Detrás de las casas están los elementos que me llaman a escribir estas necedades: piedras, lagos y arroyos son la razón de ser de este deseo de explorar. Más de lo mismo hablar de ciertas cosas pero prefiero repetir algo y no caer en la nada por querer inventar lo que no existe ni existirá. Combinando palabras haré un libro y amalgamando días haré una vida. Quizás coleccionando besos consiga crear un amor sin par. No hay nada que escribir. Yo estoy viendo que hay un llamado bajo el sol y sobre la hierba. La tarde le habla a las tardes.
Esto se lo puede multiplicar por veinte y va a dar veinte. Es así de simple. No hay que irse muy lejos para irse lejos. Debajo de este mundo hay otro mundo y arriba del cielo vive otro cielo. No es encierro lo que nos rodea sino que es la insoportable prisión del infinito la que nos condena a la desesperación. No saber si ir o no ir. Esa es la verdadera cuestión. Si uno se queda ya está yendo y si uno va se está quedando. Es la trampa de la mente o de la realidad.
Simplemente quiero dejar en medio de estas montañas de poesías muertas el sustrato teórico e intelectual de la Nueva Argentina. Así como el Romanticismo fue la base cultural del Nuevo Orden Mundial, así quisiera yo que mis escritos contribuyan a una Patria de trenes, autopistas, aeropuertos, subterráneos, túneles, puentes, caminos, puertos, represas, diques, escuelas, hospitales, cuarteles, fortalezas, torres, naves, depósitos, miradores, fábricas, estadios, iglesias, universidades y teatros. El estudiante de Letras tiene que luchar por cosas como estas.
La Patria no gana con el discurso gay del trolos y trolas. La Patria pierde siempre que se haga política de minorías en detrimento del Bien Común. No se pueden gastar las fuerzas morales, intelectuales, espirituales y materiales de un pueblo en beneficio de un colectivo determinado que atropella a todos. No. El arte literario tiene que contribuir a la grandeza de la Nación y a la edificación de maravillas. La verdadera construcción es la material, la concreta. Hablar de construcción cultural es destruir la sociedad con palabras propias de los sofistas.
Todos debemos emprender esta lucha por nuestro bien y el de las futuras generaciones. Tenemos que decirle no a las drogas, no al aborto, no a la eutanasia, no al suicidio, no a la muerte. La vida pide vida y nos pide a nosotros que la cuidemos ya que al cuidarla a ella nos cuidamos a nosotros mismos. Rechacemos la propaganda mentirosa de las sectas y los partidos políticos y recuperemos la Argentina que la Virgen María quiere.
Hola, mi tercer comentario en 1 hora, soy el loquito de la teoría conspirativa, soy conspiranoico, según anduve viendo pareciera existir esa palabra, y si no, está buenísima. jajaja. Che, es adictivo tu blog, la verdad, algunas cosas yo las borraría directamente, ni publicaría esos comentarios de gente pelotuda portadora de pene-infantil con que embargó el culo al mejor postor por un 206 modelo 2003. Ahhh, y me voy rapidido, porque no quiero comer ancho de banda, así se siguen mirando al espejo, y enfermando (¿vos te pensás que los hijos del Diablo, llaménse sionistas, masones, comunistas, hijos de puta, delincuentes, etc, no saben que son hijos de él?, son los primeros en saberlo, como yo el primero en saber que soy hijo de Dios y de mi papá). Ah, tengo 24 años, soy joven, pero fui criado bien, al punto de que puedo pensar por mí mismo. Y dejame liberar mi alma, hace unos meses que comprendo que mi viejo se murió, laburando toda su vida, porque ya no tenía nada útil que enseñarme. Me saco católico, honrado, trabajador, blanco y heterosexual. ¿Qué más puedo pedir?
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