vos. No me estoy comparando. Tampoco me parece que el hecho de estudiar letras en la UBA sea garantía de calidad literaria. Para el caso, Arlt ni siquiera terminó sus estudios básicos y al día de hoy es uno de los grandes autores de la literatura argentina. No se cuantos graduados de Puán puedan alcanzar tal relevancia. Francamente, creo que se podrían contar con los dedos de una mano. Pero bueno, siempre hay casos excepcionales de personas con gran talento que surgen a pesar de su condición y el contexto en que viven, como es el caso del Burrito Ortega. Porque te puedo asegurar que en el norte no abundan las parrillas ni los potreros. En verdad no abundan muchas cosas. Y no me refiero únicamente a la provincia de Jujuy.

    Salvando el tema del estilo literario, no respondiste a las observaciones de mi comentario (por si no me hice entender, el dato del Burrito no me parece significativo para rebatir el fondo de la cuestión del planteo).
    Un abrazo.

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    1. Arlt. ¿"Un fabricante de una fábrica de caramelos"? Así escribía en El juguete rabioso. No sé hasta qué punto es importante la trascendencia. Ojo, me gusta Arlt pero no es modelo de escritor sino de contador de historias. No escribía bien y ese era su mérito. Respecto a Puán, es verdad, no es garantía de nada pero no me interesa ni la trascendencia ni la calidad estilística. Simplemente me dedico a pasarla bien. Quizás el día de mañana viva de la literatura o quizás no. No me interesa.
      No veo observaciones más que el estilo literario o lo de la nacionalidad. Ya te digo, en el Norte hay fútbol. El otro día Boca jugó contra la provincia de Salta. Y ya te dije lo de Ortega. No sé si soy buena o mala leche. Yo trato de reírme. Y no tengo resentimiento. Es todo una puesta en escena. Parte del relato es que no hay relato ni armonía aparente. Pero todo lo que escribo no son más que digresiones planeadas de antemano.
      Esto es para pasarla bien. No me intereso escribir para los profesores de la UBA ni para nadie en especial más que para mí mismo. La gente lee, me insulta, algunos me elogian, otros son indiferentes. No hay que tomarse las cosas tan a pecho. Bueno, te agradezco el interés mostrado en los comentarios. Es evidente que te gusta leer con mirada crítica y no está mal. Te mando un abrazo.

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